Nodal acaricia lentamente la espada de Megan haciendo que su cuerpo se estremezca por completo luego de sentir sus ásperos dedos. Mientras siente el mentón de él apoyarse sobre su hombro.
- Porque te duele, dime como te puedo ayudar.
- Yo tampoco lo sé, es mi primer bebé y no le he preguntado a Noha.
- Vamos a que ella te revise.
- Quiero.. Un poco más, quedémonos así un poco más por favor.
- Aquí me quedaré hasta que lo digas.
La necesidad de tocarlo y besarlo es incontrolable, siento que estoy muriendo de sed y Nodal es el agua que me muero por beber. Sus caricias prenden cada parte que toca y no puedo controlar más mi cuerpo.
Busco sus labios desesperada por calmar las ansias y en sus ojos logró perder la poca cordura que tenía. Sé que no estoy en celo y él tampoco entonces porque nuestros cuerpos reaccionan de esta forma.
Mi respiración se agita por la intensidad de ese beso y por el calor envolvente de ambos, intento apartarme para lograr respirar, pero mi cuerpo es como un imán que no se quiere separar de su lado.
- Dime que pare Megan, pídeme que me detenga ahora mismo.
- No puedo hacerlo, aunque lo quiera mi boca se niega a decirlo. ¿Qué nos está pasando? Jamás me sentí de esta manera.
- ¿Jamás?
- Sé lo que piensas decir eso cuando estoy así, pero la verdad es que pasó una sola vez y Jason uso feromonas para que accediera, estaba en celo y eran muy patentes. Yo no pude escapar.
- Eso quiere decir que no fue tu decisión, el abuso de ti.
- No..
Ahora que lo pienso yo le dije que no lo quería hacer, pero al final me quedé porque se suponía que él sería mi pareja para toda la vida. Pero esto es completamente diferente porque estoy lúcida y Nodal también, esto es algo que los dos queremos sin influencia de nada más que deseo propio.
- No llores, perdón por hacerte recordar eso.
Lo abrazo y lo beso porque así lo quiero, porque esto es algo que necesito, ya no me importa nada más que estar entre sus brazos.
Sus manos van directo a mis pechos y los masajea lento y con cuidado mientras sus besos bajan por mi cuello, sin darme cuenta terminó sin ropa y el perdido entre ellos.
Siento la liberación del dolor que tanto me torturaba y no quiero que pare. - No me dejes.
- ¿Estás segura?
- Nunca estuve más segura de algo y si es contigo sé que me vas a cuidar.
Quien lo hubiera pensado un bárbaro considerado el peor de todos me trata con sumo cuidado besando cada parte de mi cuerpo, tratándome como una delicada flor.
Al llegar a mi vientre lo acaricia y le susurra unas palabras. - ¿Qué le has dicho?
- Que si me da permiso de amar a su madre.
Esas palabras fueron el punto final, todas las barreras que creí construir firmemente fueron derribadas con esa simple frase.
Lo que ocurrió a continuación fue lo más hermoso, casi indescriptible con simples palabras. Entre besos y dulces caricias nos hicimos uno mismo en esas aguas bajo el cálido sol que quemaba nuestra piel.
Sus gruñidos lograban que me excitara cada vez más y sus fuertes brazos que antes se usaban para matar ahora me daban el más increíble placer. Terminamos acostados a la orilla, abrazados el uno al otro.
- ¿Estás bien?
- Nunca me sentí mejor. ¿Te gustó a ti también? Lo siento no soy buena haciendo esto.
- Megan fue grandioso no digas esas cosas. Más bien yo debería ser el que esté preocupado por tratarte con brusquedad.
- Eres el tirano más amable que pude haber conocido.
Perdida en su pecho me siento mal por todos los pensamientos negativos que he tenido con ellos dos. - Nodal quiero disculparme contigo.
- Porque.
- Yo no confiaba en ti, tenía mis dudas en como podías llegar a usar a mi hijo para lograr tu venganza.
- Nuestro hijo, Megan. Desde ayer ese bebé también se convirtió en mío y mi familia al igual que tú y yo no lo voy a usar para la venganza. Quiero que él sea mi sucesor sin que se vea envuelto en todo este desastre. Entiendo que no confíes en mí y te daré tu espacio, pero al menos no dudes en mis intenciones con el pequeño cachorro.
- Después de esto ya no tengo más dudas, fue una bendición de los cielos el que te conociera y ya no dudaré más de ti, mi esposo.
Nos besamos por última vez y luego de cambiarnos Nodal me lleva en brazos de regreso a la casa, menos mal Noha no puede verme justo en este momento porque me muero de vergüenza.
- Por fin están de regreso, la comida se enfría.
Arrastró la silla en completo silencio y comienzo a comer despacio sin mirar a nadie.
- Es bueno hacer ejercicio, pero con cuidado Megan. Una vez nazca el bebé yo lo cuidaré personalmente para que los dos se diviertan sin preocupaciones.
Escupo toda la sopa en la cara de Nodal quien se queda asombrado.
- Más te vale haberla tratado bien mocoso.
- Si mamá.
Ya por todos los cielos tragame tierra.
- Voy a ir a cambiarme. ¿Hay algo que pueda usar?
- Una campera únicamente.
- Cualquier cosa sirve, luego iré por más mudas de ropa.
Siento la mano de Noha acariciar la mía mientras me da un vaso de agua. - Como fue, dime si te hizo algo y ahora mismo lo regaño.
- Noha por favor no digas eso, ya me estoy muriendo de la vergüenza.
- Son esposos es normal.
- La verdad me dolía mucho los pechos.
- Déjame revisar, que chica lista pedirle ayuda a tu macho.
De verdad por lo que más quieras tragame tierra y escúpeme al otro lado del mundo.
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Editado: 02.09.2025