Capítulo uno.
Dicen que los ojos son las ventanas al alma. Los ojos de Ashton eran la entrada a la misma felicidad que me producía con tan solo verlos. Dos hermosas esmeraldas.
Lo detallo medio dormido al lado de mí, anoche fue un espiral de emociones para ambos, siento felicidad al lado de él, pero aún no logro descifra que nos vamos a casar.
La despedida de Ian y Verónica nos dolió ambos, pero a veces las cosas suceden como uno menos lo espera.
Una media sonrisa se forma en mi rostro cuando su mano me atrapa la cintura y me lleva hasta su cuerpo desnudo.
─ Dime señora de Cranston que se siente estar al lado de su futuro esposo ─ susurra medio dormido.
─ Se siente como si estuviera dormida con mi futuro esposo ─ río con gracia, pero su mano me sostiene más fuerte.
─ ¡Que graciosa! ─ responde besándome el cuello con lentitud ─ anoche decías otra cosa.
Estampó la almohada en su rostro cuando pronuncia esas palabras.
─ Anoche no era yo misma ─ río ─ además tu creaste a esa Jules, así que no tienes el derecho de reprochar nada.
Su cuerpo cae encima de mí.
─ Acaso dije lo contario ─ estampó sus labios contra los míos en un beso rápido y apasionado ─ deseo a esa Jules ahora mismo.
Quita la sábana de mi cuerpo haciendo que quedara desnuda enfrente a él, sus ojos lo detallan con admiración.
Su sonrisa se agranda a medida que avanza a mí con su mano derecha atrapa mi cintura y besa mis labios con suaves movimientos, paso mis manos sobre su torso desnudo, su calor emana cada parte de mi cuerpo. Cada vez su mano derecha subía hasta mis pechos rozándolos con delicadeza.
Sueltos pequeños gemidos contra su boca al igual que él cuando rozo mi cuerpo encima de él.
─ Ashton ─ pego mi frente contra la suya ─ sabes lo que pasará cierto.
Queda en silencio aun besándome por todo mi cuerpo.
En mi mente solo pensaba que mis padres iban a matarme, su querida hija no ha dormido en su habitación. Pero tenía otra preocupación más. Así que debíamos parar.
Sujeto a Ashton haciendo que se apartara un poco de mí, su disgusto ya era notorio.
Me tapo nuevamente.
─ ¡Jules! ─ dijo fuerte al verme.
Lo señaló ─ hablamos de esto anoche ─ dije con autoridad.
El suspira molesto.
─ Tengo que viajar en al menos tres horas y tú debes empezar tu residencia en 4 horas.
Su molestia era notoria cuando terminó de vestirme.
Suspiró cuando no voltea a verme ni un segundo que marchó hasta él.
─ Ashton ─ sostengo su rostro suavemente ─ te amo.
─ Y yo a ti Jules ─ responde sosteniendo mi cintura entre sus manos. ─ te amo como un jodido idiota.
Mi sonrisa se muestra delante de él.
─ Por eso te digo que te quedes conmigo.
─Ashton ─ suspire al ver sus ojos que me derriten con esa mirada.
─ Pero no lo haré hoy ─ respondió ─ no seré egoísta contigo, es tu sueño y no seré quién se interpongan.
Mi sonrisa se agranda ─ Te amo tanto ─ está vez soy yo quien lo besa.
Me separo de él ─ por esa razón cámbiate que debemos darles la cara a mis padres. Yo no seré la única a quien maté.
Ashton ríe y se cambia con rapidez.
─ Oye ─ dice cuando nota lo nerviosa que estoy ─ tú me amas y yo te amo es lo que importa ─ sujeta mi mano con fuerza.
En esa parte de tu vida que vas con el chico al cual te prohibieron ver y decir que no podían estar juntos a presentárselo a tus padres, eso es adrenalina.
Caminamos hasta llegar a casa con nuestras manos entrelazadas.
Doy mi último respiro y Ashton me da el ánimo que necesito.
─ Todo estará bien Jules ─ me mira.
─ Y si no ─ respondí.
─ Y si no recuerdas que te amo y que puedo secuestrarte.
Sonrió ante sus palabras, Ashton podía ser el chico que en cualquier situación siempre está calmado y le saca todo el buen humor a cualquier situación. Yo no era así. Estaba que moría de los nervios y en la reacción de mamá por estar con él, en la reacción de Fred por dormir con él, en la reacción de la abuela al saber que era él y en la reacción de Gabriel a ver a su hermana muerta por sus padres.
Ashton toca haciendo que el sonido de los golpes en la puerta me sacara del transe en que estaba.
La puerta se abre al mismo tiempo que aprieto la mano de Ashton.
Gabriel ríe al vernos y Ashton me empuja hacia adentro cuando ve que no camino.
Todos se encontraba en la sala, mamá con su bata de dormir mirando una revista, Fred en la ventana y la abuela no sé cómo reaccionar a su expresión divertida o asesina. Gabriel solo nos miraba.
─ Mamá, papa, abuela, Gabriel ─ los miro uno por uno ─ tengo algo que decirles.
─ Querida, lo sabemos ya. ─ menciona la abuela entre risas.
Ashton seguía calmado, separó nuestras manos cuando la abuela empieza a reír más de lo normal.
─ ¡Esperen! ─ los detallo mejor ─ ¿Qué saben?
─ Lo vimos todo querida ─ otra vez hablo la abuela.
─ Era un espectáculo digno de ver ─ prosiguió Gabriel, lo miro ─ así mencionó la abuela.
Río un poco.
─ Mamá, papa ─ digo al ver que no dicen nada.
─ Aunque no esté alegre por qué no dormiste en casa ─ esta vez hablo papá ─si lo estoy por ti.
Se dirige a Ashton
─ Tu y yo hablaremos después.
─ Como puede ser que me haya enterado por la ventana y no por hija. ─ la voz de mamá era fuerte.
─ Martha ─ menciona Ashton ─ Jules no...
─ Ashton ─ lo interrumpe mamá ─ eres un buen chico, pero tú no eres mi hijo, Jules tiene boca ella puede hablar y defenderse por sí misma.
Ashton toma silencio de inmediato yo suspiró y me acerco a ella.
─ Mamá...
Un abrazo de su parte me detiene. Quedando estática entre sus brazos.
─ Estoy feliz por ti. ─ susurra.
Me separo de ella sin creerlo. Algunas pequeñas lágrimas recorren sus mejillas.
Mira a Ashton y luego a mi ─ por ambos, estoy feliz por ambos.