Inhalar. Exhalar.
Inhalar. Exhalar.
Mis dedos cabalgando en la pared.
La paciencia es primordial para vivir en este mundo, pero no estaba hecho para esperar.
—¿¡Puedes salir del baño de una maldita vez!?
Desde el otro lado no se oyó nada. El olor se filtraba por las rendijas de la puerta. Nauseabundo, extremadamente potente. Tapé mi nariz. Un ojo me lagrimeaba.
Le había vendido el alma al váter.
Si permanecía más tiempo allí, se convertiría en un arma letal. Opté por el espejo de la cocina.
En una de las esquinas se encontraba la peluca negra de ayer, se me dibujó una sonrisa.
Acomodé mi traje negro, corbata en orden, estrujé mi cabello a un lado, pero dejando ver algunos mechones desparramados. Solo quedaba despedirme del moribundo.
Miré el reloj de pared y me decía que en cinco minutos comenzaría el anuncio.
—Me largo, ya se hace tar...
Allí estaba, de calzones y rascando su voluptuosa panza, se paró en el marco de la puerta de la cocina.
—¿Qué hay para cenar? —dijo despreocupado acariciando los pocos cabellos vivos en su inminente calvicie.
Incliné mi cabeza a un lado.
—¿Cenar? Son las siete de la mañana, ya tengo que estar en el puerto.
—¡Oh, cierto! La resaca me estresa. El vodka de ayer me encerró una hora en el baño, siento que la panza se me derrite.
—Ya pude darme cuenta, espera... ¿Estuviste tomando? —pregunté asombrado. El jamás bebía ni una gota de alcohol.
Sacó su mano del marco y apoyó toda su mejilla en él, con una expresión de... ¿Cómo si quisiera no vivir más?
—La fiesta de ayer, ¿te acuerdas? —de repente puso cara de pervertido—. Oye tú picaron ¿Qué sucedió con esas dos chicas? Vaya Don Juan resultaste ser.
¿De qué habla?
—Le mandaré un mensaje a Star, si tu no la quieres, puede que tenga una chance —Hizo una pequeña risita de niño bribón mientras sacaba el celular de su calzoncillo.
Que hombre decepcionante, pero entre esa decepción, tomé conciencia de lo que había dicho.
—¿Qué- qué estás diciendo?
El viejo quitó la vista de su celular y me observó contorneando la mirada.
—Si la querías, lo hubieras pensado antes de andar de parranda con otras mujeres. Pobre Star, no sabe que en realidad eres un ninfómano desesperado por sexo.
—Pero si aún no he estado con nad... —Mi boca se cerró de vergüenza antes de que pudiera terminar.
Lanzó una agresiva carcajada.
—¿Un ninfómano virgen? Dónde se ha visto eso —Una risa, y a continuación más risa.
Ya entendía a donde iba con esto. Él era así. Jamás tendría una despedida normal.
Caminé en silencio hasta el almacén y busqué por debajo los tan preciados guantes de boxeo.
Me los puse con la más elegancia de las sutilezas y de reojo mi padre se estaba echando hacia atrás.
—¿Qué haces con los guantes de Hafthor? ¡No, no es así como funciona esto!
Apreté la mandíbula y choqué mis puños llenos de ira.
—De esta forma responderé cuando alguien intente molestarme —Alcé mi brazo rápidamente encima de su cabeza hasta que Bob expulsó un ligero grito agudo.
—¡En la cara no!
Me intentaba preparar de nuevo para los primeros días de la universidad, a su manera. De esa forma él me enseñaba y de esa misma forma yo aprendía.
Detuve el trayecto.
—No quiero regresar a la cárcel, prometí que mis años de matanzas se acabarían, y no romperé la promesa que le hice a mi hija —le di un tono dramático.
—¿Acaso tienes una hija? Yo... Lo siento por comportarme tan inmaduro —dijo cabizbajo.
—De igual manera mi familia ya quedó en el pasado —lancé una mano hacia atrás echando aire.
—Entonces se han muer... Oh, lo siento tanto —intentó consolarme.
—¡Yo las mate! ¡Muahahaha!
[...]
El juego de luces iluminó las calles de la quinta avenida en New York, cada pantalla se transformó en un mismo reflejo.
Una mujer esbelta, cabello estirado, pómulos brillantes. Los ojos negros y mirada dura, sin un ápice de alegría.
—En un mundo conectado, es difícil sostener las apariencias... Nuestra disculpa, rogamos por el bien de la humanidad en mantener el orden social, pero hemos sido expuestos. Ya no nos ocultaremos, necesitamos su ayuda. En el décimo año de la creación, decidimos extender las fronteras. ¡Dream ha empezado el reclutamiento mundial!
Los miles de espectadores observando desde las aceras no tardaron en echar un estruendoso aplauso acompañado de gritos desaforados.
Madrid
—Financiada por cuarenta y tres países. Ellos se han puesto el futuro del mundo en sus hombros. Todo es posible —hablaba la misteriosa mujer.
Londres. Tokio. Sídney. San Pablo. Berlín. Lima. Algunas de las ciudades que conformaban la unión.
La conmoción que había generado Dream lograba superar las expectativas y eso se podía ver a simple vista. La formación de super humanos traía a todos enloquecidos, iba más allá de enfrentarse a lo desconocido, sentirse un héroe se había convertido en una necesidad.
Mientras que, en Islandia, yo estaba a un costado de la horda.
Un paso más.
La pantalla gigante sobre el puerto era la atención de todos los islandeses presentes.
—Nos forzaron a cambiar, ellos creen que lograrán someternos —Negó con su cabeza optimista y mostró su puño a cámara—. Encontramos la forma de evolucionar más allá de lo imaginable. Formamos la nueva generación. Lo imposible ya es cosa del pasado, y para demostrarlo, nos ha dejado un mensaje el mejor estudiante que nos dio Dream. Un estudiante que ha ganado innumerables batallas por el bien de la humanidad.
"Es él"
"¿Estará con su nuevo look?"
Se susurraban un grupo de adolescentes frente mío, arrastrando las mangas para morderlas con fiereza.
La mujer tomó aire, y gritó:
—¡Bendy! —Hizo una pausa sabiendo lo que todos esperaban-. ¡Gaps!
El puerto elevó un estruendoso aplauso, como si todos lo conocieran. Yo solo seguí a la multitud con unas tímidas palmas.