MARLON
Era el décimo día a bordo.
Justo la hora del alba.
Recargado en una de las barandas de la cubierta principal, mantenía la atención en el flujo de las aguas del Atlántico mientras pensaba en lo diferente que me sentía en este instante a comparación de pocos días atrás. No estaba siendo el Marlon que fui en los últimos dos años, sino aquel que había olvidado y dejé enterrado, debajo del dolor, del miedo, de la ausencia, aquel que ardía por la música. Era difícil de creer que todo hubiera pasado tan de repente, como una ráfaga, y sin poder evitarlo...
Nunca había creído en cuentos del destino.
Nada parecido ni mucho menos.
Sin embargo, Leah se había atravesado en mi camino de tal manera, tan especial y repentina, que solo podía compararlo con algo como aquello: una obra mágica del destino. El que yo la hubiera encontrado en aquel mirador, el que ella coincidiera en el mismo crucero que yo... Todo ocurrió en el minuto preciso para enlazarnos.
Ella en Seúl.
Yo en Miami.
En realidad, las probabilidades de conocernos eran mínimas, pero lo habíamos hecho. De alguna manera, todo indicaba que así tendría que haber sido, y nunca de otra manera.
* * *
Para apoyarme, comparte la historia y sígueme en redes sociales:
Instagram: @eberthsolano
Tiktok: eberthsolanoo