Escape con el hijo del alfa

Prometelo

Luego del que dolor por fin acaba espero a que Clark vuelva y cuando lo hace trae consigo un montón de papeles en mano.

- Viejo tienes que descansar, te ves del carajo y eso que recién estás casado.

Lo ignoró por completo. - Que es todo eso.

- El asunto de esta mañana, esa tal Margaret si tenía algo con Jason ya me lo confirmaron, ellos pasaron una noche juntos y de seguro estaban planeando algo. Trato que cambio de mano al sacar del juego a la pobre de Margaret.

- Eso quiero decir que ahora Freía se lleva la recompensa que se le iba a dar a esa chica.

- Exacto, uno de nuestros hombres escucho que Jason le prometió tomarla como esposa si lograba concebir al hijo del Rey. Margaret le suplico tomarla como esposa luego de lo sucedido así que ese hombre usa eso como carnada para mantenerlas felices.

- Es gracioso que al final del día si tenga que cumplir esas promesas vacías.

- El desgraciado escapó ni bien el alboroto se armó.

- Lo mandaremos a llamar luego de unos días, para ser exactos luego de que Megan de a luz. Ese desgraciado va a tener una esposa sin igual, una que le comerá el corazón mientras se encuentra con vida.

- ¿Qué quieres que haga a continuación con esa mujer?

- Síguele el juego, diviértete con ella y hazle creer que tiene todas las de ganar, pero no la toques o te morirás por la rabia que se trae.

- Ja ja ja A esa perra ni con un palo la tocó. Pero lograré despertar los celos en todas las demás para que ellas mismas le den una lección.

- Eres bueno siendo malo.

- Y tú necesitas una cama y dormir.

Clark me levanta con cuidado y me lleva a la cama. - Prométeme que las cuidaras y al bebé también.

- No digas esas cosas, lo vas a hacer tu mismo.

- Entonces no tienes por qué decir que no, si al final no tendrás que hacerlo promételo.

- Viejo.

- Ese niño va a ser mi sucesor y necesita de gente de confianza que lo guíe por un buen camino. Clark hazlo.

- Te doy mi palabra de honor.

No me gusta esto, con los años pensé que este cabeza dura estaba mejorando, pero en realidad resulta que lo ocultaba muy bien. Y que ahora ya no logré hacerlo significa que está muy mal.

- ¿Se durmió?

- Por fin pudo hacerlo, le diste la medicina.

- La más fuerte que tenemos. Clark..

- No llores tonta él va a estar bien.

La abrazo para consolarla aunque me gustaría poder creer en mis propias palabras y decir con seguridad que así será.

Antes del amanecer Freía vuelve a su cama cansada, pero con la esperanza de ya tener un bebé en su cuerpo, antes de caer dormida escucha un caballo afuera y al asomarse ve salir al hombre de cabello banco y al rey despedirlo.

- Que extraño, un rey despidiendo a un subordinado. De seguro ese hombre no es cualquier soldado sino más bien uno de confianza. No tendría que haberlo tratado mal esa noche, podría haber sido un buen aliado. Como sea tengo que dormir un poco o pasaré vergüenza a la hora de los enfrentamientos.

3 horas después las mujeres comienzan a llamar a las puertas despertando a las invitadas.

- Hora de levantarse, el rey las quiere listas para el desayuno.

- Maldita sea, es muy temprano.

- Oh disculpe su majestad, pero aquí usted tiene que cumplir o irse.

La mujer arroja una cubeta de agua helada para que me bañe y arregle. Desgraciados me las van a pagar.

- Yo soy la favorita del Rey trátame como se debe y dame agua caliente ahora mismo.

- Ja ja ¿Favorita? Eso lo vamos a ver ahora.

Odio esto, tengo que moverme rápido antes de perder la poca paciencia que me queda. Ni siquiera me baño, voy envuelta en mi sabana hasta la habitación de Nodal y entro sin siquiera llamar a la puerta. Lo veo siendo atendido por sus mujerzuelas quienes lo están vistiendo.

- ¿Qué haces aquí?

- Disculpe, pero no me han dado agua caliente y quería preguntar si me permite bañarme aquí.

Esa mirada intensa y dominante me pone los pelos de punta, estas personas actúan como salvajes, bárbaros así que no podrá resistirse a mi encanto femenino. Dejo caer la sabana mostrando mi cuerpo desnudo y camino hasta la tina.

- Esto sí que es un baño de verdad.

- Salgan por favor.

- Como diga mi Rey.

Lo veo llegar a mi lado arrodillándose junto a mí, sonrió coqueta para lograr conquistarlo y que me tome aquí mismo, así tendré la excusa perfecta para quedarme en la cama todo el día.

- Que piensas que está haciendo.

Su mano aprieta con fuerza la mía quitándola de su brazo. No esperaba esto. - Yo.. Ya lo dije quería un baño caliente.

- No sé que pasa por esa cabeza tuya, pero esto ya lo dije ayer mi castillo no es tu patio de juegos y no puedes hacer lo que te venga en gana.

- Pensé que te agradaba por ayudarte ayer.

- Lárgate ahora mismo, tienes razón me agradó tu coraje, pero tu descaro te quita todo el encanto que puedes tener. Escúchame bien a mí me respetas o de aquí no vas a salir con vida.

Me arroja la sabana a la cara y manda a llamar nuevamente a las mujeres que me sacan a rastras del lugar, afuera las malditas estaban atentas y no perdieron el tiempo en burlarse de mí.

- Que rápido eres rechazada. Pero quien quisiera una hembra así de descarada.

- ¡Cállate!

- Ya quiero verte en la arena Freía y saber si de verdad puedes hacer algo más que solo abrir las piernas.




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