Ese último momento

1. El mejor cumpleaños

—¡Feliz cumpleaños! —me saludan a coro mis amigos, cuando el reloj anuncia las doce en punto.

Se acercan a felicitarme con ánimos, con mi novia a la cabeza, quien me abraza y me da un cálido beso en la boca.

—Felicidades, amor —susurra cerca de mis labios, sacándome una sonrisa—. Te quiero.

—Yo también —le contesto, aferrando su cintura con mis dedos.

—Ya, hazte a un lado, Brenda —mi mejor amiga mete su hombro entre nosotros para apartarla—. No eres la única que quiere saludarlo.

Brenda rueda los ojos entre risas, pero se aparta y le permite abrazarme. Sam me rodea entre sus brazos y besa mi mejilla.

Los demás me felicitan uno a uno. En primer lugar, los miembros de la banda, Vanesa, Bruno y Francis. Luego siguen Tadeo, mis amigos del colegio y los nuevos de la universidad, que son varios.

La mesa de Musageta está abarrotada. Tanto que Eric, mi suegro, tuvo que agregar muchas sillas más y, aun así, algunos invitados no tienen otra opción que quedarse parados o dirigirse a la pista de baile.

Me fijo en mi novia, con la intención de invitarla a bailar, y la veo cuchicheando con su mejor amigo.

—¿De qué hablan? —me acerco por un costado y Tadeo pega un salto, haciendo reír a Brenda.

—De nadie, digo… de nada —contesta este, y su evasiva me hace deducir el punto de su conversación.

—¿Y ese “nadie” se llama Julio?

Hago la pregunta en voz muy baja y con sumo cuidado. Es que Julio es el chico que le gusta, pero nadie debe saberlo porque Tadeo aún no se ha animado a declarar en voz alta sus preferencias, a pesar de que cada vez parece perder un poco más el miedo que antes tenía y desde hace meses que lo sabemos aquellos que somos más cercanos a él.

—¡Shhh! —me ruega que no diga más, y mi novia se echa a reír—. Es que… ¿no ves lo lindo que está con esos jeans gastados? Parece una estrella de cine. Incluso Brenda ha dicho que se ve muy bien.

—Ah, ¿sí? —le lanzo a ella una mirada de reproche, en broma—. Espero que no estés mirando a otros a mis espaldas.

Rodea mi brazo con el suyo y se recuesta contra mí.

—Sabes que sólo tengo ojos para ti —contesta, replicando la frase que uso para evitar que se ponga celosa cada vez que las chicas se acercan luego de cada concierto.

No me contengo y le doy un beso que mantenemos durante unos segundos, mientras Tadeo se dedica a mirar a Julio a lo lejos.

—Dale, continúen besuqueándose —lo oímos decir a un costado—. Yo iré a buscar a Vane para bailar con ella. Tal vez si Julio me ve con una chica, deje de pensar que lo acoso.

—Lo acosas —Brenda interrumpe nuestro beso durante un instante para aclararlo y luego prosigue, mientras él se va.

Llevo mis manos hasta la zona baja de su rostro y la atraigo aún más hacia mí. Continúo sintiendo las caricias de sus labios sobre los míos y su aroma a durazno que me vuelve loco.

—¿Estás pasando bien? —me pregunta en un susurro y continúa dándome besos, así que se me hace difícil responder, lo que la lleva a pensar que no quiero hacerlo y se aparta un poco—. ¿No lo haces?

—Sí, lo hago, Pulga. Pero no puedo contestar si no me dejas hacerlo —replico entre risas y continúo besándola.

Ella sonríe mientras mis labios tocan los suyos. Por alguna razón la percibo bastante nerviosa, como si se trajera algo entre manos.

—¿Y tú? —le pregunto—. Te veo muy emocionada.

Asiente repetidas veces.

—Es que tengo una sorpresa para ti —confiesa, mostrando todos los dientes en una sonrisa.

—¿Un regalo?

Vuelve a asentir, eufórica.

—¡Te va a encantar!

La abrazo y junto nuestras bocas otra vez.

Cuando estoy con ella el tiempo parece detenerse. A pesar de no tener siquiera un año de novios, siento que nos tenemos desde siempre y que la adoro cada día más.

—¿Lucas Urriaga? —una voz femenina se escucha de un lado—. ¡Quítate una foto conmigo!

Me aparto de Brenda para mirar a la fan que está a un lado y no puedo hacer nada más que aceptar y sonreír. Pero mi novia no se queda callada, como era de esperarse.

—Estamos ocupados —le dice, amenazándola disimuladamente con la mirada—. Allá están los demás miembros de la banda, puedes pedírsela primero a ellos.

—Pero no quiero —insiste la otra—. Y si tu novio es tan lindo, deberías aguantarte. No soy la única que lo desea… digo, que desea una foto con él —insinúa con maldad.

Brenda le lanza una mirada que me hace pensar que la vida de esta chica corre peligro.

—Amor… —intento persuadirla de que no se abalance sobre ella, pero no me dan chance, porque Sam aparece y empuja con la cadera a la chica hacia un lado.

—Lárgate, ¿no ves que molestas? —le dice.

—¿Y quién se supone que eres tú? —la otra intenta mostrarse firme, pero yo sé que ahora que llegó el refuerzo, y la chica ha perdido la batalla.



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En el texto hay: rock, juvenil amor drama, amigos y amor

Editado: 13.08.2021

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