Capítulo 19

Con toda la información nueva dando vueltas en mi cabeza, guardo todo en su lugar al despedirme de mi padre. Salgo de allí aún muy desconcertada con todo lo que he descubierto, decepcionada por no tener nada de Caitlin, en este momento empiezo a dudar de su existencia, pero cambio de idea cuando recuerdo que hay otra habitación en la que puedo continuar mi búsqueda, esa a la que Nick tiene acceso.

No lo pienso ni un segundo cuando yo estoy caminando hacia el pasillo, ansié hacer el cambio de contraseñas, eso me iba a dar el acceso a todo, podía entrar donde quiera y cuando quiera, aunque, si Bonie se entera de que estoy aquí, quizá me grite porque para ella y papá estoy en peligro, pero, se supone que es una organización secreta, no es como todo mundo supiera que yo estar encargada de todo esto.

En cuanto entro en la habitación, me doy cuenta de que no es tan grande como pensaba, en medio hay un escritorio con una computadora y muchos archivos encima. Las paredes están rodeadas con repisas llenas de cajas y casilleros cubren toda la pared junto al escritorio. Hecho un rápido vistazo y solo veo archivos de las personas que trabajan aquí. Me sorprendo al ver un expediente de Charlie encima del escritorio, supongo que Nick estuvo a cargo de este archivo, el mismo que tiene fotos de él conmigo, con su familia, cuando llegó a Londres, información desde lo que va a estudiar en la universidad hasta el deporte que una vez práctico, lo que quiere decir que Bonie lo conocía mucho antes de nosotros haber llegado a esta ciudad, ¿Por qué no me sorprende?

Miro la hora en mi móvil y ya es bastante tarde, lo mejor será salir de aquí, para no levantar sospechas en la casa. Salga dando largas zancadas, la silueta de alguien cruzando las puertas de cristal, del otro lado del pasillo, hace que me detenga en seco. Siento como mi corazón empieza a acelerarse y trato de pensar con claridad, me mantengo escondida pegada a la pared, miro mi móvil y no tengo ni una sola llamada de Charlie, ¿Cómo entro ese hombre aquí sin que nadie afuera se diera cuenta? Miro con cuidado hacia donde se encontraba el hombre, no lo veo en ningún lado, me coloco el móvil como puedo entre el vestido, donde más apretado queda y corro. Coloco cada contraseña rápidamente, en este momento odio que haya más de una puerta para poder atravesar el pasillo, solo necesito llegar al ascensor, es mi única salida de aquí.

—Bu. — En cuanto pongo un pie en la sala de espera, el hombre aparece junto a mí y me empuja haciéndome caer fuerte en el piso, no que me he quedado sin dientes porque reaccione rápido a la caída. 

Me arrastro por el piso con una rondilla adolorida, trato de alejarme de él sin dejar de mirarlo, no logro ver su rostro con claridad porque el gorro de su abrigo oculta parte de su rostro.

—No puede ser que la hija de Zack Majid este asustada, pensé que ibas a ser un poco más como tu padre —dice con voz ronca y depravada. Este maldito vestido tan largo no me ayuda en nada.

—¿Quién eres y que quieres? —Es lo único que me atrevo a decir.

—Me temo que, el que hace las preguntas aquí soy yo. —A medida que se va acercando más a mí, yo voy alejándome, me recupero y le doy una patada fuerte en la rodilla, lo que me da tiempo suficiente para entrar en el elevador. Bajo en el tercer piso aquí puedo buscar una salida rápida. Antes de cruzar las grandes puertas voy a una de las salas de práctica y tomo uno de los cuchillos de las repisas, cuando me doy la vuelta tengo al hombre frente a mí, me hecho hacia atrás y levanto el cuchillo, pero él también tiene uno en manos.

—¿Quién eres? —Estoy muy desesperada por saber quién demonios me quiere matar, ahora que lo pienso, realmente no quiere hacerlo, de ser así ya lo habría hecho y no me amenazaría con una navaja.

—No me conoces —dice con una risa burlona, trato de verle la cara entre la oscuridad debajo de su abrigo, me muevo para que el quede expuesto debajo de la pequeña luz que se filtra por el ventanal, entonces me doy cuenta de quién es.

—Si se quién eres. —No le daré el lujo de que sepa que yo sé quién es en realidad, utilizaré su identidad en su contra.

—No tienes idea. —Esta vez es mi turno de reír.

—Soy Brooke Majid, ¿Qué te hace pensar que no lo sé? —Solo estoy buscando que se distraiga para yo poder salir de aquí lo antes posible. Mi corazón no deja latir desbocado en mi pecho, menos sabiendo que la persona que tengo en frente es realmente peligrosa.

—Crees saber quién soy —dice este con una sonrisa maquiavélica.

—Se supone que estás muerto ¿No? —digo y corro en dirección al túnel que tiene este piso, pero la puerta no se abre y este tipo está pisando mis talones, corro a la otra habitación que es más espaciosa, caigo por culpa de mi vestido nuevamente, me levanto rápidamente e intento cortarlo pero él logra cortarme en el muslo, finalmente logro salir de su agarre, caigo al piso una vez más y el intenta acercarse, pero lanzo mi cuchillo como Sophia me ha enseñado hasta ahora y se clava en uno de sus hombros, salgo corriendo hacia las puertas, miro por encima de mis hombros como el viene detrás de mí, pero llevo ventaja. Miro constantemente detrás de mí, pero ya no veo señales de él, las puertas del túnel se han cerrado detrás a mí y no veo que el haya podido cruzar, me parece que esto funciona de una forma que no sabía, quizás tiene un censor de reconocimiento y yo no lo sé, es lo más probable considerando que lo que hay detrás de estas puertas es demasiado importante.

Coloco la contraseña en la última puerta y la vuelvo a cerrar, en cuanto estoy dentro le marco a mi abuela, pero ella no responde. Mi respiración es agitada y mi corazón late fuerte en mi pecho, sin dejar de mirar hacia la puerta con miedo de que ese tipo logre entrar, muevo el mueble y levanto la tapa para luego bajar las escaleras de madera, antes de seguir bajando presiono el botón rojo y la tapa se vuelve a cerrar sola, las luces del pasadizo se encienden y gracias al cielo, porque esto estaba muy tenebroso aquí abajo.