"Perdida en la soledad, sin la certeza de una luz que me salve de las alas de este cruel infierno, donde la oscuridad sera mi fuego eterno..."
Esas palabras me daban vueltas en la cabeza dia y noche, a tal grado que no podia comer ni dormir, tratando de recordar de donde habia sacado esas palabras. Sali de mi casa, aun pensando en aquellas palabras, y me puse a caminar sin rumbo, hasta que llegue al cementerio de Roseville.
El cementerio de Roseville era uno de los lugares mas tenebrosos del lugar. Una vez que se ponian los ojos en el, era imposible desviar la mirada. Algunos de los que vivian por la zona enloquecian con las historias y leyendas que se contaban sobre aquel lugar, lo inmenso que era y la sensacion de que algen o algo te estuviera vigilando desde el interior. La entrada principal se encontraba rodeada de rosas silvestres, como si fueran guardianes a muerte de aquel tenebroso lugar.
Cuando llegue a la entrada principal me detuve, y me percate de que habia soplado un viento fio, pero no era un viento normal, sino un viento escalofriante.
-Debe ser por el ambiente.- me dije a mi misma.
En ese momento vi a un chico acercandose al lugar. Era un chico de 20 años aproximadamente; alto, de piel clara, y ojos color cafe. Esos ojos eran los mas hermosos que habia visto en toda mi vida.
-Hola, me llamo Ivan, y soy nuevo en la ciudad.- dijo, cuando habia llegado a donde yo estaba.
-Hola, yo soy Clara, mucho gusto.- me presente amablemente, sin poder desviar la mirada de aquellos hermosos ojos.
-No sera demasiado pronto para invitarlo al parque?.- pense.
-Bueno, como dije, soy nuevo en la ciudad y no conozco mucho el lugar.- dije, tratando de disimular la alegria que sentia de la posibilidad de conocerlo mejor.
-Vamos entonces.- dijo Ivan entusiasmado.
Decidi comenzar en el cementerio, aprovechando que estabamos alli. Asi que entramos y comence a explicarle las historias y leyendas de ese lugar tan escalofriante.
-Wow, no tenia idea que un cementerio tuviera tantas historias!- dijo un poco asustado al principio.
-Y aun hay mas...- comence- ...pero,comienza a oscurecer. mejor vayamos a cenar.-
Claro, pero yo invito.- dijo Ivan.
Al principio no crei prudente aceptar, pero despues de un tiempo decidi hacerlo.
Esta bien. Vamos.- respondi, despues de casi 3 minutos de silencio.
-Vamos...- respondio rapidamente- ...pero cuentame otra de las historias de este lugar en el camino.
Asenti rapidamente. En realidad solo queria salir de aquel lugar tan tenebroso antes de que obscureciera mas. Ya que de dia se veia tenebrosa, pero estar alli cuando comenzaba a obscurecer, era algo que provocaba escalofrios a cualquiera.
En cuanto salimos del edificio se alcanzo a oir un gemido, pero no un gemido comun y corriente, sonaba mas a un gemido de ultratumba.
Caminamos hacia el coche de Ivan como si nunca hubierado nada, y mientras conducia me acorde de la historia mas tenebrosa de todas.
-En que piensas Clara?- me pregunto Ivan, cuando se dio cuenta de que estaba en otro mundo.
-Recordaba una historia del cementerio de Roseville.- respondi bastante asustada.
-Se cuenta que si al obscurecer, alguien escucha un gemido desde el interior del cementerio, dicha persona sufriria una terrible maldicion hasta que el alma en pena logre encontrar el descanso eterno.- le conte.
De pronto, Ivan sintio un escalofrio.
-Hoy escuchamos un gemido en ese cementerio.- dijo paralizado.
En ese momento tuve una idea. Quiza no era la mejor idea que podia haber tenido, pero era mejor que nada.
Llegamos al mejor restaurante de la ciudad, comimos sin decir una palabra y para cuando dieron las 10pm, volvimos hacia donde estaba el cementerio.
Como era de esperarse, de noche se veia aun mas tenebroso que de dia.
-Deberiamos entrar a investigar.- dijo Ivan.
Aunque la idea no me gustaba para nada, Ivan tenia razon. Asi que simplemente asenti, muy asustada pero decidida a llegar al fondo de todo.
La entrada principal estaba cerrada, asi que decidimos buscar otra manera de poder entrar.
-Ivan, por aca.- indique, al descubrir que la entrada trasera estaba abierta.
Entramos muy lentamente y al poco tiempo se escucho el mismo gemido de la vez pasada. Decidimos averiguar de donde provenia dicho gemido, asi que lo seguimos y llegamos a una vieja tumba. En cuanto vi esa tumba, recorde de pronto las palabras que no salian de mi cabeza esa misma mañana; entonces, creia saber el porque de aquellos gemidos.
Esa tumba estaba muy sucia y maltratada, como si a nadie le importara la persona que se encontraba ahi enterrada. En eso escuchamos otro gemido, pero esta vez se escucho mas fuerte y claro.
Comenzamos a limpiar y arreglar esa tumba, y conforme ibamos terminando, el gemido iba disminuyendo, pero no del todo. Al terminar, pudimos leer la lapida: Rosa Antonia Jimenez 1932-1993.
Mientras leia la lapida, recorde que la leyenda mencionaba una maldicion, pero no sabia aun de que trataba dicha maldicion.
Para cuando salimos del cementerio ya pasaban de las 12 de la media noche, asi que decidi irme a mi casa a descansar.
-Te veo mañana Ivan.- me despedi.
-Quieres que te acompañe?, ya es muy tarde.- insistio.
-No, gracias. Vivo aqui cerca.- dije.
-Esta bien, hasta mañana.- se despidio de beso.
Vi como se subia a su coche y se alejaba. Cuando perdi de vista el coche me di la vuelta y me fui rumbo a mi casa. En el camino, senti que alguien o algo me seguia;pero al voltear a ver no habia nadie. Entonces decidi acelerar un poco el paso, hasta llegar a casa. Al llegar note que estaba completamente obscuro, con excepcion de una pequeña lamparita que se encontraba en la sala.
Entre a la sala dispuesta a apagar la lamparita creyendo que habian olvidado apagarla, pero al entrar note que estaba mi hermana Abril. Se habia quedado dormida en el sillon esperando que llegara a casa.