Espía Adolescente

Capítulo 8

Complejo de heroína

 

Algunos tienen miedo a los demás, mientras que otros se meten a sí mismos. Unos a la muerte y otros a la vida; unos a la oscuridad y otros a la luz; unos a la mentira y otros a la verdad.

-César Fernández García

 

---------------------------------- 🖤

Sígueme en Instagram, @Emilybasems22

---------------------------------- 🖤

 

—¿Qué? —«todo menos eso, Nick, todo menos eso»— ¡No! —niego exaltada—. Nick, no puedo hacerlo. Nunca he cantado en público —trago grueso—. Me desangraré, será el fin del mundo o, qué sé yo. Siempre ocurre algo malo.

Nick maldice por lo bajo.

—Enana, lo lamento mucho, de verdad, pero esta es mi única oportunidad de sacar a Nali de aquí. —hace una pausa, para luego decir en un tono de voz más bajo—: Por favor, enana. Te necesito...

—Yo... —no puedo creer que voy a decir esto— Lo haré —mierda, no puedo creer lo que he dicho—. Por ti, por mi cuña... digo, tu hermana, y porque estoy harta de sentir miedo.

A la mierda con los miedos, a la mierda con todos estos hijos de perra. Yo, Alex Piterson, puedo hacerlo.

—¡¡Así se habla, enana!! Ve, y cántales una balada a esos mafiosos.

Yo puedo con esto, yo puedo con esto. Mentalmente me repito.

Retiro lo dicho. Hay mucha gente, no puedo con esto.

«Nick te necesita, Alex, hazlo por él»

Lo haré por Nick.

Trago grueso, y con mucho nerviosismo y unas tremendas ganas de vomitarle la cara a alguien, me acerco al hombre que está a un lado de la plataforma en la que se encuentra el talento en vivo. El hombre parece ser el que está a cargo, pues no deja de dar órdenes por doquier con cara de rancio. Espero no estar equivocada.

—Oiga, usted. —«Qué sutil eres, Alex trasero de tabla». El hombre voltea a verme. Me mira ceñudo. Seguramente piensa: «¿De dónde coño salió esta loca?»—. Quiero cantar —le suelto como la perra millonaria que NO soy.

Así es, Alex, demuéstrales quién es Meredith. Después de todo... si algo sale mal, o se me escapa un gallo, será Meredith la perjudicada, no Alex Piterson.

—Señora, —«Ok, este cara de marciano ya me cae mal. ¿Tengo cara de vieja?»— lo lamento, pero creo que eso no se pue...

Estoy harta de que me digan que no. Lo tomo de la corbata, y de un brusco jalón, lo acerco a mi.

—Si no me dejas montarme al puto escenario, mi esposo, e diablo negro, te cortará las pocas bolas que tienes —lo observo con la mirada de la muerte a través del antifaz—. ¿Entendido, lacayo?

Traga grueso.

—Si, señora...

Luego de unos segundos, el hombre vuelve, y con manos temblorosas me pregunta:

—¿Qué desea cantar, señora?

No necesitaba pensarlo, sabía exactamente qué canción quería cantar. En este momento sentía muchas cosas, y esa canción definía cada uno de mis confusos sentimientos.

—Shamless, de Camila Cabello —digo sin pensar.

—Bien. La pista estará en tan sólo unos segundos. Ya puede subir y ubicarse junto al micrófono.

«Respira, tú tienes el control de tus miedos»

Subo los escalones y me posiciono en el medio de la delicada y hermosa plataforma donde hace un momento estaba cantando la chica de hermosa voz. Los miedos comienzan a apoderarse de mi cuando todos esos mafiosos posan sus miradas en mi, incluyendo a Eaxer, quien me observa divertido, misterioso y a la vez sorprendido.

Se muestran resultados de
Buscar, en cambio,

Don't speak, no, don't try
It's been a secret for the longest time

Don't run (oh), no, don't hide
Been running from it for the longest time

So many mornings, I woke up confused
In my dreams, I do anything I want to you
My emotions are naked, they're taking me out of my mind

Sentía profundamente cada palabra de la canción, pero estaba confundida. ¿La cantaba para Nick, el chico que de mis sueños, el que me hacía suspirar, o para el chico que me confundía con su actitud, el chico que solía ver en mis húmedas pesadillas?

Carajo... estoy fregada.

Eaxer Harris

En el momento en el que esa mujer se fue de mi lado, se convirtió en un reto, uno muy tentador... y no descansaré hasta hacerla mía.

La verdad estoy sorprendido, tiene una hermosa voz, incluso vi una ligera sonrisa en la cara de Bosley. Y eso que él es una roca sin algún sentido del humor. Me encontraba concentrado en cada una de sus notas; no había desafinado en ningún segundo, y eso que se trataba de una canción compleja... y muy instante. Por un momento, su mirada se encuentra con la mía, pero inmediatamente la aparta, y mi lente de contacto me notifica que tengo una llamada entrante.

Me dirijo hacia el baño. Luego de asegurarme de que no hay nadie en algún cubículo, contesto la llamada.

—¿Todo bien, Pony azul? —contesto con una pizca de gracia.

—La subasta ha terminado, ya sabes qué hacer. —me informa en un susurro.

—Lo que tú digas, Pony azul. —trato de sonar lo más profesional que puedo, pero inevitablemente se me escapa una pequeña carcajada.

Escucho un gruñido por lo bajo.

—¡Ya te he dicho que mi apodo es ninja rojo! —reprocha enojado en un muy bajo tono de voz.

Es tan pendejo.

—Claro, Pony azul. —finalizo la llamada, y antes de salir, suelto un largo y pesado suspiro.

Creo que este será nuestro después, chica misteriosa... pero te encontraré, lo prometo.

Nick Anderson

La increíble voz de Alex ha dejado boquiabiertos a todos. Incluso algunos están babeando.



#7262 en Joven Adulto
#18936 en Otros
#2935 en Humor

En el texto hay: accion, badboy, novela juvenil amor

Editado: 05.04.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.