Entre Mundos

Un nuevo mundo

Cuando desperté, me encontré en un lugar completamente desconocido, el lugar era muy oscuro.

Las gotas de agua caían en mi cabeza, y el fuerte olor a sangre me hizo darme cuenta de que ya no era el mismo Arthur, sino un joven sin nombre, desnudo y encadenado.

Cuando volví a ver todo mi cuerpo estaba repleto de heridas y una fiebre que no podía soportar, pensé que mi vida donde quiera que este es peor.

Con la poca ropa que tenía la rasgue e intente parar todos los sangrados.

- Esto servirá supongo.

Al levantarme y observar por el pequeño agujero de la celda deduje que estaba en un lugar bullicioso y caótico, lleno de gritos y el sonido de las cadenas que se arrastraba por los pisos. Los esclavos eran examinados como mercancías por compradores adinerados.

Mientras observaba el pequeño agujero, un hombre con un traje completamente negro, que parecía una sombra, empujó la puerta con una increíble fuerza. La potencia del impacto me hizo perder el equilibrio y caí al suelo, sintiendo el duro suelo contra mi mejilla.

De pronto, me di cuenta de que estaba desplomado boca abajo. En un acto de defensa propio intenté lastimarlo.

Así que con todas mis fuerzas lo ataque, pero lo único que conseguí fue que este me dejara inconsciente.

- ¿Qué me paso?

Me pregunté muchas veces, no sabía ni donde, ni como, ni cuanto tiempo me dormí, solo vi que al frente mío había un plato de comida, rápidamente fui a hasta él y comí, pero sabía asqueroso, pero era la única forma para poder sobrevivir.

Así pasaron los días, por la noche en mis sueños recordaba la cruel mirada fría y despiadada de mi padre, antes de que este me asesinara, pero también me acordaba de la cálida sonrisa de mi madre, que me daba fuerza para poder seguir.

Al siguiente día creo, no sabía ni que día estábamos o cuánto había pasado, pero la puerta de la celda se abrió y dos hombres me arrastraron de una forma muy cruel hacia fuera. Me llevaron a una habitación más amplia, llena de luz artificial.

Ahí pude ver a una linda chica de cabello plateado y unos ojos muy encantadores, solo la podía ver muy pocos momentos, ya que estábamos en celdas separadas, así que no recuerdo muy bien su rostro, pero sé que era alguien muy hermosa.

Cuando la pude ver otra vez le pregunte:

—¿Quién eres? —pregunté con voz ronca

Pero me respondió en un idioma que nunca había escuchado, así que supuse que ella tampoco me entendió, pero en su mirada se notaba la compasión antes de que los guardias nos separaran.

Después de lo que parecieron horas, un hombre de aspecto elegante se acercó a mí. Vestía ropas finas y su mirada era cruel y fría.

—Este es el que queremos — dijo en un idioma que no entendía, y con un gesto de su mano, selló mi destino.

No entendía las palabras que intercambiaban, pero el tono y las miradas eran inconfundibles. Fui comprado por una familia rica, arrastrado a una nueva vida.

Muchas gracias por haber llegado hasta aquí. De ahora en adelante los capítulos serán publicados cada martes, espero les guste.




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