El sol brillaba, las clases eran un fastidio y Sonic no podía sacarse una idea de la cabeza:
“Me besó… y no fue un sueño.”
—Hermano, ya bájale —dijo Ryo, mientras le lanzaba una gomita en la frente—. Estás como bobo desde que Emely te besó en el cachete.
Sonic suspiró mirando al cielo.
—¿Y si quería besarme en la boca pero se echó para atrás?
—¿Y si te callas y dejas de hablar como drama coreano? —rió Ryo—. Aunque… podríamos hacer que pase.
Sonic lo miró como si hubiera visto a un ángel. O un demonio muy útil.
—¿Cómo qué dijiste?
—Que si se alinean los planetas y yo hago equipo con… Kendo…
—¡¿Con Kendo?! ¡¿El hermano que quiere matarme si la hago llorar?!
—Ese mismo —sonrió Ryo—. Lo convencí.
🤝 El pacto de los “cuñados”
Ryo y Kendo se reunieron detrás del gimnasio.
Kendo cruzado de brazos, serio. Ryo con una sonrisa traviesa.
—No sé por qué acepto estas locuras —dijo Kendo.
—Porque tú también quieres ver si tu hermana está enamorada de Sonic.
—Quiero ver si lo está… para después golpearlo si la arruina —dijo Kendo.
—Trato justo —respondió Ryo.
Juntos, diseñaron la Operación: Primer Beso.
🎭 El escenario perfecto
Era el día de ensayo en el club de teatro. Todos estaban distraídos montando luces y moviendo sillas.
Ryo pasó junto a Emely y dejó caer una hoja con algo escrito. Ella la recogió y leyó:
“Te espero en la sala 3 del segundo piso. Solo. Sonic.”
Ella frunció el ceño.
—¿Este idiota ahora me escribe cartas? ¿Qué le pasa?
Curiosa (y un poco nerviosa), subió al segundo piso.
💋 El momento más inesperado
Sonic estaba allí, mirando por la ventana, sin saber qué decir.
Emely entró y cerró la puerta.
—¿Me dejaste una nota como si estuviéramos en una novela barata?
—Yo… eh… sí… digo, no. Digo… —Sonic no sabía ni cómo respirar.
—¿Qué querías?
—Verte. Solos. Porque quería… eh… saber si el beso del otro día fue un reto o si… tú querías.
Emely lo miró por un segundo eterno.
Luego suspiró y caminó hacia él.
—Fue un reto… al principio.
Sonic bajó la mirada.
—Pero me gustó —añadió Emely.
Y antes de que él pudiera reaccionar, lo besó en los labios. Suave. Lento. Real.
Los dos se separaron en shock. Sus corazones iban a mil por hora.
—¿Eso fue… real? —susurró Sonic.
—Sí. Pero espera...
¡Y Emely lo besó de nuevo! Esta vez con un poco más de fuerza.
Sonic casi pierde el equilibrio. Ella sonrió al separarse.
—Ahora sí fue por gusto.
Y salió de la sala como si nada.
Sonic se dejó caer en una silla, con la cara roja, el corazón latiendo y una sonrisa idiota.
—Estoy enamorado. Oficialmente. Jodidamente enamorado.
👀 Desde la cámara oculta…
Ryo y Kendo estaban escondidos detrás del armario, grabando todo.
—¡Lo hizo! ¡Dos veces! —susurró Ryo.
—Te dije que funcionaría. Aunque si la vuelve a besar sin que ella quiera, le parto la boca —dijo Kendo, cruzando los brazos.
—Hermano mayor responsable. Me gusta —rió Ryo.
—
🌙 Al caer la noche…
Sonic escribió en su cuaderno secreto:
“Me besó. Dos veces.
La primera me robó el alma.
La segunda me la devolvió… pero ya no quiero otra que no sea ella.”
Mientras tanto, el collar demoníaco de Sonic brillaba levemente, como si reconociera que algo se había encendido dentro de él… algo mucho más fuerte que la magia: el amor.