Entre mundos y collares

Novios, familias y una misión encubierta

El sol se filtraba suave por las ventanas del salón familiar de los Misakawa. La atmósfera era tranquila… hasta que Sonic, con sus manos en los bolsillos y una media sonrisa, soltó la bomba:

—Vengo a presentarme formalmente… como el novio de Emely.

La madre de Emely, que estaba sirviendo té, casi deja caer la tetera.

—¿Perdón?

Kendo se atragantó con una galleta.

—¿¡QUÉ!?

—No es broma —dijo Emely con total seriedad, tomando la mano de Sonic con suavidad—. Es en serio.

El silencio se volvió absoluto. Solo se oía el reloj en la pared.

Kendo se acercó, fulminando a Sonic con la mirada.

—¿Y tú estás cuerdo?

—Más que nunca, cuñi —respondió Sonic con su típica sonrisa burlona.

—Te juro que si la haces llorar… —gruñó Kendo, pero su madre lo interrumpió.

—Ya basta —dijo con firmeza, y luego miró a Sonic—. Si la hiciste sonreír, tal vez merezcas una oportunidad… pero te estaré observando, Huchija.

—Con gusto, señora Misakawa. —Sonic hizo una reverencia exagerada que hizo a Emely soltar una risita.

⋆ ⋆ ⋆

🕊️ La visita a la familia Huchija

Esa misma tarde, Sonic llevó a Emely a su casa.

Ryo, su hermano adoptivo, abrió la puerta… y al verlos juntos, gritó:

—¡OH POR DIOS, ERES TÚ! ¡¡EMELY LA DIOSA DEL CLUB DE BAILE!!

—¡Cállate, Ryo! —Sonic lo empujó de lado con el codo.

El padre de Sonic apareció, seguido por su primo Yuto. El ambiente fue algo más serio… hasta que Emely, algo tímida, dijo:

—Quiero que sepan… que Sonic y yo estamos saliendo.

—¿Saliendo de dónde? —preguntó el papá, confundido.

—No, papá… saliendo en plan romántico. Novios —aclaró Sonic.

Yuto alzó una ceja, sorprendido.

—Vaya… no pensé que sobrevivirías tanto como para tener novia.

—Gracias por tu apoyo emocional, primo.

Ryo empezó a grabar con su minicámara.

—¡Esto va a estar épico o muy mal, no hay punto medio!

Emely solo sonrió con ternura. La familia Huchija, al final, la recibió con calidez… incluso más que Sonic esperaba.

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🌒 Encuentro con Misakawa

Al final del día, Sonic caminó solo bajo la luna. Un auto negro se estacionó a su lado. Era el señor Misakawa, con su elegante traje y mirada seria.

—Black Cat.

—¿Alguna misión?

Misakawa le entregó un sobre negro, sellado con el símbolo de los Gatos de la Noche.

—Quiero que te infiltrees en uno de los diez clanes corruptos. Se hacen llamar La Sangre de Humo. Están reclutando jóvenes con habilidades especiales… como tú.

Sonic tomó el sobre sin decir una palabra.

—Quiero información. Y si puedes… empieza a desestabilizarlos desde adentro.

—¿Y si descubren quién soy?

—Entonces, haz lo que mejor haces. Desaparece… y regresa cuando hayas sembrado el caos.

Sonic metió el sobre en su chaqueta, su mirada volviéndose fría.

—Black Cat en camino.

Y con un salto, se perdió entre los tejados, dejando atrás al hombre que lo estaba convirtiendo en leyenda… o en algo más oscuro.




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