Eres mía, mi fresita; Libro 2

Capítulo 5

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Colgó el teléfono con una sonrisa mientras a lo lejos miraba a Theo, se miraba enojado mientras gruñía, se acercó lentamente, atenta a cualquier cosa que sucediera con él. Se sonrojó un poco cuando él la atrapo contra la pared, no dejo de mirarlo mientras mantenía una pequeña sonrisa.

— ¿Estás celoso? 
 

Ladeo su rostro mientras juntaba sus manos, los gruñidos de Theo no la hicieron tener miedo, ya que entendía el comportamiento de niño que él tenía en ese momento.

'Nunca estaré celoso por alguien fea como tú'

— Mmm bueno, eso no dicen los chicos cuando me ven. Siempre me invitan un café por ser muy linda. — Los gruñidos de Theo no se dejaron callar. — ¿Por qué volviste?, Trevon menciono que no volverías por mi presencia aquí.

Theo se apartó de ella caminando, alejándose de aquella mestiza, Nadine lo siguió siendo lo mismo que hizo con su hermano hasta que por fin fue amable con ella.  No se detendría hasta que él la tratara de buena manera, no le importaba no ser aceptada por Theo, solo le interesaba que ambos se llevaran bien.

Para ella aquello sería lo más lindo en su vida.

— Interpretaré ese silencio como si volvieras únicamente por mí. — Theo la miro con el ceño fruncido, pero Nakia simplemente se retiró del lugar. Necesitaba encontrar a Trevon, o,  a alguien que le dijera en donde estaba el susodicho.

Camino por los pasillos de la casa hasta entrar a un cuarto donde parecía estaban varios de los niños de la casa, el sitio era grande, unos veían la tele mientras otros dos jugaban con un juego de mesa. Miro a quien buscaba, lo miro cargando a uno de los más pequeños.

— Trevon. — Lo llamo con calma, él giró un poco su rostro mientras dejaba a su hermano junto con otras de sus hermanas.

— Cuida a Dexter se ha estado portando mal.— Sonrió mirándola a ella con una amplia sonrisa.— ¿En qué te puedo ayudar? — La llevo al balcón donde cerro la puerta corrediza detrás de él, entendía por qué ella iba con él. Había observado como se mantenía tranquila comiendo al lado de su hermano, por lo que no se le hacía extraño que ella estuviera enfrente de él.

— Quiero hablar sobre aquella propuesta, ¿se puede en este momento? 
 

— Claro... — Menciono lejano a todo mientras veía al lobo negro de su hermano rondar la zona, negó sonriendo y se acercó un poco más a Nakia, quien por sus nervios no se dio cuenta de aquel acercamiento.

— Solo quiero poner una condición, cuando él se recupere yo me iré para siempre. No necesito una carta de recomendación o un puesto en su empresa, únicamente quiero irme cuando él deje aquello salvaje.
 

El nudo en su garganta creció, ella era demasiado débil, sabía que en tan únicamente un mes estaría enamorada de aquel Alfa que cada vez muestra celos por cualquier persona con la que ella este. Respiro con profundidad para ser fuerte por cualquiera que fuera el tiempo en el que aquello tardaría, no tenía que enamorarse de aquel salvaje porque para ella cuando se alejara sería algo difícil de conllevar.

— Eso es lo que necesitaba, únicamente que aceptaras. ¿Segura de no querer aquella recomendación?
 

— Demasiado segura. — Trevon la abrazo y le beso la mejilla para solamente jugar con el carácter de su hermano. Que sin que nadie se diera cuenta la había impregnado con su aroma para poner distancia contra otros. 

— ¿Quieres que te invite un postre?

— Estoy cansada, pero otro día podemos ir. — El pelirrojo asintió sin mirarla, sabía bien que su hermano escuchaba todo, ya que ahora lo tenían mucho más cerca. Guiño el ojo hacia Theo antes de voltear a ver a Nadine, quien seguía pensando en lo que ella había dicho.

Perdería una gran oportunidad de conseguir un trabajo bueno, más si era una recomendada especial. Todos la querrían, pero la decisión que tomo era buena, si iba a ayudar a alguien que significaba mucho para ella, no podía pedir nada a cambio, como ser así con su enlazado.

La barandilla del balcón tembló asustando a Nakia, quien solo tapo sus oídos por aquel fuerte sonido para ella. Un Theo furioso apareció, la mirada de Nakia se dirigió a él, mirando aterrada los ojos rojos de aquel salvaje quien únicamente miraba a su hermano que había sobrepasado la línea con su nueva pareja.

No podía evitar sentir celos cuando alguien masculino se acercaba a ella, cuestionaba el acercamiento femenino porque también le daba celos aquello. Agarro de la camisa a su hermano, quien seguía riendo pareciendo un descarado por tal cosa que había hecho.

Los gruñidos fueron tantos que el pobre oído de Nakia no logro seguir más, el grito casi chillido de ella detuvo aquel posible asesinato contra la propia sangre de aquel alfa. Nadine lloraba por no lograr parar aquel sonido que llegaba a sus oídos. 

La mano de alguien se posó en sus hombros antes de cargarla, siendo nada más que Theo, su mirada llena de seriedad no le dejaba ver a ella lo que ocurría con él. Theo estaba siendo difícil de leer para ella, siguió llorando a los ojos de la bestia quien apuraba más su paso.

Ambos llegaron al tercer piso de la casa, uno que se mantenía deshabitado, parecía un ático para ella que había sido remodelado para que Theo habitara. Una puerta de hierro era algo que la hizo notar que estaba preparada la habitación para cuando él se convirtiera en un salvaje.




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