Espinas en el alma

Prólogo

Siempre había sido de las personas que obtenia todo lo que quería, la típica hija de papá, que tan solo con pedir algo, ya lo tenía en mis manos. Me creía que el mundo giraba a mí alrededor. Mi vida era como un cuento de princesas, la hija perfecta para mis padres, la estudiante estrella. Mí padre era el director de la escuela, por lo que eso me posicionaba en el rango más alto de la popularidad.


Todo el mundo quería ser mi "amigo", me pedian sentarme junto a ellos a la hora del almuerzo y me invitaban a las fiestas más extravagantes solo para llamar mi atención y ser "amigos" de la hija del director. Todavía recuerdo mi última fiesta, la había hecho una noche que mis padres estaban de viaje. Todo había sido una locura, mi novio Abel y yo, habíamos tenido nuestra primera vez esa noche, por lo que fue especial para ambos.


Abel era al igual que yo, un chico popular, hijo único y de padres ricos. Capitán del equipo de footboll americano de la escuela y excelente estudiante. No era ese típico chico malo del que se enamoran las protagonistas en las películas, era una persona dulce y cariñosa, cuidaba de mi y siempre estaba a mi lado cuando lo necesitaba. Juntos éramos la pareja perfecta. Todos en la escuela nos envidiavan por la hermosa relación que teníamos. Para mí él era el gran amor de mi vida, llevábamos juntos desde la secundaria. Sin duda lo que teníamos era algo especial.


Ese era mi mundo, esos eran mis amigos, ellos eran mis padres, ese era mi novio. Mi vida era perfecta, todo mi entorno lo era....


Que ilusa: 


Estaba lejos de ver la realidad de las cosas. Recuerdo perfectamente ese día, el día en el que mi vida cambió drásticamente. Todo a mi alrededor se derrumbó. Aquello que yo veía rosa, de un momento a otro se había vuelto blanco y negro. Era doloroso ver la triste realidad en la que se había convertido mi existencia en este mundo. Todo en lo que creía, en realidad no existía, nada era real. Las cosas que siempre pensé que eran de una forma, resultaron ser de otra. 
Esa es la cruda realidad, nada nunca es como te lo imaginas y eso lo aprendí de la peor forma posible.


Mi nombre es Aitana Fernández Rodriguez, actualmente tengo 22 años y esta es mi historia.....
 



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En el texto hay: romance amor adolescente

Editado: 21.10.2021

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