❝UNA DIFÍCIL DECISIÓN❞
—Tú aceptaste que Ronan me podría proteger, ¿por qué ahora… has cambiado de opinión? —pregunto, sosteniendo mejor el retazo de la camiseta de Ronan contra mi cuello, con la intención de que no me molestara demasiado al hablar— ¿Por qué actúas tan extraño? Recién luchó para protegerme y para… para protegerlos a ustedes también. —le recuerdo, dejando el vaso en la encimera, sin desviar mi mirada de la de ella— Primero me dices que él ha asesinado a varios vampiros, luego pareciera que aceptas su… presencia y ahora afirmas que me hará daño si me voy con él. —digo, sin entender.
—Por favor, entiéndeme, Calista. —suspira— Toda esta situación es muy confusa para mí. Lo único que quiero es que nadie te haga daño y el estar rodeada de hombres lobo no ayudará de nada. ¿Recuerdas cuando…? —pregunta, pero se calla abruptamente y echa una pequeña mirada hacia la puerta de la cocina, para después volver a verme y comenzar a hablar en mi cabeza— ¿Recuerdas cuando te dije que eras la única de tu especie?
Asiento.
—Tenemos la sospecha de que pueden haber más como tú, Calista.
—¿Qué? —pregunto, sorprendida.
—Es imposible que alguien extinga a una especie por completo. —puntualiza, caminando hacia mí— No te lo dije antes porque no estábamos muy seguros, pero ahora tenemos un indicio que nos indica que la sospecha es cierta. Tenemos que averiguarlo, cariño, pero sin ningún hombre lobo con nosotros. —agrega, tomando mi mano y apartándola de mi cuello— No podemos arriesgarnos a que Ronan, o alguno de sus hombres los descubra, Calista, pueden asesinarlos.
—No lo hará. —niego, sintiendo cómo descubría mi cuello y levantaba mi cabeza para ver mi herida.
—¿Cómo puedes estar tan segura, Calista? Los hombres lobo odian a los vampiros, es por naturaleza. —destaca en mi mente— Puedo creer en Ronan cuando dijo que no te haría daño, porque eres su compañera y sé muy bien lo importantes que son las almas gemelas para los hombres lobo. —acepta— Pero no habrá ninguna otra excepción, cariño y sé también que en tu interior piensas lo mismo.
—¿Por qué me estás… diciendo todo esto, Bianca? —pregunto, notando como una opresión se formaba en mi pecho.
Con un suspiro, camina hacia el grifo y enjuaga el retazo, quitándole toda la sangre que se había impregnado en él.
—Aunque no lo quieras escuchar, es la realidad y es lo que está pasando, cariño. ¿En serio piensas que Ronan no llegaría a matar a un vampiro? —su pregunta resuena en mi cabeza y me hace bajar mi barbilla, abrumada— Ya lo ha hecho, ¿qué te asegura que no lo volverá a hacer?
Trago duro y cierro mis ojos, recordando la conversación que había tenido con Ronan, pero más específicamente en lo que no hablamos. En ningún momento me dijo que estaba en contra de la guerra o que no odiaba a los vampiros. Quizás los odiaba, pero como Bianca dijo, no me odiaba a mí solo porque era su compañera, pero si no lo fuera, ¿él me habría hecho daño?
Sacudo ligeramente la cabeza, desagradándome la idea por dónde estaban yendo mis pensamientos. Sabía que Ronan jamás me haría daño, pero no puedo estar muy segura de que vaya a dañar a otros vampiros.
«¿Aún seguirá odiando a los de mi especie?»
Y si llegara a haber más, «¿sería capaz de matarlos?»
—¿A qué quieres llegar diciéndome todo esto? —pregunto, viendo como volvía a caminar hacia mí y limpiar mi herida.
—Quiero que decidas venir con nosotros. —me pidió— Vamos a buscar a cualquier vampiro que siga ahí fuera y ayudarlos si es necesario. —agrega en mi cabeza— Tú eres… —suspira, dejando por un segundo lo que estaba haciendo para poder verme a los ojos— Eres muy importante, Calista y aún no lo comprendes. Ven con nosotros, por favor. —pidió por segunda vez y continuó limpiando mi herida con cuidado— No te mentiré diciendo que el peligro disminuirá con solo alejarte de los hombres lobo, pero por lo menos, estarás con nosotros y seguiremos protegiéndote como lo hemos estado haciendo hasta ahora.
Agarro sus muñecas, deteniendo sus movimientos y las aparto despacio de mi cuello.
—Lo lamento, pero no puedo hacerlo. —murmuro, negando con la cabeza— No puedo estar… estar lejos de él. —aclaro, tragando duro, y siento que el dolor en mi cuello comienza a disminuir— Ambos vamos a sufrir si estamos mucho tiempo separados.
—Puedo ayudarte, cariño. Recuerda que somos una familia de hechiceros. —me dedica una pequeña sonrisa y al segundo, suspira— Solo quiero que veas lo que es mejor para tu vida, y conviviendo con hombres lobo no será para nada seguro. Por favor, confía en mí, Calista.
La súplica que emanaba su mirada y su voz era demasiada.
Bianca me estaba pidiendo con todas sus fuerzas que aceptara irme con ellos, pero no podía tomar una decisión tan precipitada. Sea la decisión que elija, sé que cambiará por completo mi vida. Si me quedaba con Ronan, el peligro jamás desaparecería y tendría que estar en todo momento alerta para que nada apareciera de imprevisto. Como dije, sé que Ronan me protegería, pero no podía tampoco olvidar las palabras de Bianca en dónde me decía que él no estaría siempre, y tampoco quiero que su vida sea únicamente protegerme, porque también necesitaba mi espacio, pero si muchos hombres lobo me rodeaban y él no estaba, no había mucho por hacer.
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Editado: 11.11.2024