Monimia tenía una esperanza, pero las Sombras decidieron apagarla. Luego de veintiún años oprimida y sin nadie quien la protegiera producto a las decisiones tomadas en el pasado, la profecía da un destello de su cumplimiento, al aparecer Aurora Marest en el reino.
Teniendo la responsabilidad en sus hombros, Aurora se encamina a un mundo donde las almas piden misericordia por su retorno, los secuaces de las sombras matan a cada segundo y el aroma del amor en la oscuridad la desorienta por algunos minutos.
¿Qué pasaría si la luz con las tinieblas se une por el dulce néctar que forma esa combinación?
Mil veces dude y sus alientos fueron el motor de seguir aquí.
Gracias papá por tener confianza en mí.
En mis letras descabelladas y miles de historias inventadas
que relatan, de cierta forma, mi vida en cientos de páginas.
Elizabeth Veas