Escape: Brooke

Capítulo 39

157865a784e2a283753393588078.jpg

Annie

Desde que volví a Londres lo único que he hecho es estudiar y hacer todo lo que Bonie me encomendó, tenía que mover las piezas correctas o todo se iba a la mierda. Debía concentrarme en esto, cuidar mis pasos y asegurarme de que todo saliera conforme al plan. Pero algo salió mal.

Bonie me dijo todo lo que tenía que hacer y cómo, el problema estaba en que había dejado a Brooke en coma y así ella era totalmente inservible, pero ahora que está despierta, pretendo hacer algo que Bonie me dijo que no hiciera, si, por primera vez en mi vida no ejecutaré el plan al pie de la letra.

Me he enterado que Caitlin visitó a Brooke y ese es un movimiento peligroso, porque es posible que Brooke se haya enterado de que están pasando cosas de las que ella no está enterada, además, no recuerda mucho, lo que es otro problema para mí.

—Entonces, ahora que a Samantha está en proceso de prueba, ¿cuál es el siguiente paso? —pregunta Zack sentado frente a mí.

Estamos en su pequeña guarida en Regent's Park, a escondidas de su esposa porque él no se ha dignado a contarle a Brenna sobre el plan que estamos ejecutando, pero que no se mal entienda; Bonie me dijo que lo buscara, que él no tendría ningún problema en seguir el plan, así que prácticamente es mi compañero en el crimen, solo que yo soy la del trabajo sucio y él es quien trabaja detrás de escena.

—Esperar, lo único que hace falta es saber todo lo que Caitlin tiene planeado y prepararnos para ello —respondo.

He intentado hacer que funcione todo mientras Zack ya no es parte del negocio, es algo difícil cuando el solo tiene esa arma cerca por si ocurre una emergencia, en cualquier caso, no la usaría. El Zack que yo conocí mientras estaba en una misión detrás de Fernández, no es para nada como el que tengo frente a mí, comiendo brócoli, atún sin aceite y arroz integral.

Puede que ya no sea un mafioso, pero lo fue, y eso siempre será parte de su vida, puede que fuera solo un soldado de Fernández, caporegime por un tiempo, pero es una mente maestra que rompió la omertá y vivió para contarlo, con cicatrices, pero vivo. Fue conocido por todas las mafias de Inglaterra y creo que es el único que fue tan conocido mientras era soldado, por eso ahora es una leyenda.

—El final será más fácil, ¿no? —cuestiona.

—Claro que no lo será, mientras más fácil parezca más difícil será —indico al mismo tiempo que saco un cigarrillo de mi bolsillo.

—No fumes aquí —me interrumpe antes de que pueda llevar el cigarro a mi boca.

—Vaya, el Zack que conocí no rechazaría nunca un cigarrillo —comento mientras devuelvo el cigarro a la caja.

—¿Disculpa nos conocimos de otra parte? —pregunta con las cejas juntas.

—Yo te conocí, tu a mi... no —contesto—. Trabajo encubierta, además, todo el que conoció a Fernández sabe de ti.

Bonie no mencionó en ningún momento que no podía fumar delante de él.

—Por desgracia —susurra más para sí mismo.

—¿Por qué de repente eres tan saludable? —no puedo evitar preguntar.

—Para tener una vida más larga, tuve un trasplante de pulmón, volví a fumar diez años después y tuve una complicación, así que no tomo, ni fumo, y nada de marihuana —dice mientras termina de comer sus verduras.

—Es como estar en rehabilitación —mascullo y trato que no se note el asco en mi voz y el impulso de reírme.

—Algo así, soy un hombre renovad.

—Ni tanto. —En serio que quiero reírme, pero no lo haré frente a él, puede que no esté en la industria, pero sí que puede cambiar de opinión, matarme y enterrarme aquí mismo si así lo desea.

—¿Qué quieres decir con eso? —cuestiona con el ceño fruncido.

—Estas armando una guerra, vas a matar personas, digo ya lo has hecho —respondo y él tiene la osadía de reír.

—Niña estúpida —musita. A este Zack mal hablado si lo conozco, pero sus palabras me han tomado por sorpresa, y él lo ha notado—. ¿Qué? Porque yo no fume o beba, coma saludable; no quiere decir que no pueda decir todo lo que me venga en gana, en ese sentido sigo siendo el mismo —reprocha mientras busca algo entre los cajones de su escritorio. No digo nada.

—Que tengas muy claro, que este plan es tuyo, y tu quisiste involucrarme, yo solo estoy ayudando a Dylan, que esos hombres estén muertos, y que la casa de Caitlin sean cenizas, es solo mi idea, así que no fui yo que los mató, yo solo dije que hacer y ustedes se ensuciaron las manos, sigo limpio —demanda.

—Además, si tengo que usar esto para proteger a mi hija, lo usaré. —Muestra su pistola encima del escritorio—. Si tengo que ensuciarme, lo haré para que a mi familia no le toquen un pelo, ¿entendiste?

Asiento con una sonrisa de lado, admito que si este hombre no fuera casado, sería mío, es tan jodidamente demandante y osado, el papel realmente le queda.

—Me encanta este lado tuyo. —No me reservo mi pensar sobre él.

—¿Qué lado? —pregunta mientras guarda su arma.

—Rudo y salvaje. —Tampoco me guardo eso. Zack me mira con los ojos entrecerrados, se da cuenta de cómo lo miro, me sonríe y se acerca a mi lentamente.

—Podría ser tu padre, niña estúpida —susurra con esa sonrisa malévola que solo pude apreciar en pocas ocasiones, hasta ahora.

—No, tengo veintinueve, sería más como tu amante —murmuro y me acerco más a su rostro, el solo se ríe, y joder, hace que olvide que es casado. Que deje de sonreír o creeré que responde a mi coqueteo.

—Estás loca, yo nunca le haría eso a mi esposa, la amo. —No se ha movido ni un poco, si no lo hace, lo beso.

—Tú eres quien la ama, no yo. —Me estiro un poco más, pero él se aleja sin dejar ir esa estúpida sonrisa, lo cual hace que yo sonría igual, con malicia.

—Como dije, estás loca —me apunta con el dedo índice.

—Lo sé, además no me gustan los hombres casados y con hijos —me defiendo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.