Capítulo 3

Dominic

La oficina del viejo era algo particular. Un sobrio color azul pintaba las paredes, algunas lámparas de los años cincuenta formaban parte de la decoración y un gran cuadro de la época victoriana valorado en más de dos millones de dólares, excepto por el cuadro; no había nada mas notorio en su oficina aparte de la caja fuerte que escondía el cuadro.

El viejo siguió revisando los papeles dentro de la caja fuerte, y después de diez minutos notó mi presencia. Con cuidado, intentó tomar un arma fingiendo que reacomodaba los documentos… Mala elección.

-¿Quién crees que será más rápido?- le pregunté desde el sofá en la esquina de su oficina donde estaba sentado, mirándolo de espaldas hacia mí. El viejo devolvió el arma y cerró la caja fuerte tapándola con el cuadro.

-Había escuchado ciertos rumores pero… supongo que eres mucho peor. ¿Cómo entraste?- se giró en su silla de ruedas para verme.

-Fue muy fácil, tan fácil como dejar filtrar información sobre mí a tus hombres- me enteré hace tres días. El viejo se acercó más a su escritorio y dejó escapar un suspiro.

-Tenia curiosidad de saber qué clase de amigo había hecho mi nieta. Ella habla mucho sobre ti y pensé que... Bueno, tú sabes que uno tiene que cuidarse las espaldas en este mundo- sus dedos tamborileaban la mesa, supongo que está nervioso.

-¿Qué sentiste cuando te enteraste que era yo?- encendí un cigarro -¿Por qué piensas que soy amigo de Rose?- seguí fumando.

-Pues, tuve miedo, lo admito. Nunca pensé que nos envolviéramos contigo- sonaba sincero.

-Yo tampoco quería entrometerme en los asuntos de la familia de mierda que te gastas pero, ¿Rose?... Si por mí fuera los mataría a todos ahora mismo, empezando por el bastardo de tu hijo mayor y cada uno de tus nietos. Le han hecho vivir un infierno por cuatro años, la muerte es lo menos que se merecen- me estremecí con ira de solo recordar lo que le han hecho a Rose -¿Sabes que es más divertido? Qué cuando quise asesinarlos a todos ustedes, de repente me llegó una gran información… No te queda mucho tiempo, ¿cierto?- lo miré a los ojos. El viejo no hablaba, seguía observándome en silencio -¿Creíste que no me daría cuenta de que piensas dejarla a merced de los lobos?-

-¡Le daré las armas necesarias!- golpeó la mesa con frustración.

-Rose no sabe disparar. ¿Acaso crees que tus hijos la dejarán tranquila sólo porque tú le des las armas correctas? Ella tiene diecisiete años, ella no pasado por lo mismo que tú o que yo. No puedes pretender que sepa cómo matar a alguien si nunca lo ha hecho- la mirada del viejo se suavizó.

-No me queda mucho tiempo. Ella es mi única opción- había dolor en sus palabras- Sé que no es la forma correcta, pero… No pienso favorecerlos a ellos, hace años descubrí algo importante-

-Lo que sea que hayas descubierto, no me importa. Seré el aliado de Rose en esta casa para que ninguno de tus bastardos hijos y nietos vengan a poner un dedo en cualquiera de sus rizos- me levanté de sofá en dirección hacia él.

-Yo sé que tú no necesitas nada de mí. Estoy feliz de que seas tú quién ayude a mi nieta. ¿Aunque a ella le hablas así también?-

-No seas ridículo, ella no me hace enojar. Tampoco sabe que me comporto así porque no tengo motivos para hacerlo en frente de ella- el viejo bajó su mirada.

-Bueno, hay algo que tienes que saber para ayudarme. Yo también tengo un secreto- fijó sus vacíos ojos azules en mí.

⁠✿⁠✿⁠✿
-Esta malteada de chocolate y oreo es mi favorita- dijo Rose dando un sorbo a su bebida. Salimos a tomar algo, la verdad, no soporto dejarla en esa casa mucho rato. Incluso si su madre está allí, no sería capaz de defenderla y Rose tampoco diría nada.
La traje aquí porque después de mi reunión con su abuelo, me quedó un mal sabor de boca y necesito tener un plan.
-Rose, ¿Te agrada mucho el viejo?- pregunté. Ella dejó su bebida y me miró a los a ojos.
-Bueno, el abuelo me agrada mucho- habló sonriente – Él siempre ha sido bueno conmigo… ¿Por qué lo preguntas?, ¿sucede algo?- me aclaré la garganta.
-Rose, a tu abuelo no le queda mucho tiempo de vida. Posiblemente unos dos o tres meses y él me pidió que te protegiera después su muerte- la sonrisa de Rose se esfumó.

-¿Por qué él abuelo te pediría eso?- su voz sonaba temblorosa.
-Porque nadie más tiene el poder de hacerlo. Por eso, he pensado seriamente en una manera factible de poder protegerte cuando no esté cerca- ella ladeó su cabeza y tomó una gran bocanada de aire.
-¿Qué piensas hacer, Dom?-
-Pienso presentarte oficialmente como mi novia- le dije seriamente. Ella se soltó una gran carcajada como si le estuviera contando un chiste – Rose, hablo muy enserio. No te estuviera diciendo esto si no lo hubiera considerado de antemano, y es la mejor opción. Una vez que te vuelvas mi novia, ellos no podrán respirar el mismo aire que tú. Sólo si tu lo deseas podrán acercarse- ella miró a todos lados en el café. Bebió un poco de su bebida y siguió sin responder.
-Mmm… Dom, ¿Realmente esa es la única opción?, ¿no puedes hacer otra cosa?... Digo, no es que me desagrade que me ayudes pero,… ¿No se molestarán tus padres si les dices que estás saliendo conmigo? Porque Landon no está al nivel de Eckard y…-le hice una seña para que dejara de hablar.
-Rose, a mis padres no les importará nada eso. Seremos pareja hasta que las cosas se calmen después de la muerte del viejo-
-¿Así como una relación por contrato?- preguntó.
-Sí, básicamente. Nadie puede saber esto, ni siquiera tu mamá- ella asintió.
-¿Realmente el abuelo te pidió un favor tan grande?-
-Sí… No te preocupes, tendremos una cena el próximo fin de semana para informarle a tu familia de nuestra relación- ella siguió con su bebida como si nada.
Desde que salí de la oficina del viejo intenté controlar las ganas de incendiar la casa con todos ellos adentro, pero la información que me dio el viejo vale oro. No puedo desaprovechar la oportunidad de verlos a todos colgando de mi dedo.
No los dejaré que despedacen a Rose a su antojo.
Yo seré el que los devore a todos, no dejaré ni la sombra de la familia Landon.