Entre Mí Camino

Capítulo.

(3)

Taylor:

Veo cómo se vá de mí lado la latina afrodisíaca, tengo muchísimo orgullo así que no voy a pegármele atrás para pedirle disculpas.

Tomo otra copa más cuándo uno de los sirvientes pasa por mí lado.

—Hombre, ya deja de tomar tanto y prueba un bocado de comida —Me advierte Farrell llegando hasta mí—.

En mí organismo solo tengo alcohol.

—¿Ahora eres mí niñero? —Le pregunto con sarcasmos terminándome la bebida—.

Rueda los ojos.

—¿Y Grace? —Pregunta—.

—No quise que viniera, es un estorbo —Ríe burlándose de mí—.

—¿Cómo lo lograste? —Lo veo enarcando mí ceja izquierda—.

—Ya te lo debes imaginar, una buena cogida y ya está —El niega—.

Sus ojos paran en un sitio veo en la misma dirección que él, Flor.

—Esa mujer está siendo el foco de ésta noche —Dice—. Y para rematar vino sola.

<<Sin compromiso con nadie>>. Mí cerebro repite lo que confirmó, es muy terca cómo para que termine siendo una mujer más de mí lista, pero tampoco es que sea imposible.

—Oh no… Esa mirada la conozco —Empieza, Farrell—. Estás enfermo hermano.

—¿Enfermo por querer acostarme con ella?.

—Enfermo por querer acostarte con tú socia, está prohibido —Reclama—.

—Soy el jefe —Levanto mis hombros—.

—Pero también tienes un jefe que es tú papá.

—Sabes que me vale mierda eso.

Lo dejo hablando solo para acercarme a ella de nuevo, puedo escuchar cómo suspira al ver que estoy a su lado, en eso puedo ver cómo entra una mujer de vestido azul marino, <<¿¡Pero es que no le bastó la cogida!?>>.

La chica de vestido blanco a mí lado se mueve incómoda al ver cómo viene Grace, enojada.

—¿Para eso es que no querías que viniera, para estar con ésta mujer? —La señala—.

—Me voy —Dice Flor pero la tomo del brazo impidiendo que se marche—.

—No —Le digo—. Grace, no eres nadie para venirme a reclamar nada.

—Soy tú novia.

Yo admiro la belleza de cada mujer, pero eso no quiere decir que algunas mujeres estén locas, cómo ésta que tengo al frente.

—¿En qué momento yo te pedí noviazgo?, estás mal —Bajo mí mano del brazo de la latina llevándola hasta su mano, Grace vé nuestras manos entrelazadas—.

—Estoy embarazada de tí —Empieza a lloriquear, ya la gente está empezando a vernos—.

—Entonces contigo ya tengo cómo veinte muchachos porque esa es la misma excusa que pones para no separarme de ti —Me le acerco—. Una vez te dije que era solo sexo, y es solo sexo pero viéndolo bien hay más mujeres así que ya ni eso vas a tener de mí.

—¡Eres un idiota! —Espeta furiosa—.

—Gracias —En eso llega el jerarca que le dicen muchos—.

—Grace, estás haciendo un show, retírate —Le pide disimuladamente—.

—Ustedes los Nobéli son una mierda —Sigue—.

—Muchas gracias por el cumplido —Le dice—. Ahora vete.

Denzel, se vé quietecito pero no, ese hombre también es igual que yo, pero yo vengo siendo más peor aún.

—¿Todo en orden? —Pregunta Alexander llegando hasta nosotros—.

—Sí, papá —Él se percata de nuestras manos entrelazadas, Flor se deshace del amarre—. También ya me iba, estoy muy cansada.

—¿Te llevo? —Se ofrece—.

—No, no, tranquilo, sigue disfrutando, traje mí auto —Él asiente—. Hasta luego, señores.

—Hasta luego, querida —Se despide con un beso y un abrazo, Denzel—.

<<Ok, lo que no he podido hacer yo, el ya lo hizo en un milisegundo>>, también hace lo mismo su papá y me vé solo se despide con un asentimiento de cabeza, los dos hombres se van de mí lado, llega de nuevo Farrell a mí lado tomando vino mientras vé la escena.

—Ya estoy dudando de tú poder —Me vé—. Pensé que te le ibas a pegar atrás para ya sabes.

—Ella es muy diferente —Digo solo eso—.

<<Y vaya que sí lo es>>.

Flor:

Es un domingo por la mañana en dónde no quiero hacer nada, solo dormir y dormir.

<<Porque no quiero recordar la fecha que es hoy>>.

—Srta. Flor, tiene una llamada entrante del señor Nobéli —Me avisa mí asistente inteligente, Vicky—.

A regañadientes me acomodo mejor en mí cama.

—Recibe la llamada —Le pido—.

—Cómo ordene —Y la recibe—.

—¿Durmiendo aún? —Ruedo los ojos por su tono—.

—¿Ni en mí día libre me dejará en paz? —Me levanto de mí cama—.

—Al trabajar para mí…

—No hay descanso —Lo interrumpo terminando la frase—. Ahora, ¿Para qué me llamó?.

—Te necesito conmigo, vamos almorzar con los representantes de Puma, voy a pasar por tí a las doce, ¿Ok?.

—Ok —Corto la llamada para soltar un chillido de molestia—.

Y me pongo más molesta al ver que son las diez y media de la mañana, me tengo que empezar arreglar desde ya.

Me baño, hago toda mí rutina, termino colocándome un vestido sencillo pero sin quitarle lo formal de color rosa, me calzo las zapatillas con un poco de tacón, me maquillo un poco, acomodo mí cabello y ya estoy lista.

Sí como algo aquí voy a estar llena para el almuerzo que tenemos así que no lo hago, un momento… ¿Taylor sabe en dónde vivo?.

Estoy en mí casa, no en la de mí papá.

—Vicky.

—Dígame, Srta.

—Infórmame sí el señor Taylor me está rastreando.

—Resultado positivo —Imbécil—. Mientras hablaban por teléfono logró ubicar su paradero. Le pondré un sistema de seguridad para que no vuelva a suceder.

—Gracias, Vicky.

—A sus órdenes.

Ya me estoy asustando con ese hombre, no sé que quiere conmigo, ya lo que está haciendo no es “Trabajo”.

El timbre suena, tomo mí cartera colocándomela, abro la puerta y menos mal que ví bien no es él sino le fuera dicho sus cuántas cosas.

—Aiden —Lo nombro—. ¿Cómo estás, que te trae por aquí?.

—Disculpa venir a molestarte un domingo —Habla—. Solo que él director te mandó a buscar, necesita hablar contigo.




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