Lo dejé todo atrás:
lo conocido, la comodidad,
mis amigos, mi familia.
Todo por el sueño de empezar de nuevo,
de encontrar un nuevo inicio.
Me adentré en lo desconocido,
buscando experiencias que nunca había vivido.
Llevaba el miedo en las manos,
la incertidumbre en el corazón,
sin saber qué podría pasar,
ni qué esperar de este camino incierto.
No confío fácil en los demás,
y no sé si encajaré o seré excluida de nuevo,
porque soy inexperta en este nuevo mundo.
Pero, aun así, sé que debo hacerlo.
Es mi única manera de sanar,
de mejorarme y reencontrarme.
Y aunque el miedo me acompañe,
sé que al final, todo esto valdrá la pena.
Editado: 23.11.2024