Escape con el hijo del alfa

El hombre misterioso

Luego de ese encuentro me dejó caer en la fría nueve intentando calmar mis sentidos, literal mi cuerpo está hirviendo, esto no fue un simple juego y ese hombre no era alguien normal. Con la mirada perdida en el cielo pienso en todo lo que me espera, ya falta poco para que el bebé nazca y si el clima sigue así será muy difícil mantenerlo caliente.

Pero la primavera ya está a la vuelta de la esquina y mi fecha es justo para esa temporada. Ósea mi bebé nacerá junto con las plantas y el regreso de los animales y el tan añorado calor.

Cierro los ojos imaginando como será tenerlo entre mis brazos, su aroma, su pequeño ser y si voy a poder ser una buena madre.

- ¿Todavía no te vas?

Me levanto de inmediato al sentir esa gruesa voz junto en mi oído y lo veo acostado a mi lado. ¿En qué momento se acercó tanto? Como fue que ni siquiera me percaté.

- Ya.. Ya me estaba yendo.

- ¿Dónde vives?

- No muy lejos de aquí.

- ¿Sola?

- Con una señora mayor.

Maldición porque le respondo todo sin siquiera pensar en mis respuestas previamente.

- Vamos te acompaño.

- No tiene por qué hacerlo, de hecho no tendría que acostarse en el piso socio, su traje se dañara.

- Vámonos ahora Megan, una tormenta se avecina. Puedes montar a Orión si estás cansada.

Ni loca me subo sobre esa gran bestia, de hecho ya hace muchos años se dejaron de ver estos especímenes tan grandes y únicos.

- Puedo caminar.

Camino a un costado de él, no adelante y tampoco atrás, aunque no lo conozco lo considero como mi igual hasta que sepa quien rayos es. Aunque si viene de ese lado no hay que ser muy inteligente para saber que es de la tribu contraria, la que inicio la guerra. Alguien peligroso para mí.

- ¿Cuándo darás a luz?

- Pronto.

- ¿Cómo lo vas a criar?

- Porque le importa eso, digo yo no soy una amenaza y tampoco busco problemas. Solo quiero vivir tranquilamente con mi bebé.

- Es claro que no representas una amenaza ni para ese pequeño conejo que se esconde entre esos arbustos.

¿Conejo? Debe ser el primero que sale de la madriguera buscando comida o viendo si el clima ya cambio. Tomó mi arco y flecha y de un solo golpe ya es mío.

Corro a buscarlo y le agradezco por dar su vida para que la mía siga. Lo guardo en mi bolso para guardar la flecha en mi espalda. Me giro sobre mis talones y levanto la mano en forma de saludo.

- Gracias por acompañarme y por la cena.

Ja ja ja Así que ella es Megan, tal cual la describieron e incluso mucho más. Ya quiero ver que sucederá en el siguiente encuentro.
Vamos Orión, es hora de volver a casa y ver que novedades hay.

Mientras Megan regresaba contenta por la comida que logró conseguir, el hombre misterioso era recibido por sus súbditos con muchas cartas en mano.

- ¿Qué es esto?

- Los aledaños ya están cerca, piden permiso para entrar en nuestro territorio en los próximos días.

- Esta noche tendremos una fuerte tormenta, si logran sobrevivir entonces permítanles entrar.

- Como ordene.

Veamos que tenemos aquí. Casi todas las tribus aceptaron el acuerdo y traen consigo a las hembras más fuertes supuestamente y aquí está quien más quería ver.

- Nodal volviste más rápido de lo que pensé. ¿Tuviste suerte?

- Yo nací con suerte.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.