Entrelazados

Seis

Capítulo seis.

6

 

Paso mis manos por mi cabello nuevamente, su olor, lo necesito. Miró con atención desde mi despacho hacia la cabaña donde vive ahora, mi Alpha demanda el ir y ayudar a su celo pero ella lo impide usando esas malditas pastillas, matare al científico que las creo, y me golpeare por permitirlas usa.

 

— Señor, nuestros hombres no soportan el olor a feromonas de la Omega algunas de las chicas que puso tuvieron que adormecerlos.— agradezco a mi padre por permitir que las chicas sean parte de la seguridad ayudan demasiado en estos casos, tendrán una cena especial por proteger a mi Omega.

 

— Envía a las demás chicas para proteger los puntos que quedaron desprotegidos, te advierto que si algo le pasa serás el primero en morir y tendrás el honor de ser empalado en las fronteras.— huelo su nerviosismo,— ¿A pedido algo?, ¿se han hecho cargo de todas sus necesidades para que este cómoda?.— preguntó impaciente, el solo tenerla lejos me mata.

 

— Si, pero…— giró mi rostro mirándolo, ese pero no me gusta,— trato de convencer a algunos de los Alphas a cargo de su protección para que la ayudaran con su celo. Pusimos a una chica a cargo para que entre y salga cuando la Omega pida ropa o comida, ella dice que se queja del dolor que siente.— golpeo mi escritorio, maldición era lo que no quería.

 

Un mes, un maldito mes a pasado y no pude ayudar en su primer celo conmigo, no me permite verla o tocarla si fuera alguien más ya estuviera muerta y empalada en las fronteras pero no, ella no, ella es la única que puede pedir y hacer lo que sea y aún así la querré a mi lado junto a mi.

 

— Quiero que la saquen de ahí, la quiero en mi habitación en veinte minutos.— asiente, sale cerrando la puerta y golpeó nuevamente el escritorio rompiéndolo en dos.

 

Ya no puedo más, la necesito, necesito todo de ella, necesito sus pucheros, necesito su cuerpo a mi lado, la necesito dentro de mi castillo dando vueltas por todos los lugares.

Necesito ayudarla en su celo mi naturaleza lo demanda como algo importante que siempre debo de hacer.

Necesito que me perdone ya no soporto que rechace mis cartas y las tire, que rechace mis regalos, no importa cuántas cosas le compre cuanta tecnología compre para que ella usara y estuviera comunicada conmigo ella las tiro o regalo a las mujeres que se aseguran de su seguridad.

Salgo de mi despacho, dos betas me miran con miedo y sonrió, el miedo es algo que solo me hace sentir placer al igual que el dolor de los demás, pero aun así necesito que Adara me pida y deje cumplir las cosas que ella quiera, necesito su permiso.

Porque no me perdona, que necesito para que me perdone, si supiera que le puedo dar el mundo y entregárselo en bandeja de oro solo para ella, todo lo que pida se lo cumplire si pide que mate a todas las personas que le han hecho daño lo haré, este mundo es mio ahora y pronto nuestro.

La necesito marcar pero necesito su permiso primero.

Necesito su perdón sobre todo lo demás.

 

— Alpha rey, — miró a la chica enfrente mío su vestimenta me da a entender que es una de las guardias que puse a cargo de la seguridad de mi Omega,— la reina no quiere salir de su cabaña. Dijo…— la veo tragar con miedo,— dijo q-que no quería volver a verlo.

 

Frunzo mi ceño, agarró a la mujer del cuello alzandola con furia como ella se atreve a decirme eso,— Que les dije… responde.

 

— Q-q-que la s-sacaramos de s-s-su ca-cab-cabaña…— la suelto dejándola caer, el olor de Adara llega a mis fosas nasales y me relajo, me giro viéndola y mi mente se nubla por sus feromonas.

 

— ¿Que hiciste?. ¡Oh por la luna!, ¿estas bien?.— se acerca a la mujer que trata de recuperar la respiración y la ayuda.— Eres un monstruo Kellen.— su mirada transmite todas las cosas que nunca quise que ella pensara de mi.

 

— Adara…

 

— Discúlpate ahora con ella.— la chica la mira con preocupación,  porque todos piensan que le haré daño a ella, nunca le haría daño a mi Omega. Gruño,— No me gruñas pidele perdon por lo que hiciste.

 

— Disculpa que te estuviera ahorcando.— la chica da un asentimiento y sale tan rápido que ni Adara puede detenerla.

 

— En todo este mes he descubierto mas de ti que en los otros meses en que estuve aquí, ¿por qué le lanzas la muerte a todos? mataste a esos hombres que mandaste.

 

— Ellos desafiaron mis ordenes, te querían hacer suya y tu solo eres mia.— gruñe con enfado pero para mis ojos es lo más tierna que pude haber visto en todas mis décadas.

 

— No, tu me ilusionaste y luego fuiste con otra… no yo ya no te venero.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.