Te ves muy feo cuando lloras. Mejor no lo hagas, dijo - mirándome fijamente.
Solté una risa por la impresión de aquella respuesta, evidentemente sarcástica, pero que hizo olvidarme un momento de por qué lloraba.
—Así está mejor. Ves, eres más lindo cuando sonríes, porque estabas llorando —dijo, mientras se sentaba a mi lado en el banco.
Es que el chico que me gusta estaba enredado en la cama con una tía, nada que ver —dije, mientras me limpiaba las lágrimas con el brazo.
—¿Quieres que lo desaparezca del mapa? —dijo, mirando al frente y dándole otra calada a su cigarro.
—¡No estás loco! El me gusta, no quiero que muera.
—¡Qué aguafiestas eres
¡Ring, ring, ring! -Su teléfono sonó, sacándonos abruptamente de la conversación.
—¿Hola?
—Señor, ya lo encontramos. al hijo de perra intentaba salir del pais con la mercancía.
—Bien, ya voy para allá. y De len a nuestro huésped una cálida bienvenida.
—si , señor.
—Quisiera quedarme a jugar más contigo, solecito, pero el deber llama —dijo, mientras se ponía de pie y se subia a su moto negra .
—Lucas, me llamo Lucas.
Él solo sonrió, luego se puso su casco y se fue.
—¡Lucas! ¿Dónde estabas? Estaba buscándote por todos lados - dijo sam inperventilado ya que corrio dos cuadras para llegar hasta aqui.
—¿Qué te pasó? Te ves... eeh...
—Vámonos, no quiero hablar de eso ahora.- dije mientras me ponia de pie.
Sam y yo caminamos hasta llegar al crucero que nos divide para llegar a casa. Al llegar, mi papá ya me esperaba en el pórtico, furioso y de brazos cruzados.