Un final da un nuevo comienzo

Caminamos un poco hasta un auto que estaba al lado de la carretera, habían pasado alrededor de 15 minutos. Mentiría si dijera que no estaba tan nerviosa estando al lado de la persona que soñaba conocer.

—¿Te llevo a algún lado? —pregunto con una hermosa sonrisa en su rostro.

—No es necesario, quiero caminar un poco —di un pequeño paso hacia atrás y vi a un par de personas más dentro del auto. —gracias por ayudarme. —me di la vuelta y caminé hacia el lado contrario a donde ellos se dirigían,

Es algo extraño, encontrar a la persona que menos esperabas justo en el momento que menos esperabas. Por un lado, los sentimientos de tristeza se estaban esfumando, pero por otro lado estaba la culpa de haber causado una impresión tan mala. ¿Cómo es que aun así termino haciendo las cosas mal?

Durante un largo rato, esos pensamientos me fueron acompañando hasta llegar al final del puente, ahora no solo me acompañaba mi tristeza, la que en un principio me trajo a este lugar. Hay una historia que recorre por mi mente cada vez que he intentado quitarme la vida. Y esa historia fue la que muchas veces me detuvo.

No dejas de sufrir después de intentar aliviar el dolor que en esta vida te atormenta, y con el temor de seguir sufriendo me detuve a esperar una señal o al menos un cambio. Quería por lo menos comenzar a ser feliz.

¿Qué pecado cometí en mi vida pasada para llegar a este punto?

Mi teléfono comenzó a sonar haciéndome salir de mi trance, estaba en el mismo lugar, ¿Cuánto tiempo había pasado? No lo sé, una hora tal vez desde que había llegado aquí.

El reloj marcaba las 6 de la tarde con 26 minutos. Deslice mi dedo por la pantalla del teléfono viendo algunas llamadas perdidas y unos cuantos mensajes. Una llamada volvió a aparecer en la pantalla.

—¿Hola? —dije al momento de contestar la llamada

—Rory, ¿Dónde estás? —dijo la voz inconfundible de Se Ryeon —Te he estado esperando, ¿acaso olvidaste nuestra cita?

—No, solo no quise ir —dije con indiferencia.

—¿te pasa algo? —estaba por colgar la llamada —¿Dónde estás? Necesito hablar contigo

—¿De qué? ¿De que ya no quieres seguir con nuestra relación? O de que ya encontraste a alguien más… —me quede en silencio esperando su respuesta, aunque no necesitaba escucharlo, ya lo sabía, solo se sumaba a una más de mis desgracias.

—¿Dónde estás? Esto no se puede hablar, así como si nada y menos por teléfono.

—¿En serio quieres saber donde estoy? —dije con enojo y frustración

—Sí, iré por ti. —sonaba un poco irritado.

—Estoy a la orilla del Rio Han —mis palabras salieron despacio.

Todo se quedo en silencio, mi corazón late rápido, sentía nervios y tristeza, pero quería terminar toso esto. —Dime que no vas a cometer una locura, dime que solo vas de paso.

—No quiero volver a verte, esta es nuestra ultima llamada, ya no me entrometeré en tu vida, espero que seas feliz.

—Dime que no vas a intentarlo otra vez —su voz se escucho entrecortada. —Espérame, no te muevas de donde estas. —escuche como abría la puerta del auto y emprendía camino. —por favor no me cuelgues —dijo con desesperación.

—Ya no quiero esperarte, ya has acabado con lo que sentía, ya no puedo hacer nada más por ti. —al terminar de decir esas palabras termine la llamada y apague el teléfono.

Seguí caminando un poco más, no quería seguir aquí para cuando el llegara, así que en cuanto vi un taxi libre lo llame.

—¿Te puedo acompañar? — dijo alguien haciéndome sobresaltar, cuando gire vi de nuevo a Ho Seok

—¿Me estabas siguiendo? —dije sin responder a su pregunta.

—Quería asegurarme de que estuvieras bien —dijo un poco apenado.

Me puse nerviosa al saber que me había estado siguiendo y que probablemente pudo haber escuchado la conversación que tuve con mi ex prometido.

—Sí, vamos —no lo iba a dejar tan alejado de la ciudad, así que lo deje que me acompañara.

Subimos al taxi en silencio. Estaba un tanto abrumada de tan solo pensar que escucho toda esa conversación con el idiota de Se Ryeon. Aunque olvidar esa conversación no era posible, estaba tratando de reprimir las lágrimas. Será difícil de explicar y de creer, que la persona que estuvo a mi lado en esos momentos más difíciles y que estuvo conmigo aun cuando ni yo misma me soportaba ahora ya no está. Se ha ido con la persona que menos lo esperaba y con la que siempre dijo que nunca pasaría nada. Lo típico.

Él fue el tipo de persona que causa una gran impresión en ti, esa persona que te da la estabilidad que tanto habías buscado. Después de un tiempo te das cuenta de que es el indicado, comienza una relación, todo va tan bien, pero no falta la persona que llega a arruinar la felicidad.

Y es ahí donde ese mundo perfecto se derrumba; yo me derrumbe por creer que el era mi estabilidad y no yo misma, por buscar el amor propio en otra persona cuando debes amarte a ti mismo para amar a alguien más. Tarde lo estoy comprendidas, no lo puedo negar. Ahora comienza el proceso de ser alguien más, como esas canciones que la persona a mi lado tantas veces a cantado.