Entrelazados

Doce

Capítulo doce.

12

 

  Suspiro cerrando mis ojos por la sensación que es sentir sus dientes en mi piel, lo está haciendo, jadeo satisfecha por portar su mordida en mi clavícula mientras pasa sus manos por todo mi cuerpo. Gimo cuando se introduce con lentitud en mi queriendo no hacerme daño, entierro mis uñas sintiendo ese dolor infernal en mi entrepierna, muerde mi hombro debilitandome.

 

  — K-kellen…— suspiro pesadamente sintiendo un deseo más mórbido recorrerme, siento cada una de sus embestidas cada una menos dolorosa que la otra.

 

  Tiro mi cabeza hacia atrás sintiendo miles de sensaciones recorrerme en gran cantidad, nublando mi mente. Muerdo mi labio queriendo saber más sobre lo que le ocurre a mi cuerpo mientras experimento algo nuevo, nunca pude haber imaginado que esto sería así.

 

  Besa mi piel en espacio que nunca antes había tocado, recibo un placer que nunca antes había sentido y del cual quiero seguir probando, atrapo sus labios en un jugoso beso sintiendo mi interior revolverse por todo el cariño que recibo de mi Alpha.

 

  — Adara...— gruñe mi nombre, miro sus ojos viendo esa oscuridad que me gusta tanto de él. Mi interior se oprime, siento un mar de emociones juntándose en mi abdomen bajo.

 

[…]

 

  Pongo mis manos en el pecho de Kellen, suspiro cansada después de haber visto como el sol salía nuevamente informando que es un nuevo día. Admiro con emoción en mis ojos a Kellen sintiéndome bien por estar en sus brazos, también, por haber experimentado el sexo nunca hubiera pensado que eso te hacia sentir muchas cosas satisfacotrias y placenteras corrientes que se esparcen por todo tu cuerpo.

 

  Quiero volver a hacerlo, solo con mi Alpha. Él me deja ver más allá que solo estrellas, se siente magnífico sentir ese trozo de carne que solo me hace temblar en miles de orgasmos posibles.

 

  — Mon oméga…— musita en mis oídos haciéndome temblar, mi interior se remueve nervioso mientras sus manos agarran mi cintura poniéndome encima suyo. Miró sus ojos brillosos escondiendo la oscuridad interna que él tiene,— Eres lo más dulce en mi vida.

 

  Me sonrojo inevitablemente escondo la sonrisa que quiere salir de mis labios, recargo mi mentón en su pecho mirándolo sin apartar mis ojos de los suyos. El suave aroma que toca mi cuerpo me hace erizar mi piel, corro mi mirada hacia otro lado cuando me doy cuenta que estoy completamente desnuda arriba de su cuerpo.

 

  — Me puedo vestir.

 

  — Me encanta sentir tu cuerpo.— me pone debajo suyo dejándome expuesta hacia él, miró hacia otro lado nerviosa e intimidada por su profunda mirada,— Me encantan las marcas en tu cuerpo, son todas mías, tu cuerpo me encanta y es todo mío.— besa mi cuerpo estremeciéndome, suspiro con pesadez mientras sus manos moldean mi cuerpo a su antojo.

 

  Succiona algunas zonas de mi cuerpo, cierro mis ojos sintiendo todas las caricias que mi Alpha da a mi cuerpo. Muerdo mis labios ocultando mis jadeos y gemidos que quieren salir avergonzandome,  aprieto mis manos cuando sus labios bajan a mi entrepierna la cual se humedece en cada beso húmedo que él deja en mi abdomen.

 

  — Alpha, por favor.— chilló sintiendo su lengua haciendo maravillas en mi coño matandome en cada movimiento, gimoteo extasiada con un placer recorriendo cada fibra de mi cuerpo explotando todo de mi, algo que nunca había sentido hasta estar en los brazos de mi Alpha.

 

  Me retuerzo en sus brazos liberandome en un glorioso orgasmo siendo incapaz de poder moverme por los fuertes espasmos que me provocan temblores en el cuerpo debilitando cada vez más mi cuerpo, siento los caninos de Kellen en mi cuello provocándome un cosquilleo en todo mi cuerpo.

 

  Kellen me alza en sus brazos mientras se para de la cama llevándome con él al baño, besa mi cuello y mis labios repetidas veces con ternura.

 

  — Mi dulce omega.— canturrea en mi oído haciéndome dar cuenta de toda la dulzura con la que me habla,— Eres tan exquisita e inocente, me encanta tanto cada centímetro de tu hermoso cuerpo.

 

  — Podremos descansar.— niega, recargo mi rostro en su hombro sintiéndome cansada por todo lo que él me hace sentir en pocos minutos.

 

  — No te duermas...

 

[…]

 

  — Me encanta que seas mi distracción, mon oméga.— besa la comisura de mis labios haciéndome sentir cosquillas en mi estómago, agarro su cuello con mis pequeñas manos y lo beso en los labios sin contenerme.

 

  Se separa de mí acortando nuestros besos haciéndolos más largos — No podré dormir con tanto trabajo.— me doy la vuelta sentándome mejor en su regazo y agarró uno de los papeles, me pongo los lentes y leo detenidamente el documento,— Entiendes algo pequeña Omega.




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