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" Habla Park Jimin, en esos momentos no estoy disponible, por favor, deje su mensaje"

ー ¡Maldito buzón de voz! ー un grito plagado de frustración escapa de los labios del pálido, manteniendo a duras penas su acalambrado cuerpo.

Luego de tanto pensarlo, con manos temblorosas y un poco de ansiedad Yoongi había decidido llamarlo. Deseaba darle fin a esa farsa, no deseaba tener sentimientos confusos, este sería el día de la verdad, su verdad.

Fueron varios intentos, intentos sin respuesta alguna los que hacían al pálido desesperarse en la soledad de aquel baño que se convertía en testigo de su tan próxima declaración.

Una última esperanza lo llevó a realizar su último intento donde la insistencia provoca que la persona al otro lado de la línea atendiera a su llamado.


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Portando una sensualidad envidiable su cuerpo se movía en total sincronización con la música en medio de la pista. Jimin experimentaba el efecto del licor en cada movimiento, efecto que lo hacía sentirse liviano cual pluma, sus caderas se movían de un lado a otro trazando círculos y la música inundaba sus oídos haciendo vibrar cada célula de su cuerpo.

Bailaba solo, siendo conocido como la prometida del Gran Jefe Min nadie se sentía con las agallas de acercarse a él sabiendo que corría el peligro de ser despedido al próximo día.

Unas prolongadas vibraciones se extendían por su cuerpo. Su móvil oculto en uno de los discretos bolsillos en su vestido no cesaba su sonar, por lo visto alguien planeaba arruinar el vaivén relajante de su cuerpo. Sin embargo, ni siquiera figuraba en atender o averiguar quién fuese la persona que, con tal insistencia y paciencia envidiable, llamaba una y otra vez sin tomarse la molestia de esperar unos minutos a que este decidiese devolver la llamada.

Producto a tal insistencia se vio obligado a caminar fuera del lugar para finalmente atender el insistente llamado.

En cuando el móvil se encontró entre sus manos su nombre pudo presenciarse en la pantalla y tan rápido como había llegado a su estado de embriaguez el alcohol en sus venas en un acto repentino pareció inexistente, en su lugar sentía la realidad llegarle como un cubo de agua fría.

¿Sería despedido?

¿La verdad había sido descubierta?

¿Por qué Min Yoongi marcaba su número repentinamente?

Y es que debido a la situación actual y la mentira desenvolviéndose en todo momento disfrazada de una verdad inexistente, su empleo, el del resto del equipo y su estabilidad emocional y psicológica se encontraban en peligro. Pensamientos y preguntas al azar llegaban una tras otra a su cerebro, un millón de situaciones pudo esperar de esa llamada pero, en su lugar la voz indecisa y las palabras del pálido al iniciar finalmente la llamada lo descolocaron en demasía.

ー Jimin. . . ーsu voz sonaba inestable, el próximo paso podría cambiar su vidaー Lo siento.

Nuevamente la misma frase, la confusión invadió al menor sumergiéndose en un desentendimiento profundo, sin embargo un latente presentimiento le aseguraba que en esta ocasión sería diferente.

ー No entiendo a qué se refiere Señor Min.

ー He sido un cobarde Jiminie. He permanecido durante años declarar declarar mis sentimientos, de reunir un ápice de valor para enfrentar cuanto golpea mi pecho, aquello que retuerce mi conciencia al mantenerlo encerrado solo para mí.

Un pesado suspiro se escucha al otro lado de la línea mientras que el pelinegro escuchaba con sus latidos desbocados cómo todo lo que una vez deseó se cumplía poco a poco.

ー Hoy comparto que me gustas y. . .

ー No.

Su pequeña confesión se vio interrumpida por la voz ajena. Jimin, quien se había mantenido en silencio había optado por interrumpir las palabras provenientes de su jefe. Por más que quisiese aceptar cuanto provenía de los labios de su mayor, saltar de emoción y gritar a los cuatro vientos su enorme felicidad, no se permitiría ilusionarse de tal manera existiendo tal posibilidad de que al próximo día el pálido no recordase sus palabras, por lo que controlando su euforia y regulando su agitada respiración emite sus duras palabras.

ー Está ebrio ¿cierto? ¿Sería capaz de declarar sus sentimientos estando frente a mí? ¿Sería capaz de aceptar frente a mis ojos en total sobriedad que yo le gusto?

Un espeso silencio acompañado por la duda se esparció por la estancia y a través de la línea telefónica.

ー Yo. . .no creo ser capaz ーun desalentador suspiro escapa de sus pálidos labios.

ー Entonces, Señor Min, no creo tener nada que hablar con usted.

Ycon el mayor de los pesares dio por finalizada la llamada.

Había sucedido lo que debía suceder.
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Pasadas las 3 de la madrugada el menor conducía el biplazas con el de nívea piel dormido a su costado en dirección a la mansión. Luego de su conversación telefónica con el hombre a su lado no había sentido la necesidad de continuar incorporando alcohol a su organismo. Sin embargo, por otro lado, Yoongi no detuvo su impulso de ingerir cada vez más diferentes tipos de tragos siendo demasiado tarde cuando Jimin encontró su cuerpo semi-consciente reclinado sobre la barra.

Con ayuda de SeokJin, quien pareció recuperar un ápice de cordura al notar el actual estado de su Jefe y extraño amigo, había logrado adentrar el cuerpo ajeno al auto y luego de una rápida despedida inició el recorrido que apenas unos segundos había finalizado.

Luego de pensarlo por unos minutos salió del auto y, agradeciendo la similar estatura de su jefe, llevó su cuerpo en dirección a la estancia prohibida, la habitación de Yoongi.

A duras penas atravesó las distintas estancias ascendiendo los tortuosos escalones hacia la planta superior. Atravesó el extenso pasillo y al detenerse frente a la puerta un nuevo debate mental atacó sus explotadas neuronas, sin embargo, descartando la tan cercana crisis existencial ingresó a la habitación.