Capítulo 55

MI SUK

(julio)

—¿En dónde te habías metido?

Dae Hyun me esperaba en la salida del cine.

—Olvidé mis audífonos en la cafetería.

Él se rio entre dientes.

—Siempre llevas estos audífonos a todas partes, pero casi nunca los utilizas —señaló al mismo tiempo que retomábamos el andar—. En tal caso, ¿por qué no los dejas?

—Es solo una costumbre difícil de eliminar —respondí.

Dae Hyun se había convertido en un buen amigo y compañero dentro de las aulas de la universidad. Al principio lo había rehuido por pensar que le interesaba de forma romántica, pero luego descubrí que estaba enamorado de otra chica que estudiaba en nuestro mismo curso. Lo que nos unía, en realidad, era la pasión por la gastronomía.

Y también nuestros amores imposibles.

Él no era correspondido.

Y yo no sabía cómo encontrarlo.

Aún peor, si había sido algo real.

—Sí, lo recuerdo: el escudo perfecto.

Asentí.

Ya le había contado a Dae Hyun, de manera breve, mi pequeña historia de desesperanza y fuego renacido. También, de aquellos catorce días que cambiaron mi percepción del mundo y la propia vida. Aquellos días que, bien o mal, salvaron mi espíritu. Por supuesto, sin abarcar algunos detalles vergonzosos: como que me había presentado con un nombre falso. Esa información sobraba.

—No creerías lo bien que me funcionaba, a excepción de una sola vez —expresé con un deje melancólico—. Pero bien, dejemos el pasado atrás.

Dae Hyun metió las manos en los bolsillos de su chaqueta.

Era quince centímetros más alto que yo.

—Cierto, debe aburrirte escucharme hablar sobre Nabi todo el día —concordó con una sonrisa ladeada—. Aunque, a decir verdad, creo que ya no me gusta tanto. No como pensaba antes de... conocerla más a fondo.

Lo empujé ligeramente en el codo.

—¿Pretendes que te crea? —me reí.

—¿Te enteraste de la fiesta que hará Yeong en el departamento de su novio el día de mañana? Deberíamos ir, seguramente estará mejor que la última vez...

Sonreí mientras seguía escuchándolo.

Mi vida actual era pasar días enteros en los laboratorios, en la biblioteca y en las charlas con Dae Hyun. Sin darme cuenta, día a día, estaba cambiando. Ya no era la misma Mi Suk de antes: la que nunca hubiera decidido entrar a la universidad, tener amigos, quitarse sus audífonos, usar ropa colorida y salir de vez en cuando.

Ya no quería morir.

Disfrutaba de mi nuevo presente.

El fuego que Mason había despertado en mi corazón era, por ahora, suficiente para seguir adelante. Sin embargo, aunque cada mañana me despertaba con nuevos objetivos en mente, siempre habitaba la misma esperanza en lo profundo de mi alma (aunque no fuera probable, aunque él me hubiera olvidado): volver a verlo...

Por azar, por juego del destino.

Aunque solo fuera una vez más.

* * *

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