- Larissa manda a llamar a ese mal parido de Jason ahora mismo.
- Bien, hermano ten cuidado esa bruja ya tiene un nuevo plan en marcha y usará droga para profanar tu tierno cuerpo.
- No lo digas así.
- También encontramos a la otra mujer y su cuerpo ya está en la habitación resguardada.
- Eres la mejor.
- Por supuesto que lo soy, nada se escapa en mi guardia.
- ¿Quieres divertirte un poco antes de que llegue Nodal?
- Sabes que sí.
- Tienes mi permiso como rey provisorio.
- Te quiero menso olor a perro sucio.
Ni siquiera cuando juego a ser el rey me deja en paz, pero es bueno ver que ya está de mejor humor.
Larissa se mueve rápido y sorprende a Freía en el baño. - Como se encuentra señorita.
- Helándome, acaso aquí no llaman antes de entrar o solo tú eres así de atrevida.
- Solo yo alguien problema con eso.
- Por supuesto que sí, lárgate ahora mismo.
- Todavía está muy sucia déjeme que la ayude.
La tomó del cabello y hundo su cabeza en el agua helada, ella lucha como un cachorro lo que me provoca molestarla mucho más todavía.
- Oh acaso no puede respirar.
- Te volviste loca, ahora mismo le voy a contar todo a Nodal.
- Rey o señor para una cucaracha como lo eres tú.
- ¡AYUDA! Me quieren matar.
- Ja ja ja AYUDAAA POR FAVOR SE MUERE UNA CUCARACHA AHOGADA. Recuerda que estas en mi casa y aquí mando yo.
- Que quieres.
- Yo te vi, mataste a esa joven chica y mandaste a lastimar a la otra.
- Mentira, no tienes prueba de nada.
- Tengo mi lengua y con eso me basta, quien aquí le va a creer a una serpiente como tú.
La agarró de su asqueroso cuello deseando romperlo, pero me contengo solo sacando las garras. - Si yo fuera tú me llevaría la fiesta en paz el poco tiempo que te queda aquí y recuerda que estás en las tierras de la luna, no pienses que puedes llegar y hacer lo que se te dé la gana sin recibir castigo alguno.
Empujo su fea cara lejos de mí y la dejo sola pensando en que va a hacer a continuación. Ahora me siento sucia.
Ahhh ya no lo soporto más, todo se está jodiendo y ya ellos saben lo que he hecho, pero como si se supone que son viles salvajes ignorantes guiados únicamente por su brutalidad sin cerebro.
Encima la muy perra me sacó sangre, espero que no sepan que tengo esto en mis manos, está noche sin falta el rey tiene que ser mío.
Salgo sin hacer ruido y viendo que nadie esté cerca hasta llegar a la alcoba de Nodal. Golpeó lento y espero que me deje entrar.
- Quien es.
- Soy yo su majestad.
La puerta por fin se abre. - Que haces aquí a esta hora Freía.
- Quería saber si tiene algo para que la herida no se me infecte.
Su mirada me da asco, de seguro piensa que soy una molestia.
- Pasa.
- Sé lo que piensa, pero déjeme decirle que yo le puedo ser de mucha utilidad si me deja quedar a su lado.
- ¿Cómo que?
- Le puedo dar información valiosa de donde mi tribu guarda las armas, decirle con exactitud cuantos hombres fuertes posee y el punto débil de Jason.
- Eso sí suena interesante. ¿De verdad estás dispuesta a vender a tu propia gente?
- Estoy dispuesta a todo por usted.
Lo veo ir por algo y aprovecho a echar todo el líquido en el vaso, las medicinas de mamá son indetectables y sin sabor alguno así que no sé dará cuenta.
- Brindamos por una alianza.
- Me parece perfecto.
Le entrego la copa y antes de tomarla busca algo en su bolsillo. - Aquí tienes el ungüento para la herida.
- Gracias, luego lo uso ahora quiero brindar por su salud y reinado.
- Sabes algo Freía eres estúpida si piensas que voy a confiar en ti luego de lo que me dijiste.
- ¿Qué?
- Dices que vas a traicionar a la gente con la que has vivido toda tu vida sin pestañear y piensas que yo voy a confiar en ti dándote la bienvenida. Si eres capaz de hacer eso con tu propia tribu que le espera a la mía.
Su mano me sujeta las mejillas y me obliga a beber todo el vino, intento escupirlo, pero me tapa la boca hasta que lo trago.
- Muy bonita por fuera, pero tan podrida por dentro.
Siento como me lleva a rastras hasta un lugar oscuro y me arroja dentro de este. - Que pases una agradable noche reviviendo lo que le hiciste a la pobre de Margaret, tal vez así entiendas lo que se siente.
- Espera no por favor.
Veo como la puerta se cierra quedando en completa oscuridad, de repente siento unas manos heladas tocando mi cuerpo y gruñidos viniendo de todas partes.
Esa noche Freía sintió en carne propia todo el dolor que por años disfruto ver, sus gritos quedaron impregnados en las gruesas paredes y por la mañana llegaron dos desagradables noticias.
- Lamento informarles que la señorita Loreto falleció ayer en el bosque y que la señorita Freía está esperando ser recogida por su líder tras cometer un delito imperdible. También que el cuerpo de la joven Margaret fue encontrado a las afueras del bosque.
- ¿Cómo sucedió esto? Ustedes nos van a matar a todas nosotras.
- Lejos de lo que piensan nosotros no tenemos nada que ver con lo sucedido, de ser así no les informaría nada.
El temor se espació rápido entre las pocas mujeres que quedaban, el futuro era incierto y en tierras ajenas sus vidas no serían salvadas.
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Editado: 02.09.2025