Esperando al Destino.

Así no funcionan las cosas.

-Siempre supe que terminaría en la cárcel- dijo Mary con melancolía- Lo que no se me ocurrió, es que ustedes también se echasen la culpa de todo y terminasen aquí conmigo-

-¿Tu plan de contingencia era echarte la culpa de todo y liberarnos a nosotras del asunto?- preguntó Karen con autentica curiosidad.

-Sí, obviamente- respondió Mary.

-El mío también- confesó Karen.

-Y el mío- añadí.

-En estos momentos la policía debe estar discutiendo porque tres mujeres confesaron haber cometido solas el crimen e insisten en que las otras dos no hicieron nada- Mary se cruzó de brazos y se sentó, al menos las tres estábamos juntas en la celda.

-¿Ustedes pusieron resistencia?- pregunté con curiosidad, no nos habían dejado hablar hasta los momentos.

-No, apenas me lo dijeron me entregué- comentó Karen- Quería que todo terminase antes de que René llegara a la casa y me viera siendo esposada-

-A mi me llegó el poli-papasito a mi casa- explicó Mary- Imagínate ser policía y tener que llevarte detenida a la persona con la que estas saliendo-

-Dejen que asuma yo la culpa- les propuse- Karen, vas a ser mamá, no necesitas nada de esto y Mary, tú eres una brillante y respetada enfermera, tienes toda una carrera por delante, yo en cambio soy una simple secretaria-

-No digas eso- me regañó Mary- Tú ganas bien en tu trabajo, quieres ir a la universidad y estás enamorada. Yo soy quien debería asumir la culpa, tal vez me bajen la sentencia si me ofrezco como voluntaria en la enfermería de la cárcel-

-No sean bobas, yo soy la que tiene que asumir la culpa- interrumpió Karen- Existe la posibilidad de que me den menos tiempo de condena por estar embarazada. Además, la idea original fue mía-

-No Karen, primero me sentencian a pena de muerte antes de dejar que tú vayas a la cárcel mientras que yo ando por ahí libre- discutí- Aparte, de todas soy la que menos tiene que perder. Lo de la universidad es un sueño lejano, obviamente en Hausell no le van a dar trabajo a una convicta y en cuanto a Erick… Todas sabemos que yo no me merezco a ese hombre. Nunca me lo merecí. Soy pobre, sin educación y hasta ladrona. Él es el presidente de una empresa, se graduó en la mejor universidad y es incapaz de robarse un céntimo. ¿De verdad sería justo que yo tuviera un final feliz con él? Pues no. Por eso terminé con él la primera vez-

-¿A qué te refieres con “por eso terminé con él la primera vez”?-preguntó Mary.

-Alan Girardi, MI Alan Girardi y Erick Cassell, son la misma persona-confesé y sentí que algo en mi pecho se terminaba de romper. Hundí mi rostro entre mis manos y comencé a llorar.

-¡No puede ser!- exclamó Karen llevándose las manos a la boca- ¿El gordito feo se convirtió en esa ricura?-

-¡Karen!- la regañó Mary mientras me abrazaba- No entiendo, ¿No se supone que Alan Girardi y Erick Cassell son primos?-

-¡Se llaman igual!- traté de explicar mientras lloraba, pero el llanto era fuerte y casi no podía hablar- El nombre completo es Erick Alan Casell Girardi, pero cuando yo lo conocí estaba pasando por un problema y solamente podía usar el segundo nombre y…- me eché a llorar con más fuerza- Y el nombre del primo es Alan Daniel Girardi Letelier y bueno, yo estaba tan emocionada cuando escuché el nombre del primo que pensé que se trataba de MI Alan, nunca se me ocurrió pensar que mi Alan estaba en la oficina de al lado-

-¿Y el verdadero Alan… Es Erick?- insistió Karen.

-¡Sí!- exclamé hipeando por las lágrimas.

-¿Y te reconoce?- preguntó.

-¡No lo sé!- admití- Creo que sí-

-Pero si te reconoce,  es decir, si recuerda quien eres, ¿Por qué no te contó su identidad antes?- cuestionó Mary mientras me abrazaba.

-¡Porque es un desgraciado!-opinó Karen- Pensó que Diana había regresado porque quería su dinero-

-Si lo pensó, no lo juzgo- reconocí secándome las lágrimas- Me desaparecí de su vida y él nunca supo porqué. Nunca me atreví a explicarle que no era suficiente para él. Y ahora iré a la cárcel y él lo sabrá… Sabrá que no lo merezco, que nunca lo hice-

-No pienses eso, él no es perfecto- dijo Karen con compasión- A lo mejor tiene el pene pequeño, no lo sabemos-

-¡Karen, basta!- la regañé- Eso no me importaría-

-Tal vez sea eyaculador precoz- comentó Mary.

-¡Pues tampoco me importaría!- exclamé sin dejar de llorar.

-Eso lo dices porque eres virgen- dijo Karen- Cuando tengas relaciones, sí te va a importar-

-No, nada de eso me importa- le aseguré- Yo lo amaría igual. Quiero que él sea feliz, que tenga éxito, que tenga una novia igual de poderosa y generosa que él- volví a secarme las lágrimas, aunque era en vano porque ya tenía la cara enrojecida, los ojos hinchados y el maquillaje hecho un desastre- Por eso tengo que ir a la cárcel, no tengo nada que perder. Lo que tenía ya lo perdí-




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