Entrelazados

Dos

Capítulo dos.

2

Abro mis ojos sintiendo como estoy encima de alguien, mis defensas se activan y trato de alejarme pero alguien me tiene atada, miro bien todo notando que estoy encima de Kellen bajo mi mirada notando como sus brazos me envuelven, atándome con posesividad a él.

Recargo mi cabeza de nuevo en su pecho y suspiro, todo a llevado un gran cambio en mi vida después de haber descubierto que era una Omega me encerré alejándome de todo el mundo ocultandome, y cuando estuve en peligro huí escapando de lobos morbosos, mi vida solo se resumió a adaptarme a la humanidad escapando de las especies sobrenaturales de todo lo que tenga que ver con seres sobrenaturales.

Y estar ahora sintiéndome al fin a salvo, durmiendo en paz. Es algo irreal nunca soñé en encontrar a mi pareja no quería ilusionarme con nada, no quería luego terminar dañada por mi misma.

 

— En qué piensas pequeña.— giro mi rostro recargando mi mentón en su pecho y lo miro a los ojos, su voz rasposa y suave hacen que mi Omega se derrita,— Eres muy hermosa.

 

Esto puede ser tan irreal, sueño, es como es, estoy soñando y pronto esto se acabara.

Sus ojos brillosos me miran, son tan fríos y hermosos a la vez, el aire frío que transmite su aura es tan extravagante que no me importaría seguir estando a su lado, la oscuridad que sus ojos transmiten es tan tentadora que quisiera perderme en ella.

Tiene unas hermosas y grandes pestañas tan oscuras como la oscuridad de sus ojos, su cabello cae sobre su frente, es tan oscuro que la tentación de tocarlo me invade pero, me controlo, sus claras gemas me miran, es algo realmente irreal.

 

La realidad.

 

Es cruel, y dura.

 

Es algo indeseado que no quiero.

 

No quiero volver a mi realidad.

 

Fea.

 

Cruel.

 

Dura.

 

No.

 

Su voz me saca de mis más profundos pensamientos, — Todo bien.— es tan áspera, fría y ronca, rasposa.

 

— Todo bien.— respondo, me siento en la cama sintiendo el frío envolverme, me acuesto de nuevo en su suave pecho sintiendo como el calor vuelve a mi.

 

Siento sus brazos envolverse en mi cintura, ese sentimiento de comodidad es algo de lo cual no quiero que desaparezca, la calidez es tan única que solo quisiera estar así en toda mi vida.

La puerta es tocada y solo escucho como se abre, mis ojos se cierran nerviosa, la voz de alguien se escucha pero aun asi yo no respondo el único que responde es él, Kellen.

 

— No te escondas hermosa mía, no tienes que hacerlo.

 

— Lo siento.— murmuró, destapo mi rostro observandolo, la cercanía entre nosotros es demasiada, siento su aliento sobre mis mejillas, mi cuerpo se estremece cuando su mano agarra mi mejilla.

 

El calor que comienza a crecer desde mi corazón, es algo, un sentimiento, algo que nunca senti, el me hace sentir cosas, esas cosas duelen. Malo.

 

Mierda.

 

Un suspiro sale de mis labios cuando los suyos comienzan a devorarme, cada jadeo que sale de mi es por él, cada caricia que él da hace eso, mi cuerpo se doblega ante él.

 

— Mienne.— sus labios descienden por mi clavícula,la presión que ejerce en esa área por alguna razón se siente bien, excelente.— Ma belle dame.— sus manos me toman de la cintura alzandome, sus labios se separan de mi dejándome una extraña sensación por eso.

 

Me sienta en la cama enfrente de lo que creo es una mesa, ¿de donde salio?, es inevitable que esa pregunta no deje mi mente, lo miró fijamente mientras él se mueve sentándose en alguna silla elegante, saber de donde salio esta es imposible.

Sus ojos verdosos me miran esperando algo de mi pero no entiendo que, mis ojos dejan los suyos para examinar la comida que hay enfrente mío, mi boca se hace agua al ver tales delicias que nunca había probado en años, hace mucho que no como algo como igual, o mucho menos desayuno como en este instante.

 

— En donde habías estado todo este tiempo, ma lune.— tantas cosas a dicho con ese idioma que no se cual es, el único en mi conocimiento es el inglés.

 

— ¿Que idioma es ese?.— una sonrisa se apodera de sus labios pero nada sale de ellos, comienza a tragar uno que otro bocado de alguna comida que hay en la mesa pequeña.




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