Espérame siempre

Capítulo 3

Domingo por la noche, sentada en la sala, con una taza de chocolate caliente puesta en el apoya brazos. Mi mirada posada tanto en la televisión viendo una vieja película y viendo de reojo recetas en mi teléfono, necesito memorizar varias si de verdad quiero quedarme con ese trabajo. El día anterior había discutido con Ian, como siempre desde que llegue hasta esta casa. Siento que se hará una jodida costumbre entre nosotros. Detesto a ese chico, hacia cualquier cosa para hacerme sentir incomoda, pero claramente no le daría en el gusto, no me iré de ese lugar por su culpa. Es como un crío mimado con serios complejos de superioridad, tiene el ego tan elevado como una estrella de cine, a cada momento pienso que su madre lo dejo caer por las escaleras, por eso es tan idiota.

Emma.

Nath. Hola

¿Qué ves?

Ah, Orgullo y prejuicio.

Qué película mas aburrida.-Dijo en lo que tomaba asiento a mi lado tocando por accidente una de mis piernas.- Lo siento.

Descuida.-Me moví tomando algo de distancia de el, ese toque había sido más que incomodo.-

 

Mis parpados terminaron cediendo cerrándose por completo, no había sido un día pesado, pero esa película era tan larga que no pude evitar aburrirme. Caí sobre las piernas de Nathaniel dándome un golpe en una de mis orejas, lo que me hizo despertar enseguida dándome cuenta de donde estaba recostada. Claro, me mantuve quieta por la vergüenza que comenzaba a recorrer mi cuerpo. Sentía mis mejillas arder de la vergüenza.

Eres realmente bonita. Esto que comienza a nacer dentro de mi interior es inexplicable. Eres una chica difícil de alcanzar. Ah porque lo sigo diciendo, estas dormida.

 

Bueno chico, lamento informarte que no estoy dormida. Escuche cada una de tus palabras. Siendo sincera, el también me gusta, aunque mas bien lo llamaría atracción fatal, ok, eso es demasiado exagerado, pero tengo claro que es una fuerte atracción. Pero, mi confianza a las personas es como la de un pequeño gato asustado. Pero, por otro lado, darme una oportunidad y que alguien me brinde afecto. Sentir ese cariño que mi madre me brindaba hace años atrás. Me reincorpore juntando mi mirada con el, esos ojos claros que erizaban la piel de cualquiera. Sin pensarlo mucho me incline hacia el dejando un beso sobre sus labios. Mi primer beso.

Sh… No vayas a decir nada. Ya me siento apenada por esto.

Vaya, vaya.-Aquella irritante voz interrumpió ese cálido momento entre ambos.- Así que la huérfana muestra su verdadero rostro.-

¿Disculpa?

Eres la típica loca arribista ¿Crees que estando con uno de nosotros lograras dejar de ser una pobre tonta?

Ian. Basta.

No hermanito. No te dejes engañar por esta cualquiera.-Sentí un nudo en mi estomago al escucharle llamarme de esa manera. Me puse de pie hasta quedar frente a el y sin pensarlo mucho di un golpe contra su rostro, la palma de mi mano ardía por la fuerza con la cual lo había golpeado. Mis ojos estaban humedecidos, pero no quería llorar frente a el, no iba a darle en el gusto.

Conmigo no te metas ¿Te quedo claro?

 

Sin decir mas me retire de la sala avanzando lo mas rápido que mis piernas lo permitían. Apenas ingrese, mis piernas terminaron por flaquear y termine cayendo de rodillas sobre el suelo de madera, escape de un horrible lugar, encontrándome con una verdadera pesadilla ¿Por qué tuve que toparme con alguien de esa calaña?



#10170 en Joven Adulto
#25175 en Otros
#1996 en No ficción

En el texto hay: romance, romance amor odio, romance adolecente

Editado: 18.10.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.