Una pequeña delegación llegaba a las tierras del lobo oculto entre él matizan pidiendo alojamiento de su agotador viaje.
- Jason viajeros piden verte.
- ¿Viajeros en pleno invierno?
- Dicen tener noticias, ya los revisamos y no traen armas. Son de una tribu del noroeste.
- Dele a su líder que pase.
Esto es extraño, porque saldrían con este clima. De seguro hay una muy buena razón para arriesgar a su gente.
- Buenas noches, joven jefe. Le agradezco su amabilidad.
- Todavía no digo que sí, pero me intriga el saber porque está aquí pidiendo alojamiento.
- No se preocupe no buscamos pelea de hecho le daremos comida a cambio del favor. Necesitamos descansar un poco antes de seguir nuestro camino.
- ¿A dónde se dirige exactamente y porque?
- Vamos a ver al jefe de la tribu de la luna.
Frunzo el ceño preocupado por sus palabras, ese lunático inicio todo esto y ahora tribus aledañas intentan llegar con él. ¿Acaso está buscando alineados para terminar la masacre que inicio? Tomó mi cuchillo y él hombre levanta las manos en forma de rendición.
- No es lo que piensas, nosotros también sufrimos la guerra y es por eso que vamos a ofrecer a mi hija para que sea su esposa y así unificar los clanes y que la paz vuelva. ¿No lo sabes?
- Saber que.
- Él está buscando una mujer fuerte para tomar como pareja y así acabar con la guerra. No soy el único que se dirige a su territorio. ¿No vas a mandar a ninguna hembra? Eso es suicidio aunque no la reciba, es una muestra de querer arreglar las cosas y acabar con las muertes.
- No sabía nada.
- La fecha límite es cuando la luna este llena y eso ocurrirá en 15 días. Tienes tiempo, ya que tu territorio es el más cercano.
Así que el lunático está buscando a mujeres como ofrendas para apaciguar su terrible ser, una alianza de matrimonio es la mejor solución y más si está mujer queda embarazada...
- Pueden quedarse.
- Muchas gracias por la hospitalidad.
Mientras camino por los pasillos veo en la cocina dos grandes cerdos y un par de gallinas. Esto es una bendición grande para nosotros y más las noticias que me acaba de dar.
- Alan, hermano cuando vas a abrir tus ojos.. Te necesito más que nunca.
De entre las sombras como una culebra sale Freía. - Me enteré de lo sucedido.
- Que con eso.
- Quiero ir, quiero intentarlo. Estoy segura de que ese hombre me elegirá y así ayudaré a todos aquí, podré remediar mis equivocaciones.
- ¿De verdad quieres ayudarnos o aniquilarnos por completo? Estás embarazada sin esposo, eso ya es una ofensa grande.
- Puedo engañarlo y hacele criar al hijo de nuestra tribu.
- Sí que eres estúpida como una roca, supuestamente ya tienes más de 4 meses y te piensas que ese hombre se va a creer tu cuento de un bebé que milagrosamente nació prematuro y vivió. Eso sin contar que no te puede elegir y vas a partir en sus tierras haciendo mayor nuestra vergüenza y traición.
- Yo sé que soy más bonita que cualquier mujer que le lleven y si cautivó su corazón..
- Basta Freía, tu belleza no sirve de nada si eres una persona inservible.
La veo guardar silencio mientas lleva sus manos a su vientre aún plano. - Mentí, nunca estuve embarazada de Alan.
- ¿Qué acabas de decirme?
- Al principio si, pero luego lo perdí. Tenía tanto miedo de que supieras la verdad que calle.
Decir que estaba enojado era poco, ya lo sospechaba, pero guardaba una última pizca de esperanza hacía ella y saber de su propia boca que mintió para tener beneficios es algo imperdonable.
La golpeó y la llevo a rastras hasta la celda arrojándola adentro de esta. - Eres la peor persona del mundo.
- Tenía miedo, por favor no me dejes aquí.
- Sabes que te mereces incluso más que esto así que estate agradecida.
Apago la luz dejándola en absoluta oscuridad con sus pensamientos. Esta mujer ha sido incluso peor que el despiadado invierno que nos azotó. Es una víbora venenosa que arruina todo a su alrededor, ahora tengo dos opciones: Matarla por sus crímenes o mandarla con ese hombre y dejar que lo envenene a él.
Los gritos de Freía se escuchaban como ecos de un animal salvaje por todo el lugar, su familia fue a pedir piedad por ella, pero ya había pasado todos los límites posibles.
♡♡♡
Una tarde mientras caminaba por el prado intentando estirar las piernas y disfrutando del poco sol que se colaba por las densas nubes vi el primer brote creciendo. Emocionada me arrodillé para admirarlo llena de esperanza cuando un aroma peculiar llegó a mí con la helada brisa.
Al alzar la vista vi un hermoso hombre, incluso dudaba de que fiera real, parecía un hada del invierno, pero gruñido del lobo a su lado me aseguró que era una persona real y peligrosa. Me levanto lento sujetando mi gran barriga.
- Hola... Soy Megan y no estoy haciendo nada malo, lo prometo.
- Que haces en este lado del Prado.
- Solo paseaba y no distinguí los límites. Perdón.
- ¿Eres de la tribu escondida en los matizales?
- No.. Estoy sola.
Su mirada me analiza detenidamente quedando fija en mi abultado vientre.
- ¿Sola y preñada? Acaso piensas que soy estúpido.
- Porque, en tiempo de guerra muchos murieron, usted no sabe si uno de ellos era el padre de mi bebé.
- Lo que no creo es que sola y en ese estado pudieras sobrevivir tanto tiempo.
- Soy fuerte y con deseo de vivir, eso es lo ubico que necesito para sobrevivir.
- Bien, la próxima vez fíjate por donde vas.
Él simplemente se da la vuelta y se va dejándome con el corazón a mil. Nunca había sentido tanto miedo en mi vida, aunque no se mostró amenazante su aura era otra cosa y sus feromonas ni hablar. Todavía me tiemblan las piernas por ese encuentro. ¿Quién habrá sido ese hombre misterioso?
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Editado: 26.08.2025