Escasez de luna

CAPÍTULO 6: UNA VOZ

Me dirigí a la oficina de Jacob, los chicos estaban mirando algunos papeles en el escritorio, voltearon a verme cuando cruce la puerta. 

—Pensé que tardarías más —hablo Logan mirándome. Rápidamente, me acerqué para ver que estaban revisando. 

—Cuéntenme qué sucedió —hable tomando uno de los papeles. 

—Hemos encontrado rastros de sangre en algunos árboles cerca de la cabaña, parece ser que es una amenaza y quien quiera que sea quiere nuestro territorio —explico Logan, las expresiones de los chicos eran serias. 

—Pedí los documentos de algunas manadas que han llegado recientemente —Jacob señalo la hoja que tenía en las manos y la carpeta sobre el escritorio. 

En la carpeta había perfiles de manadas, estaban sus integrantes y la fecha cuando entraron a pueblo. 

Fruncí el ceño cuando vi la manada de Ethan en una de las hojas

—¿Por qué…? —Pregunte mirando a Jacob quién siguió la mirada hasta la hoja. 

—No lo sé, Paulette. Es extraño que en las fechas que llegaron comenzaron las amenazas —contesto Jacob y fruncí aún más el ceño. 

—Es imposible, Ethan estuvo conmigo cuando encontraron el rastro de sangre —explique un poco molesta, era imposible que Ethan y sus amigos hicieran algo así.

—Eso es correcto, pero no sabemos sobre sus amigos —hablo Oliver cruzando de brazos. 

—Aun así, hay otras manadas que llegaron recientemente, no nos dejemos llevar todavía —suspiro Jacob y asentí. 

—está bien.

Me senté en un sofá y comencé a mirar los integrantes de otras manadas. No podía ser Ethan y tampoco pudo hacerlo su manada. Todo estaba mal. 

Al día siguiente le conté lo que sucedía, claramente no le dije que los chicos estaban sospechando de su manada, pero si le comente de las amenazas hacia nuestro territorio. 

—Debe ser complicado, no duden en pedirme ayudar —dije acariciando mi espalda —los chicos y yo estaremos vigilando, si vemos algo sospechoso no dudaré en decirte. 

Asentí con una sonrisa llena de tranquilidad aunque en el fondo me sentía insegura. 

Tome mis clases y observe de lejos a las otras manadas que estudian en la universidad. 

Al llegar a la cabaña los chicos y yo seguimos con las investigaciones e hicimos algunas rondas por la cabaña y nuestro territorio. A pesar de que es pequeño, es la herencia que le dejo su abuelo a Jacob por lo que como alfa y nosotros como manada es nuestro deber protegerlo. 

La luna alumbraba los altos árboles dejando sombras que se mezclaban con la oscuridad. Camine en mi forma lobuna junto a los demás chicos, Joshua se había quedado en la cabaña, ya que se había doblado el tobillo en la universidad mientras hacía deporte. 

Las ramas crujían al ser pisadas por mí o mis compañeros, levante las orejas prestando atención a cualquier sonido. 

Voltee cuando escuche una rama ser lanzada a lo lejos. 

¿escucharon? —pregunto Jacob en nuestras mentes y asentí a su dirección. 

Camine lentamente hacia unos arbustos cerca de donde se había escuchado el sonido, asome un poco la cabeza y mire otro lobo, su pelaje era marrón con algunas manchas blancas, rápidamente observe lo que estaba haciendo. 

Estaba comiendo un conejo. 

Mire sus movimientos cuando tomo al conejo despellejado en su hocico y lo restregó por el árbol dejando una mancha de sangre. 

Era él… 

Los chicos miraron todo con atención, vi que Jacob estaba en posición de atacar y no dude en hacer lo mismo. 

Jacob saltó, no obstante antes de llegar al animal, otro lobo salto interponiéndose y mordiendo su cuello.

Jadee de sorpresa y escuche el gruñido de los demás chicos que no se quedaron ni un minuto más y corrieron a defender a Jacob. Aparecieron dos lobos más, y salí de los arbustos.

—¡Paulette, vete! —la voz de Jacob me sorprendió, estaba escupiendo sangre, pero seguía peleando con el lobo que había mordido su cuello. 

—¡No los dejaré solos! —gruñí. No pensaba irme, no importaba si no fuera una loba guerrera o algo por el estilo. No iba a dejar a mis amigos. 

Corrí hacia el lobo que tenía el conejo anteriormente, al mirarme trato de esquivarme, pero era demasiado tarde. Mordí una de sus patas y escuché su gruñido de dolor, a los segundos sentí un fuerte dolor en mi cuello, me había mordido.

Jadee de dolor y lo empujé hacia un árbol golpeando sus costillas, se recuperó rápidamente y no dudo en correr hacia mí y saltar haciéndome caer al suelo, gemí de dolor cuando el aire se escapó de mis pulmones. 

—¡Paulette! —la voz de Oliver se escuchaba lejana mientras mi mirada se volvía borrosa. Cerré los ojos con fuerza y una voz en mi cabeza hizo que me sorprendiera. 

Huye, no dejes que te maten, no puedes morir. 

Después de eso perdí la conciencia. 

Abrí los ojos con dificultad, mire a mi alrededor dándome de cuenta que estaba en la cabaña, más especifico en mi habitación. 

Encontré la mirada de los chicos en mí y gemí de dolor cuando trate de moverme. 

—No te muevas, te has golpeado la costilla y no podrás moverte muy bien —Joshua se acercó y puso una toalla en mi cabeza. —La fiebre ha bajado.

Mire los rostros golpeados de los chicos y suspire causando un jadeo de dolor.

—¿Ellos…—mi voz salió entrecortada —Que paso con ellos…?

La mirada de Jacob se oscureció, carraspeo para contestar. 

—Una voz… —miro a un lado un momento para luego volver a mirarme —Una voz resonó en ese lugar y puede que tal vez en todo el bosque, la voz decía que debíamos sacarte de ahí. 

Mis vellos se pusieron de puntas en ese preciso momento, ¿era la voz que había oído antes de perder la conciencia? ¿De qué se trata?, o de quién…? 

—Los otros lobos huyeron cuando se escuchó aquella voz, nosotros hicimos lo mismo —continuo sentándose en la orilla de la cama.




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