Entrelazados

Diecisiete

Capítulo diecisiete.

17

Suspiro observando el débil cuerpo de Adara recostado en la cama, su palidez me preocupa dejándome asustado de que algo malo suceda. No debí haberme ido y confiar en su hermana, ella solo borro su memoria y se fue dejándome a mi con esta carga de la cual no se como solucionar, mi pequeña a pasado por mucho.

Al menos tengo la conciencia tranquila por haber matado a todas las basuras que abusaron de lo indefensa de mi omega, ahora me quedan los captores que la han secuestrado. Es con lo único que me he distraído en estos días mientras las brujas hacen su trabajo restaurando la memoria de mi Omega, a mi no me interesa lo que le sucedió solo quiero que sea algo que ella supere y que a tal punto no suceda esto dejándola vulnerable y mal al saber lo que le a ocurrido. No puedo ocultarlo eso no es bueno, lo que está sucediendo solo prueba lo que sucedería si yo decidía borrarle la memoria antes de irme, prefiero solucionarlo a dejarlo pasar.

Pero su hermana y yo no pensamos igual.

Camino fuera de la habitación y paso mis manos por mi cabello, Leckey me espera debajo de las escaleras y camino cansado por no poder dormir desde hace tres días esperando.

— Podrías dormir al menos, mi prima es buena en esto. — suspiro negando.

— Como puedo dormir con esto, todo lo que ha ocurrido solo me mata la cabeza. Has ido por las cinco esclavas que planearon esto. — asiente seriamente.

— Las desecharon con facilidad, ahora están siendo torturadas en los calabozos por algunos guardias. — camino por los pasillos siendo seguido por Leckey. — También hay demasiadas quejas de Alphas inferiores por que se han enterado de lo que ha sucedido y han mandado su carta para que te deshagas de tu Luna por no ser correcta para el puesto por lo ocurrido.

— Diles que se metan sus quejas por donde les quepan, nadie me quitará a mi Omega y quitarles beneficios a los que se han quejado. — asiente y desaparece, entro a mi despacho mirando todos los documentos que he dejado de lado al estar pendiente de Adara para que nadie vuelva a alejarla de mi.

La mala sensacion en mi corazon me alarma y voy directo hacia Adara observando que aún esta inconsiente, salgo al balcon y me lanzo al suelo transformandome en mi gran lobo negro para rondar por la mansion cuidando de ella aún sintiendo esa sensación extraña en mi pecho.

Miro todo el lugar y me escondo entre los arboles rodeando el lugar vigilando detenidamente todo para que nadie vuelva hacerle nada a mi Omega.

[…]

Miro la nieve desde mi ventana mirando como las calles se vuelven blancas, después de 50 años oculta había decidido vivir en una pequeña cabaña alejada tanto de los territorios lobunos y humanos, un alpha maldito había gobernado a los humanos hace 25 años y todos los territorios se habían vuelto demasiado indecisos. Nadie sabía que era que, todos estaban confundidos y preferí alejarme.

Nunca había pensado que esto pudiera suceder pero he escuchado que ese Alpha no tiene remordimiento por nadie mata a los que no cumplen sus órdenes, y eso me hace temer más de él que de otro.

No puedo imaginar quien será su pareja podría matarla quizás solo por no querer estar junto a él la mata sin remordimiento alguno.

De solo imaginar eso tiemblo, agarró con fuerza mi taza de chocolate haciendo que mis lentes se opaquen por el vapor que el chocolate caliente deja salir. Suspiro tomando de mi chocolate despreocupada de que algo pueda suceder estando en este lugar que me transmite seguridad.

Sin Alphas, ni otras personas que quieran hacerme daño.

Agarro una manzana y la muerdo observando la chimenea pequeña que hay en la caballa que me permite estar caliente en este frío.

Un fuerte mareo me deja desvielada y por lo débil que eso me hace sentir dejó caer la taza casi vacía de mis manos antes de caer inconsciente al suelo.

Observo mi alrededor oscuro negando asustada tratando de tener algo con lo que poder tapar mi cuerpo desnudo y lleno de hematomas que esas personas me provocan, termine siendo la pareja del Alpha que se apoderó de todos y muchos no están contentos con eso.

Arruinó planes.

La puerta se abre dejándome ver a una de las esclavas que ya había visto antes cuando estábamos en la gran mansión junto con Amelia recordando la envidia pura en sus ojos al verme, y el odio con el que me miraba cuando veía que Kellen me abrazaba.

Suspiró mirándola miedosa, ríe mientras me observa y se acerca a mí quitándome la sabana con la que cubrí mi cuerpo, un hombre moreno entra por la puerta y le dice algo a la chica que tanto odio. Ella sonríe como si lo que él dijo fuera de lo mejor y me guiña el ojo cerrando la puerta detrás de ella.

Meneo mi rostro abrazándome a mi misma cerrando mis ojos cansada de esto.




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