Futuro incierto

Mi madre dio la vida por mí, sacó fuerzas de donde no tenía para mantenerme a salvo y es por eso que ella siempre será mi reina. Agradezco a la vida por poder tener la oportunidad de tenerla entre mis brazos y abrazarla, ver su dulce y cansada sonrisa y saber que a pesar de todo sigue luchando por la justicia que no la protegió a ella.

Megan me recuerda mucho a ella en su juventud, sabiendo que el destino era incierto y peligroso, pero sin temor a enfrentarlo y es por eso que la respeto. Ellas dos son mujeres que a pesar de lo difícil que se torna la situación son capaces de lo inimaginable por sus hijos y yo como el hombre que les faltó a ambas las voy a proteger.

- Ve a dormir, ya no eres una jovencita para estar desvelada.

- Que te pasa mocoso, estoy en mis mejores años todavía.

- Mamá una vez que ella de a luz quiero que vuelvas, ya no soporto que vivas aislada. Aguante todos estos años tu testarudo ser, pero ya no más, ya no te quiero lejos y desamparada. Ya me ayudaste lo suficiente y te quiero de regreso.

- No importa la edad que tengas sigue siendo mi cachorro.

- Deja que cuide de ti como debe ser, eres una reina y no mereces vivir como una mendiga alejada de las personas que te respetan.

- Volver a ese lugar me trae malos recuerdos. Nodal agradezco que te preocupes por mí, pero yo no quiero recordar.

- Entonces quédate aquí en esta casa, en tus tierras y deja que yo me encargué de todo. Me criaste para ser un hombre fuerte y de nada me sirve serlo si no puedo cuidar de la mujer que me dio la vida.

- Está bien escucharé a mi rey. ¿Cuándo le vas a decir?

- Cuando el momento sea el indicado.

- Buenas noches mi tesoro, no te desveles tampoco.

Mi madre me deja un dulce beso en la frente y se va a la cama junto a Megan quien ya duerme a sus anchas. Es gracioso verla así y debe de ser muy incómodo acomodarse con esa gran panza. Ojalá la hubiera conocido antes para poder consentirla durante esta etapa tan increíble.

- Orión quédate y cuidadas, yo tengo que ver que todo esté en orden en casa.

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En el castillo Freía volvía a su alcoba luego de pasar un agradable momento con quien ella creía era el líder, en su camino se encuentra con las otras mujeres que la acorralan antes de que pueda ingresar a su habitación.

- Sabemos lo que hiciste y no he dejaremos salirte con la tuya.

- ¿Qué hice? Solo dije lo que vi y nada más.

- Te piensas que por limpiarle las botas al jefe de la luna vas a poder ganar, pero mañana te destrozaré y esa bonita cara tuya quedara marcada para siempre.

- Eso lo quiero ver, ahora quítense de mi camino bola de inútiles.

Estúpidas mujerzuelas es una lástima que ya no pueda usar el mismo truco o comenzarán a sospechar de mí, pero tengo más bien escondidos y en cierta forma ninguna de ellas es tan buena como Megan, pero yo pude con ella así que puedo con todas.

Al acostarme encuentro una nota, es de mi querido macho. Me quito el vestido y salgo por la ventana envuelta en un chal, afuera en los establos lo veo esperando por mí.

- Hola mi amor.

- Pensé que no vendrías.

- Como no podría hacerlo, tenemos que encargar un bebé después de todo.

- ¿Ya pudiste avanzar con esa bestia?

- Casi así que no hay tiempo que perder, pon un bebé en ml vientre para que sea el futuro heredero de todo esto y mucho más.

- Antes de eso déjame decirte que Helena dice que las otras ya están listas.

Eso es grandioso, por fin vamos a terminar lo que empezamos tantos años atrás. Esta vez todo será nuestro y nadie lo va a poder impedir.

Este idiota me toma salvajemente, sin cuidado, pero el medio justifica el fin y tengo que quedar embarazada lo antes posible y está vez no lo puedo perder.

Aprovechado el silencio de la noche Nodal llega a los aposentos de Clark y se reúne con Larissa quien ya lo estaba esperando.

- Como va todo. ¿Lo seguiste?

- Así como me lo ordenaste, ese hombre mató al padre y a la hija, abandono los cuerpos en el Prado y siguió su camino como si nada.

- ¿Mató a su amante sin remordimiento?

- Le atravesó el corazón y luego sonrió aliviado.

- ¿Qué ha hecho esa víbora?

- Seducir a mi hermano, no se le despegó en toda la cena y las demás están celosas. Ahora mismo está en los establos con su amante.

- No le quites los ojos de encima Lary.

- No te preocupes yo soy la mejor en espionaje y nunca nadie me ha descubierto. Nodal te ves cansado. ¿Estás bien?

- Me duele la cabeza.

- Tus malestares volvieron más rápido está vez. Deja que busque algo de medicina para aliviar el dolor.

Maldita sea cada vez vuelven en menos tiempo y con más intensidad. Tengo que resistir al menos hasta que logré acabar con la plaga.

- Aquí tienes, tomátelo tomó.

- Gracias.

- Me duele verte así y saber que no hay una cura me desgarra el corazón. Dime al menos que esa mujer lo sabe.

- No quiero preocuparla, en el estado en que está quiero que esté tranquila y se preocupe únicamente por el niño.

- ¿La amas tanto así como para mentirle?

- Si y no quiero que ella se entere de nada.

No es momento de distracciones, tengo que moverme rápido para asegurarme de que ellas y toda mi gente tenga un futuro aunque yo no.