Entre Sueños

¿sueños?

2013

- Mami, no tengo sueño- dice Manuelito entrando a la sala en donde me encuentro leyendo - esperare hasta que papa llegue, quiero verlo hoy–  explica poniendo ojos de cachorro adolorido.

Levanto levemente la cabeza y puedo ver su intento fallido de convencerme. 

- Te vas a aburrir y tarde o temprano te dormirás – digo mientras sigo leyendo.

- No lo hare, ¡lo prometo!, si quieres, léeme un cuento, pero uno interesante para no dormirme – exclama con las manos empalmadas suplicándome con esos lindos ojitos color gris.

- ¿Leerte?, déjame hacerte una pregunta mi vida – digo recordando todo con una sonrisa pícara.

- ¿Qué pasaría si te das cuenta que tus sueños no son solo momentos irreales, sino que son universos paralelos en el cual existes, y al despertar tu cerebro para protegerte olvida que soñaste? – agrego.

- ¿¡Eh!?, Pues… - dice balbuceando su respuesta, entonces lo interrumpo.

- Jaja ¿No lo sabes?, pues déjame contarte una historia, es la favorita de tu padre y mía.

(…)

1999 (mundo C)

(NARRA BETH)

- Madre por favor, ya tengo 16 años, no veo por qué la necesidad de ir al psiquiatra, toda mi vida he ido y no veo mejora en nada, solo te están estafando – exclamo un poco aburrida de la situación, hasta cuando me tomaran por loca.

- No pongas peros señorita, iras hasta que dejes de tener esos sueños raros, sabes que es por tu bienestar, no sabemos cuánto durara tu corazón si sigues así – me mira frunciendo el ceño, toma mi brazo, y me arrastra al auto.

¡Sé que es por mí bien pero odio ser el bicho raro de la familia! – exclamo en un leve susurro para que no lo oiga.

(…)

Al llegar con el psiquiatra, quien me ha atendido toda una vida, siento la mirada disimulada de los familiares de algunos pacientes, y no hace falta leer sus mentes para saber que están pensado de mí, todos aquí saben de mi caso, (la chica que muere por sus sueños, literalmente).

- Buenos días Ana y buenos días Beth, ¿cómo se encuentra mi paciente favorita? – dice el Doc con un tono cariñoso y paternal.

- Como todos los días Dr. William, feliz de venir a sus citas aburridas – digo sarcásticamente mientras cruzo los brazos.

- JAJAJA…- el Dr. suelta un leve suspiro - Veo que aun tienes ese buen humor que te caracteriza- siento un poco de sarcasmo en su voz, pero la verdad no me importa – Bueno, cuéntame que ha ocurrido de nuevo en tus sueños. ¿Las pastillas aun no funcionan? – pregunta mientras busca su libreta e invita a mi madre y a mí a sentarnos como es costumbre.

- Sus tontas pastillas nunca funcionan, no veo la necesidad de tu pregunta tan lógica – fui un poquito grosera pero enserio esta situación es obstinante.

- ELIZABETH, más respeto por favor – exclama furiosa mi madre, creo que si fui muy grosera – Perdónela Dr. Hoy Beth está un poco sensible – agrega con un tono empalagoso para suavizar mi respuesta inadecuada.

- No importa, la entiendo, debe sentirse agobiada, pero para eso estoy yo, para ayudarla – el Dr. William hace muy bien su trabajo, es paciente y nos trata amablemente, es bueno, además, creo que a mi madre le gusta.

- Está bien salgamos de esto rápido, otra vez soñé lo mismo, me encontraba como en una escuela pero no una ordinaria, era especial, pero no recuerdo muy bien, solo sé que me sentía agitada, quizás porque estaba corriendo, veía a muchas personas a mi lado, pero siempre olvido sus rostros; de un momento a otro, estaba en un laboratorio, pero no ese típico laboratorio en el que cortamos ranas, había mucha tecnología, y objetos que jamás he visto, además veía como extremidades de animales, pero no alguno que conozcamos, no sé qué eran, de repente oí la misma voz misteriosa de siempre decir mi nombre y en ese momento mi corazón se volvió a acelerar y desperté – termino de hablar y me levanto de mi asiento para dirigirme a la puerta e irme.

- Ok, me dices que siempre que escuchas tu nombre, un dolor en el corazón te despiert… ¿Elizabeth, a dónde vas?, aún no termina la sesión – que hay de bueno en escucharlo decir siempre eso, sin darme respuestas esto ya simplemente me parece irritante y sin sentido.

- Lo siento Doc. Ya terminamos aquí, mamá vámonos – exclamo mientras sostengo el brazo de mi madre y la arrastro a la puerta.

- Muy bien, nos vemos mañana – dice con un tono de decepción.

- Si si, como diga – empujo a mi madre fuera de ese hospital psiquiátrico para irnos a la casa lo antes posible.

(…)

Al llegar a mi casa corro a mi habitación para distraerme leyendo más que todo historias de miedo o leyendas para pasar el mayor tiempo que pueda sin dormir puesto que ayuda a no tener esas pesadillas raras y es mi pasatiempo favorito, ya que no tengo permitido ver la tele, porque probablemente puede estimular mis sueños y ponerlos fuera de control, hay muchas cosas de las cuales tengo prohibido lo cual es muy absurdo pero no puedo discutirlo.

12:35 am

Me encuentro sentada en mi cama con la espalda recostada en la pared leyendo “La casa embrujada” es un libro que me recomendó “San Google” y que empecé a leer recientemente.



#18458 en Otros
#2347 en Aventura
#12922 en Fantasía
#5188 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: traicion, amor, amistad

Editado: 04.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.