Entre mundos y collares

El experimento del pasado

El sol brillaba sobre el Instituto Daikō,
pero en la mente de Sonic Huchija, todo era oscuridad.

Estaba solo en el tejado del edificio principal,
con la capucha puesta y los ojos clavados en el cielo.

Un recuerdo.

Un maldito recuerdo que volvía cada vez con más fuerza…

“Grita todo lo que quieras, criatura. Eres nuestro experimento número 27.”
“¡Déjenme ir!”
“Silencio. Vamos a ver cuánto resiste tu cuerpo a la fusión demoníaca.”

Una celda.
Una aguja.
Gritos.
Fuego.

El rugido de los Dragones de Fuego.

Sonic apretó los puños.
Ese día lo destruyeron por dentro.
Ese día… nació el demonio que ahora era.

🧪 Mientras tanto, en la escuela...

Un nuevo “profesor” se presentaba en el aula de ciencias.

—Hola a todos, soy el doctor Renga. Encargado de biotecnología avanzada.

Traje blanco. Sonrisa falsa. Voz suave.
Pero los Gatos de la Noche que vigilaban el instituto lo notaron al instante.

Desde su computadora, Yuto escaneó el rostro del tipo.

—…No puede ser —murmuró.

—¿Qué pasa? —preguntó Ryo.

—Es uno de los científicos del Proyecto 27… uno de los que experimentaron con Sonic.

Emely, que escuchaba desde la puerta, sintió que el estómago se le hundía.

—¿Sonic… fue un experimento?

Y entonces, Misakawa apareció en silencio.

—Sí. Y ese hombre... es uno de los responsables de lo que le hicieron.

🚨 El intento de huida

La alarma sonó.

El “profesor” Renga se dio cuenta de que lo habían descubierto.

Intentó escapar por la parte trasera del instituto,
pero los Gatos de la Noche ya lo estaban esperando.

—¡ALTO AHÍ! —gritó Kendo, empuñando su shinai.

Renga sacó un arma energética y disparó,
hiriendo a un agente antes de correr hacia el bosque.

Pero no llegó lejos.

Un destello azul cruzó el aire…

Sonic apareció.

Su mirada carmesí era fuego vivo.
Su velocidad, inhumana.

De una patada lo tumbó al suelo y lo sujetó del cuello con una sola mano.

—¡¿TE ACUERDAS DE MÍ?!
—¡Por favor…!
—¡EXPERIMENTO 27! ¡Soy ese niño al que ustedes destrozaron!

El científico temblaba.
No tenía escapatoria.

—¡Sonic, no! —gritó Emely desde atrás.

—¡Suéltame! ¡Tú no sabes lo que me hicieron!

Iba a matarlo. Iba a romperle el cuello…

Hasta que una voz fuerte lo detuvo:

¡BASTA, BLACK CAT!

Era el señor Misakawa, su líder.

—No aquí. No así.
Si lo matas ahora, nunca sabremos dónde está el laboratorio central.
¿Quieres venganza… o justicia?

Sonic tembló. Sus ojos se llenaron de rabia y lágrimas.

Finalmente… soltó al científico,
que cayó al piso llorando y jadeando.

🌌 Más tarde…

Sonic estaba sentado en silencio en el jardín del instituto.

Emely se acercó. No dijo nada al principio.

Solo se sentó a su lado, mirándolo con dolor.

—¿Por qué… por qué no me contaste lo que te hicieron?

Sonic no respondió de inmediato.

—Porque cuando estoy contigo… siento que no soy un monstruo.
Y si supieras todo lo que llevo dentro… pensé que te daría miedo.

Ella lo abrazó con fuerza.

—Tú no eres lo que te hicieron. Eres Sonic Huchija.
Y yo te amo… con todo lo que eres.
Incluso con las cicatrices.

Él sonrió, con los ojos húmedos.

—Gracias, Emely…

⚖️ Mientras tanto…

En una sala oscura, el doctor Renga fue encadenado por los agentes del clan.

Yuto se acercó con su tableta.

—Tienes información valiosa.
Y te aseguro que vas a hablar…
O nosotros sabremos cómo hacerte cantar.




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