Tyler Hale fue instalado en el orfanato una vez nació. Fue abandonado por su madre en cuanto salió de su vientre. Fue educado desde recién nacido por otras personas.
Durante años Tyler estuvo en ese lugar, él debía considerar a cada persona que estaba allí como su familia, pero él nunca lo vio de esa manera, algunos niños de burlaban de él. Era inteligente, sobresalía casi en todo, callado y aislado. En su sexto cumple años fue adoptado por Alice Jones, una diseñadora, y Dave Jones, un empresario respetado en Los Ángeles, California.
Una tarde del 20 de abril Tyler fue adoptado, pasó de ser el niño huérfano a tener una familia con dos hermanos mayores, fue acogido y amado. Tuvo la familia que siempre soñó tener.
Pasó de ser el abandonado Tyler Hale a Charlie Jones.
***
Sabía que Charlie era adoptado, pero solo eso, él nunca quiso hablar sobre ello, y ahora por fin me siento más cerca de él, me ha contado sobre su pasado y no puedo evitar sentirme mal por ese niño pequeño que vivió por mucho tiempo en un orfanato. Después de tantos años sin saber siquiera el nombre de su madre biológica, en estos últimos días buscó información y obtuvo respuestas.
—Entonces, ¿pasaste todo ese tiempo en un orfanato? —He imagino de todas las formas como Charlie había llegado a las manos de Alice, siempre me dio curiosidad donde pasó su niñez sabiendo que antes de Alice, era huérfano.
—Sí, seis años, no es que era muy sociable tampoco, tenía un muñeco de acción que llevaba siempre conmigo o algún libro, y aún lo conservo, nunca fui bueno para relacionarme con los otros niños —dice él con la mirada fija en el piso—. Mi madre me abandonó y nadie más que ella sabe porque me dejó. No tengo idea de quien es mi padre, hasta ahora solo el nombre de mi madre.
Me levanto de mi lugar para estar más cerca, tomo su mano con la mía para que sepa que estoy con él y lo apoyo.
—Quizás tenía alguna enfermedad o no podía cuidarte sola, tal vez si te amaba Char —susurro. El niega con el mentón bajo, la mirada en el piso y mordiéndose el labio inferior. Lentamente levanta la vista y puedo notar sus ojos llorosos.
—Alice dice que su nombre es Caitlin Hale, ella tampoco la conoce, lo único que sabe es que estuve en una lista de espera en adopción mientras mi madre estaba embarazada, por eso fui al orfanato cuando nací, ella... —Su voz se entrecorta y siento un nudo en la garganta horrible, es difícil verlo tan frágil y dolido—.
Ella no me amaba Brooke, sigue siendo duro saber que probablemente nunca estuve en sus brazos.
Siento que se romperá en llanto si no lo abrazo ya mismo, sin pensarlo, lo arropo con mis brazos y siento como empieza a respirar
—Amo la familia que tengo, pero cuando se lo que hizo la mujer que me trajo a la vida, no puedo evitar ese sentimiento de odio hacía ella —dice sin apartarse de mí. Es la primera vez que escucho a Charlie decir que odia a alguien, cuando él es pura bondad y amor. Me sorprendo al escuchar eso de él.
—Tengo la sensación de que... fui un error para ella, no le importé ni un poco, seguro que fui un estorbo durante el tiempo de embarazo —rápidamente me aparto de él y lo miro a la cara. Sus ojos brillan a causa de las lágrimas que ahora se deslizan por sus mejillas, se ve aún más vulnerable.
—Hey, tienes a tus hermanos Daniel y Kylie, a tus padres Dave y Alice, me tienes a mí, ella no merece siquiera tus lágrimas —susurro con delicadeza sosteniendo su rostro con mis manos, pero el evade mi mirada y yo lo obligo a mirarme a los ojos—. No la necesitas, nos tienes a nosotros, incluso a mi padre, mi madre te adora, Zayed también, aunque no te lo diga y para Bonie ya eres parte de la familia. Tienes a todas estas personas que te quieren, no deberías siquiera pensar en ella.
El solo asiente con la cabeza, se aparta las lágrimas del rostro y se incorpora en el taburete. Recojo los platos de la encimera y los llevo al fregadero.
—Quisiera dejar el tema de tú madre hasta aquí, pero, necesito saber que tiene que ver ella con mi familia —pregunto aún de espaldas a él.
—Cierto. Le pregunté a Alice si sabía que había pasado con ella, y me dijo que se casó con un tal Fernández, que a mi entender era el jefe de la mafia para la que tu padre trabajaba, eso quiere decir que quizás tu padre la conozca.
Siento que la sangre de mi cuerpo deja de circular cuando él menciona ese nombre, Fernández, joder esto no es buena señal, me doy vuelta rápidamente para verlo a la cara sin poder creer que el acaba de decir eso. Si su madre se casó con el tipo que mi abuela y casi toda mi familia se encargó de destruir, me temo que la situación con Charlie y lo que le estoy ocultando, no va por buen camino.
—¿Qué?, ¿qué pasa? —cuestiona él cuando ve que no digo nada.
—Nada, ¿crees que mi padre sepa quién es ella? —cuestiono tratando de evitar tocar el tema del que no quiero hablar todavía.
—Brooke, ¿qué es lo que sabes? —por qué él tiene que conocerme tan bien.
—No sé nada de eso, ¿de qué hablas?
—Hay algo más, ¿qué me estás ocultado Brooke? —pregunta con insistencia.
—No puedo decirte Charlie.
No estoy lista para contarle esto, no quiero levantar una barrera entre nosotros que nos separe, yo sé que él no me va a mirar con los mismos ojos cuando sepa lo que está pasando en mi vida, y porqué es tan importante la información que me acaba de dar.
—Genial, yo acabo de contarte mis cosas y tú no puedes contarme las tuyas —dice levantándose de manera brusca.
—Charlie no es eso, es que...
—Es que, ¿qué? —dice más alto de lo que me gustaría.
—No puedo —susurro. Solo lo escucho dejar salir un largo suspiro, tras una risa carente de humor.
—Bien Brooke, cuando puedas decirme búscame —dice haciendo su camino lejos de mí.
—¡Charlie! —Lo llamo, pero éste sólo levanta su mano antes de subir las escaleras y desaparece de mi campo de visión. Me apoyo de la barandilla de las escaleras y me regaño mentalmente por no saber qué hacer.
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Editado: 28.11.2020