Eones

4. UN PERMISO INESPERADO

 

        Fue entonces que el joven portador y en sí tan misterioso ahora como él, muy agradecido de los obsequios tan grandes y sobre todo divinos, se refirió íntimo y tímidamente de esta manera, diciéndole casi silenciosamente:

 

"¡Señor…!

 

Ya no encuentro la forma de agradecerte más de lo que mereces…

 

Solo… ¡Gracias mi hermano y mi señor!

 

Ahora sí he podido oír casi todo de todo, y aunque sé que no es suficiente, pero gracias a su enorme paciencia mi entendimiento ha sido renovado, y todavía ahora con mayor profundidad.

 

De mi parte no le decepcionaré, sino más bien estaré atento y muy atento como si usted mismo estuviera siempre a mi lado.

 

Solo quiero pedirle desde mi alma y con mucho respaldo de mi corazón, que por favor me permita realizar esta pequeña petición...

 

Desde siempre me he sentido y encontrado incomprensiblemente sólo, y entre más buscaba compañía me parecía estar cada vez mucho más sólo. Y así cada vez ya empezaba aceptar que uno de mis grandes sentidos era también encontrarme siempre sólo, nada más que yo y todas las soledades.

 

Y cuando llegó a mi vida tal encantadora fémina que es quien me acompañó, deduje que ella es y sería, ese alguien que está y estaría por siempre conmigo. Y que con ella a mi lado pues nada más me hará falta, sino todo y en todo me encontraría muy acompañado, sin nada más en adelante de todavía esperar la compañía idónea si no fuera con ella.

 

Y siendo así, aunque el tiempo a veces te da otros resultados, en verdad no me acerco por ello, sino en mi voluntad le pido la compañía presencial de dos personas que siempre me acompañaron, no solo son mis hermanos de padre y madre, ni solo porque hayamos crecido juntos, sino más por el mismo hecho que quiero y deseo compartirles también a ellos. Además no será para siempre, sino solo hasta cuando todo haya ya sido por completo, es decir hasta cuando culmine su determinación lo que es propio de mí y conmigo.

 

Es por eso señor...

 

¡Querido maestro, de la soledad!

 

Por favor me conceda esta pequeña decisión, decisión sin involucrar a nadie, ni aún a ellos mismos, que solo me sea en favor de no sentirme tan sólo, pues estoy y estaré consciente de que esto no será para siempre, además estaré atento a los cambios que pudieran recibir, que no quisiera por su efecto les fuera destructivo y ya no constructivo.

 

¡Y hasta entonces, por favor concédame!".

 

 

Se sentía conmovido por lo de su profunda soledad, y entendiéndole como nadie hasta el momento, le miró un poco más, y le dijo:

 

"Al verte, de alguna manera también me veo a mí, ¡te comprendo!

 

Pero, no creas y menos te confíes, que tratándose de esa manera logres cierta compañía que esperas, pues te digo entre más busques más te alejas, y que entre más encuentres más te decepcionarás, ¡es nuestra bendición, pero a la vez también nuestra maldición!

 

¡Alza tu mirada y observa!

 

El silencio es el primer camino, el primero de los caminos en este plano, para escuchar y sobre todo oír las expresiones del Señor y Creador, y eso es el mayor privilegio que nos fue concedido, y por tanto no inquietes tu afable corazón ni fuerces tus amplias memorias, sino solo fluye y sigue fluyendo, pues tus posibilidades aún por encima de las mías te serán siempre infinitas".

 

 

Se tranquilizó al comprender un poco más de las cosas, y entonces una vez más se expresó, y ahora de esta manera:

 

"Entiendo señor, que haga lo que haga, lo determinado no cambiará, y acepto y aún más lo aceptaré...

 

No quiero alterar ni impedir nada, pues ya sabiendo lo que es y lo que no es, solo quiero algo de compañía hasta al menos encontrarme a mí mismo, no quiero ni quisiera insistir sino solo compartir de mi efecto de gracia, a ellos, quienes me oyen y también a los que me oyeran.

 

Espero no estar molestando con mi insistencia, pero nadie más que usted puede entenderme como Él siempre lo hace con nosotros. No diré ni haré nada fuera de lo que ya está determinado, pues me sea sólo lo que me es por permitido, y de lo contrario desde ya acepto si me es anulado inclusive de manera repentina.

 

Así pues le pido y encargo este mi pequeño pedido, y así ahora en su permiso con mucha y mayor seguridad continuaré y terminaré, oír y oírle".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.