Entrelazados

Trece

Capítulo trece.

13

Camino desesperado, miro por la ventana como el cielo se nubla y bufo.

— Ya encontraste algo de ella.— giró mi rostro observando como el guardia tiembla miedoso en su lugar, he matado a algunos en estos meses donde Adara ha desaparecido, el aroma de ella dejó de estar en el castillo, el aroma en su habitación trato de conservarlo al igual que en las cosas que ella tocaba.

— Aún no Alpha.

Golpeo la pared enojado, el aroma de Leckey aparece en mis fosas nasales y gruño en advertencia. Miró su rubio cabello y su ladina sonrisa que solo me advierte en regaños por mi mal humor.

— Nos quedaremos sin guardias si sigues matandolos, esto no ayuda en nada.— le aviento una lámpara que él esquiva,— También perderás a tu mano derecha y apoyo de tus sucias cosas.

— Si no sabes nada sobre ella lárgate.

— Encontré un peculiar aroma en la frontera de esta manada mande a unos guardias para que me informaran y encontraron a una Omega en celo.— aviento una silla por la ventana y cubro mi rostro escuchando como el vidrio se rompe,— Espera…— lo miro enojado,— ¿cómo sabes que es ella? y si no es, puedes ser persuadido por alguien Kellen.

— Yo siento que es ella, mi mordida transmite todo lo que ella siente para mi. Siento su miedo, su excitación, siento todo de ella.

Salgo por la ventana transformandome en mi gran lobo negro, todos los aromas se instensifican y siento el unico olor que logra tranquilizarme, gruño en protesta corriendo por todo el bosque sintiendo el aire que hace mucho no sentía. Escucho los jadeos y quejidos de su hermosa voz y aulló con abundancia sintiéndome tranquilo por al fin tenerla devuelta aunque eso no me resuelve su desaparición.

Los guardias que vigilan a mi Omega desde lejos se ponen alerta porque ella sea una amenaza para mi, miro los hermosos ojos verdosos casi azulados de mi hermosa Omega que corre a abrazarme cuando me ve, llora mientras me abraza como si yo fuera un sueño del cual no quiere despertar.

Me transformo abrazando a mi Omega sintiéndome relajado por su aroma, miro sus hermosos ojos que aún muestran un miedo que quiero descubrir, observó los pequeños rasguños en sus mejillas y el querer saber todo lo que sentí por la marca que nos une, todo el dolor que sentí en los últimos meses solo me debilitaban.

— Y-y-yo n-no quería… n-no s-soy infiel… y-y-yo…— escucho sus murmullos los cuales solo causan enojo en mi por no saber qué le ocurrió, escucho el sonido de una camioneta y la agarro lentamente de las manos para subirla, aprieta mi mano aterrada al ver la camioneta y se pone detrás mío repitiendo repetidas veces “No”, la cargo en mis brazos subiendola escuchando sus gritos, Lekey no voltea en ningún momento sabiendo que me molestare si lo hace, subo cerrando la puerta y los delgados brazos de Adara me abrazan.

— ¿Qué te hicieron?.— agarro su rostro entre mis manos observando sus pupilas dilatadas mirando todo el terror en su mirada como si aún ella estuviera en peligro, la abrazo a mi escuchando sus sollozos. 

Llegamos a la casa y la bajo cargándola, su cuerpo tiembla en mis brazos y cierro mis ojos para prepararme y hacer lo único que puedo hacer para no perjudicarla.

— Duerme…— susurro con mi voz de Alpha viendo sus ojos cerrarse lentamente.

Subo las escaleras caminando hacia mi habitación, mi Alpha interior gruñe por querer saber qué sucedió con mi Omega, y el saber de quien se atrevió a llevarsela. Abro la puerta que hay en el closet dejando a relucir el nido detrás de la puerta escondida en este, la dejo en las sabanas acomodandola, miro su ropa sucia y el olor a feromonas me hace sentir raro como si no fuera su celo. Quito su ropa observando marcas que no son mías, la ira comienza a carcomer mi cuerpo desesperado por querer saber a quien mataré.

Me inclino hacia su cuerpo oliendo, el olor a droga y alcohol solo me hace recordar una cosa —burdeles— los asquerosos centros donde algunas especies se venden para sobre existir o solo para noches de pasión. Sabía que algunas eran llevadas por personas que las vendían a estos pero que hicieran algo así con mi Luna no se lo permitiré a nadie.

— Yo… solo soy… de mi Alpha… mi Alpha…— detengo sus manos las cuales lanzan algunos golpes y suspiro desesperado, miró como llora aún dormida mientras grita dolorida.

La abrazó sintiendo una impotencia crecer dentro de mi por no saber quien la a dañado, siento su cuerpo tensarse y la observó detenidamente. La tapo con la colcha deshaciéndome de su ropa tirándola a la basura, no queriendo ver su cuerpo. Regreso al nido observando cómo abraza las sábanas a su cuerpo mientras está en un trance, alza su rostro y me mira llorando.

— Duele… duele.— murmura lejana a una realidad, me acerco a ella abrazándola sintiendo como sus brazos se aferran a mi.

— Donde duele…

Niega,— No me querrás, y-y yo no quiero que mi Alpha me mire asqueado.— beso su mejilla viendo como su cuerpo se encoge con miedo.

— Nunca haré eso, solo quiero saber todo mi Omega.— niega mirando hacia un punto fijo.

— Ellos solo dijeron que un Alpha como tu no puede tener hijos, y no los tendría si me rechazabas por ser asquerosa.— miro sus lágrimas,— M-me d-drogaron y implantaron celos falsos en mi, y-yo me resistía pero ellos seguían llevando gente p-pa-para que me hicieran cosas, sup-plicaba y gritaba pero no paraban… so-so-solo se reían de mí, — me mira con sus ojos llorosos negando,— un día entraron muchos y me amarraron para que no hiciera nada hicieron cosas que nunca pensé que se podían hacer, y-y m-me d-da-dañaron… — lloro con rabia, recargo su cabeza en mi pecho sobando sus mejillas,— Después de eso me dejaron a unos kilómetros de aquí, camine por días soportando ese dolor en mi entrepierna que aún no desaparece.




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