El sol brillaba sobre los patios del Instituto Daikō, marcando el inicio de algo que los estudiantes esperaban con ansias:
el Torneo Estudiantil Interclases.
Equipos de diferentes salones se preparaban para competir en fútbol, baloncesto, carreras, juegos de inteligencia, coreografías y más.
Sonic, como siempre, estaba metido en todos los clubes, así que no tenía descanso.
—¡Vamos, Black Cat! ¡Muéstrales cómo se juega! —gritó Ryo desde las gradas, con una cámara en mano y gafas oscuras, como siempre.
Sonic sonrió mientras hacía una volcada espectacular en el aro.
Desde las gradas, Emely aplaudía con orgullo… aunque también con un brillo travieso en los ojos.
Tenía un secreto guardado… uno muy importante.
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🎉 Festival Estudiantil
Después de las competencias, el instituto se transformó en un gigantesco festival.
Puestos de comida, juegos, concursos de karaoke, bailes…
Sonic estaba por todas partes: vendía ramen con su club de cocina, cantaba en el escenario con Emely en un dueto romántico, bailaba sin querer armar coreografías con medio colegio.
—Estás loco —le dijo Emely, riendo mientras él la hacía girar.
—Sí, pero solo por ti —le guiñó.
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🐾 La visita inesperada
Cuando ya caía la tarde, entre luces de papel y música de fondo, llegaron ellos:
Los Gatos de la Noche.
Vestidos de negro, elegantes y discretos, se paseaban entre los estudiantes sin llamar mucho la atención. Al frente, caminaba el Señor Misakawa, imponente pero con una leve sonrisa.
—Qué festival tan ruidoso —comentó.
Sonic lo vio acercarse y levantó una ceja.
—¿Ustedes también vinieron a competir en karaoke?
Misakawa soltó una pequeña carcajada.
—No exactamente. Solo quería ver cómo le va a mi asesino estrella en su otra vida…
Y también decirte algo.
Sonic se puso serio.
—¿Una misión?
—No, por hoy no. Hoy… —dijo mientras se giraba hacia Emely—, diviértete con ella. Te lo mereces.
Pero ojo… que me dijo que te tiene una sorpresa. No sé qué es, pero sonaba grande.
Sonic se volteó a mirar a Emely… quien ahora estaba de pie frente a él, con una cajita pequeña en sus manos.
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💍 La promesa
—¿Emely…? —preguntó Sonic, sorprendido.
—Shhh… —dijo ella, algo nerviosa pero decidida.
Abrió la cajita y sacó un anillo plateado con un brillo celestial, sencillo pero hermoso.
—Hablé con mis padres… y con los tuyos.
Les dije que quería hacer esto.
Y todos… dijeron que sí.
Sonic abrió los ojos como platos. La gente alrededor se quedó callada.
Los del clan, sus amigos, hasta Misakawa la miraban sin parpadear.
—Sonic Huchija —dijo Emely con una sonrisa preciosa—.
¿Quieres comprometerte conmigo?
Sonic no dijo nada… solo la miró, sonrió como nunca… y la besó.
Un beso largo. Fuerte.
De esos que hacen a todos los demás gritar.
—¡SÍ! —gritó él al fin, levantándola en brazos mientras la giraba en el aire.
La multitud aplaudió. Los Gatos de la Noche lo celebraron con orgullo silencioso.
Y el cielo nocturno, cubierto de faroles de papel, parecía brillar más que nunca.
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🌙 Fin del capítulo
—¿Qué sigue ahora? —preguntó Sonic, entre risas.
—Ahora… —susurró Emely en su oído—, te vas a tener que acostumbrar a muchos más besos sorpresa.
Sonic tragó saliva.
—Estoy listo… creo.
Y con las manos entrelazadas, se alejaron entre las luces del festival, sabiendo que el mundo podía estar lleno de caos, pero su historia… recién empezaba a brillar.