Esa noche Nodal hace guardia cuidando el sueño de su mujer y su recién nacido hijo, porque en su corazón eso era. Su hijo.
- Es hermoso no lo crees.
- Sí mamá es tan pequeño que siento que lo puedo romper si lo toco.
- Así de pequeño eras tú cuando naciste, tan diminuto que temía lastimarte y mírate ahora un hombre de bien, un padre.
- Piensas que voy a poder hacerlo bien.
- No tengo dudas de qué serás un excelente padre y un maravilloso esposo, pero venga cárgalo.
- No me atrevo, tengo miedo de que se me caiga o de apretarlo demasiado. Además, no le he preguntado a Megan si me deja hacerlo.
- ¿Crees que ella no te dejará? Hijo esa joven derrochan amor por ti al verte su lado. Siéntate y yo te lo doy.
Mamá me indica cómo debo de colocar mis brazos y luego pone el pequeño bebé en ellos, lo acuno con cuidado mientras observo cada gesto que hace.
De repente abre sus hermosos ojos y se queda viéndome fijo a los míos, tomo su manita y él me aprieta con fuerza un dedo. Mi corazón se vuelve loco de emoción, de felicidad.
- No te preocupes pequeño bebé no importa si no tienes mi sangre eres mi hijo y yo te cuidaré y protegeré de todo y de todos. Jamás permitiré que nadie te lastime.
Una lágrima rueda por mi mejilla y cae su sobre sus gordos cachetes, lo veo hacer una mueca y entro en pánico.
- Mamá va a llorar.
- Acúnalo.
- Creo que tiene hambre, mejor despertamos a Megan para que lo alimente.
- Yo voy.
La veo llegar al lado de la cama y mover despacio a Megan quién de inmediato abre los ojos preocupada.
- Tranquila mi niña el bebé tiene hambre. Ven aquí y tráelo.
Me levanto con cuidado y camino como si de cáscara de huevo se tratara, llego al lado de ella y se lo entrego despacio. La veo sacar su pecho y comenzar a amamantarlo mientras me toma de la mano y me pide quedarme a su lado.
- Tú también estás cansado acuéstate junto a nosotros.
- No es buena idea.
- Por favor Nodal y tu también Noha ve y duerme.
Mamá acarícia mi espalda y se va a la cama de al lado, no me queda de otra que acostarme detrás de Megan y abrazarla mientras acaricio la espalda del pequeño cachorro que no deja de comer desesperado.
- A este paso crecerá muy sano y fuerte.
- Es muy glotón no lo crees, mira como sus pequeños cachetes como sé inflan.
- Se parece mucho a ti.
- Yo no lo creo, apenas tiene unas cuantas horas de nacido. Tiene mucho tiempo para cambiar, pero lo que no va a cambiar es el sentimiento de felicidad y de paz que me da tenerte aquí.
Antes de poder responder la veo caer dormida otra vez y yo me quedo esperando a que el bebé acabe. Una vez lo veo lleno hago lo que Noha nos enseñó y lo dejo en la pequeña cuna junto a nosotros.
Me aferró a mi pareja y cierro los ojos un momento.
Tres horas después un ligero llanto despierta a todos en la casa, ya está saliendo el sol y un bebé hambriento pide su alimento, mientras las mujeres lo atienden yo salgo a escribir una nota para Clark y darle las buenas noticias.
Su futuro Rey acaba de nacer. Es hermoso y saludable, muy glotón así que vamos a tener que preparar un gran banquete para darle la bienvenida a la manada. Una fiesta que dure toda una semana.
- Orion lleva esto a casa y espera a que te responda.
Colocó la carta en el collar y lo veo marcharse mientras yo me preparo para cocinar una abundante comida, ya que mi esposa a este paso quedará muy flaca y es mi deber alimentarla bien.
Con el bebé limpio y lleno las traigo a la mesa.
- Cómo te sientes Megan. ¿Te duele algo o sientes incomodidad?
- Estoy muy bien, cansada, pero bien.
- Tienes que avisarme si te sientes mal de repente, en este momento tienes que recomponer energía. Así que aliméntate mucho, toma agua y leche.
- Entendido.. Muchas gracias por cuidarme de esta manera sin ustedes dos yo no estaría aquí el día de hoy.
- No digas eso querida. Hoy es un día lleno de felicidad y prosperidad, deja de pensar en el pasado o en lo que no sucedió.
- Así será.
Aunque intento comer y disfrutar del alimento que mi esposo preparó no puedo evitar llorar de felicidad. Estoy tan agradecida con ellos que me es inevitable expresar mi alegría con lágrimas.
Poco después de acabar vemos llegar a Orión y no viene solo Clark está a su lado y consigo trae nada más y nada menos que una vaca entera y viva.
- Qué es esto viejo.
- Mi regalo para la mueva mamá. Felicidades mi señora que los cielos siempre bendigan y protejan al pequeño príncipe.
- Muchas gracias Clark tantas molestias que te he causado.
- No son molestias usted es nuestra reina una simple vaca no es un regalo digno.
Una simple vaca dice, para mi que traiga esto es el regalo más increíble que jamás espere recibir. Me acerco a ella y comienzo a acariciarla feliz de que sea mía.
- De verdad tenías que traerle una vaca a mi esposa.
- Tampoco es para que te pongas celoso viejo no se me ocurrió otra cosa que traer.
- Mira lo feliz que está ella con tu regalo.
- Qué le diste tú entonces para que tu esposa esté tan feliz con mi simple regalo.
Maldición lo olvide por completo, no le prepare nada. - Me has traído ropa.
- Aquí tengo todo, pero dime que le diste a tu pareja por dar a luz a tu hijo.
- Es una sorpresa chismoso.
Es una tradición que la familia cercana de un obsequio a la madre, pero su esposo es quien le tiene que dar el mejor de todos puesto, que le agradece haber dado a luz a su descendencia y yo como un idiota lo olvidé por completo.
Pero creo que ya tengo el regalo perfecto para ella solo que voy a tener que ir por él.
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Editado: 02.09.2025