La noche cayó pesada sobre la ciudad, como si supiera que algo oscuro estaba por comenzar. Sonic, ahora conocido en secreto como Black Cat, se preparaba para la misión más delicada desde que entró a los Gatos de la Noche: infiltrarse en el Clan Vértice Carmesí, uno de los diez clanes corruptos liderados por los Dragones de Fuego.
—En esta misión no puedes confiar en nadie —le dijo el Señor Misakawa, su mirada seria como acero—. Si te descubren… ni tu collar, ni tus habilidades te salvarán.
Sonic simplemente se ajustó la capucha negra, dejando ver solo el brillo carmesí de sus ojos.
—Perfecto, justo como me gusta… divertido.
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🕶️ Infiltración
El plan era simple: hacerse pasar por un nuevo recluta, recopilar información sobre los líderes del clan y robar una de las coordenadas que indicaban dónde ocultaban los collares demoníacos.
Pero la ejecución… no tanto.
Durante tres días, Sonic vivió entre asesinos de verdad. Disfrazado, silencioso, con una máscara parcial que cubría su rostro. Era uno más entre ellos.
Tuvo que luchar en pruebas internas, responder a preguntas capciosas, y hasta hacer que lo golpearan para ganar su confianza.
A veces, incluso dudaba si podría salir.
Pero en su muñeca, la muñequera con el símbolo de los Gatos de la Noche le recordaba quién era.
Y en su corazón… el recuerdo de Emely.
Su sonrisa. Su beso en el campo de entrenamiento.
Su promesa no dicha: “Vuelve vivo.”
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🔥 Caos y escape
La noche del cuarto día, Sonic finalmente encontró lo que buscaba: un mapa sellado con magia oscura. Estaba oculto en una bóveda subterránea custodiada por un hechicero corrupto.
El enfrentamiento fue brutal. Sonic usó cada habilidad que tenía:
—supervelocidad, reflejos sobrehumanos, su Sharingan…
Y al final, con un golpe giratorio que dejó al enemigo inconsciente, logró robar el mapa y escapar entre humo y alarmas.
Los soldados lo persiguieron. Se lanzó desde un edificio a otro. Sangraba del brazo. Una pierna le temblaba.
Pero llegó.
Cruzó el canal que marcaba el límite del territorio enemigo y se derrumbó en el punto de encuentro, donde lo esperaba una figura que corrió hacia él sin pensarlo.
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💋 El reencuentro
—¡Sonic! —gritó Emely, lanzándose hacia él.
Él apenas alcanzó a abrir los brazos antes de que ella se estrellara contra su pecho. Lo abrazó tan fuerte que casi lo tumba.
—Estás vivo… ¡idiota! —dijo, con la voz quebrada por la mezcla de rabia, miedo y alivio.
—¿Esperabas que me muriera? —bromeó él con una sonrisa débil.
—¡Cállate!
Y sin esperar más, lo besó. Esta vez sin aviso, sin timidez, sin juegos.
Lo besó con pasión. Con rabia. Con todo lo que no dijo en cuatro días.
Sonic la rodeó con los brazos, más fuerte que nunca. Cerró los ojos y dejó de pensar por unos segundos.
—Gracias por venir —susurró él.
—Siempre lo haré —dijo Emely, apoyando su frente en la de él.
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🌙 Fin del capítulo
Esa noche, mientras el clan festejaba el regreso de Black Cat, Sonic y Emely se alejaron un momento, solos bajo el cielo estrellado.
—¿Sabes qué pensé todo el tiempo allá adentro? —preguntó Sonic.
—¿En mí?
—Sí… y en lo mucho que me gusta que me beses sin avisar.
Emely sonrió, traviesa.
—Pues acostúmbrate. Porque lo voy a hacer más seguido.
Y lo volvió a besar. Con el corazón latiendo fuerte.
Porque ya no era un juego.
Lo de ellos… empezaba a ser real.