Sinceramente siento que ya llevó días de viaje, pero en realidad solo pasaron dos horas, dos malditas horas.
Cuando compre el pasaje nadie me dijo que el tipo que se sentaría a mi costado sería tan exasperante, en estas dos horas se la paso durmiendo, pero dirán que tiene eso de malo, en sí no tiene nada de malo pero esta roncando fuerte y a cada rato le tengo que empujar para que no esté en mi hombro.
Es un chico guapo pero eso no quita que me exaspera, demasiado.
Después de cierto tiempo de tanto mirar el paisaje, siento una mirada y cuando volteo, me topó con la mirada del chico.
-¿Deseas algo? - le preguntó.
-De hecho sí, para tener en cuenta que vamos a pasar muchas horas más debemos conocernos.
-Yo creo que no, no me apetece conocerte, además cuando estemos en la ciudad, tú iras por tu camino y yo por el mío, así todos felices.
-¿Cómo estás tan segura, cariño?
-Número uno, no me digas cariño y número dos, la ciudad es grande, así que dudo en toparme un chico como tú.
-A ver si no quieres que te llame cariño, entonces tesoro o mejor dime tu nombre y así evitamos que tengas que arrugas en tu frente-diciendo con una sonrisa burlona.
-Eres un idiota, en serio no sabes cuando callarte, ¿verdad?
-Contigo no lo haré nunca, tesoro, mejor dime tú nombre y así no llegas fruncir tanto tu hermosa cara.
Juro que me exaspera su voz, pero en efecto este chico no sabe cuando callarse.
-¿Si te doy mi nombre, me dejas de llamarme tesoro? - digo entrecerrando los ojos.
-Sí, te lo juro-dice haciendo algo con su meñique.
-¿Qué haces?-le preguntó.
-A caso no sabes lo que estoy haciendo, es pinki promesa.
-¿Y qué es eso?
-Cómo no vas a saber eso, a ver tesoro, no me mires feo, te recuerdo que todavía no me dices tu nombre. Te explico pinki promesa es algo así como un juramento de amigos.
-Entiendo pero nosotros no somos amigos.
-Me dueles mucho, acabas de romper mi corazón.-lo dice mientras se toca su pecho de forma dramático y hace un puchero, donde se ve adorable.
Okey, no debo pensar que es adorable porque no lo es, pero si es grupo. A ver Lucy, cálmate.
-Ajá claro, a penas nos conocemos
-Niños por favor hagan silencio, estoy tratando de dormir. - dice una señora del asiento adelante nuestro.
-Lo siento señora-me apresuró a decir a la señora-ahora tú, deja de hablarme, me llamó Lucy.-susurrando al chico.
-Listo, te das cuenta que no te costó nada, mucho gusto Lucy, me llamó Luka, fíjate que ya tenemos algo en común, nuestros nombres empiezan con la letra L.-susurrando.
-Deja de hablarme en serio, ya te dije mi nombre, déjame en paz.
-Si lo recuerdas bien, me dijiste que me ibas a decir tu nombre para que no te diga tesoro, en ningún momento me dijiste que dejara de molestarte. - Lo dice con una sonrisa burlona.
En serio este chico en serio no sabe lo que es callarse, maldita sea, aunque tiene razón, pero no le diré que la tiene.
-Denme paciencia.-Lo digo en voz alta
Mierda, Lucy, no era para decirlo en voz alta, ahora el chico pensara que estoy loca. Esperen desde cuando me importa lo que piense el chico.
-Sí soy un amor de persona. - dice haciendo un puchero con sus labios.
-No hagas eso que no te sale.- que mentira tan grande Lucy, se ve tierno.
-Si claro, las chicas no piensan eso. Bueno mi querida Lucy, ¿Por qué estas viajando?.
-No te importa.
-De hecho creo que no piensas que pasaremos muchas horas, por lo cual deduzco que te aburrirás estando en silencio, además como tu dijiste que no nos veremos en la ciudad, que mejor manera de hablar de nosotros hasta es más, podemos pasar a algo más que hablar. - lo dice con una sonrisa pícara.
-No, gracias.
Aunque si lo pensamos bien, a este chico no lo veré después de esto y mierda, otra vez tiene razón.
-Si tanto quieres hablar cuéntame entonces la razón de vayas a New York.
-Quieres saber la verdad-suelta una risa- solo vine por una fiesta, vivo en New York y digamos que las cosas no salieron como esperaba.
-No me digas, fíjate que no me di cuenta-ruedo mis ojos-porque con tu olor no parece.
-Sé que huelo a alcohol hasta el mismo encargado me lo dijo, estaba dudando en venderme el boleto pero finalmente me dijo que sí.
-Hasta yo dudaría en darte algo con esas pintas que tienes.
-O sea estas tratando de decirme que si no estoy así, me puedes dar algo. -lo dice con una sonrisa pícara.
-Idiota, no esa clase de cosa, me refería al boleto.
-Pero yo nunca especifique, pero si estas tratando de decirme otra cosa, está bien, no tengo ningún problema.