Espinas para mi rosa

Capítulo 4

Rose

Por fin llegó el día en que Dominic y yo oficiaríamos nuestra relación en frente de mi familia; en la cena del sábado. Él me compró un vestido de flores rosadas con volantes, me quedó muy bonito. Dejé mis rizos definidos y apliqué solo un poco de maquillaje, nada cargado; corrector, base y labial. El abuelo les dijo a los demás que teníamos un invitado especial esta noche.

Esperé en la entrada de la mansión a que Dominic llegara. Su auto negro estaba pasando la revisión de los guardias, y dio una vuelta para estacionarse frente a la casa. Se bajó del auto luciendo impecable, siempre he pensado que él es una de esas pocas personas que no importa lo que usen se verán muy bien. Llevaba un traje azul marino hecho a medida, se veía elegante y muy guapo. Casi se me cae la baba.

-¿Llevas rato ahí?- me preguntó acercándose a darme un beso en la mejilla.

-No, acabo de llegar- mentí. Llegué hace veinte minutos. Sonreí ligeramente, él extendió su mano hacia mí. Dudé un poco, no quería exponerme frente a él.

-Tómala- acercó más su mano- Somos novios ahora. Recuérdalo- la firmeza en su voz me hizo entender que él hablaba muy enserio. Tomé su mano con una sonrisa estúpida en mi rostro y entramos a la mansión.

En la mesa del comedor se encontraban; mi madre y Thomas de lado derecho, junto a ellos; los gemelos, Rick, Stella y Dawson; hijos de Tina hermana de Thomas, de la lado izquierdo; Edmund y su esposa Jenn con su único hijo Stephen, Tina y su esposo Russell estaban a su lado y el abuelo tenía su parte en la cabecera. Los únicos puestos libres quedaban cerca de Tina.

Dominc apretó muy fuerte mi mano cuando entramos. Las miradas de todos se centraron en nosotros, nos escaneaban firmemente. El miedo recorrió mi cuerpo y me quedé inmóvil por un rato.

-Bueno, me presento. Soy el novio de Rose, aunque algunos de ustedes me conocen como Dominic Eckard- él sonreía con malicia y hablaba con soberbia. El rostro de mi madre se iluminó cuando él se presentó. Excepto por ella; los demás se pusieron tensos- Mentiría si dijera que estoy feliz de verlos, con excepción de la señora Abby Carson; a quién realmente si estoy agradecido de verla. El resto de ustedes puede irse a la mierda- dejé escapar una risita porque el verdadero Dominic es así; a él no le importa lo que los otros piensen.

-Siéntense- nos indicó mi abuelo. El rostro de Tina de se contraía al ver que nos teníamos que sentar al lado de ella, Dominic notó su incomodidad.

-¿Qué te pasa? Actúas como si no te gustara que esté aquí- sus palabras filosas provocaron que Tina bebiera agua con miedo. Él chasqueó la lengua- Parece que no les gusta la noticia de que sea yo el novio de Rose. Me da la impresión de que quisiesen seguir humillándola y maltratándola como antes, pero…¡Qué mal les salió la jugada! Sólo vine hoy a decirles que si me entero que Glinda- señaló a Melissa- y sus monos- señaló al resto- están haciendo de las suyas, no tendré más remedio que castigarlos- mi madre me miraba con confusión y los familiares seguían tragándose su odio debido a la presencia de Dominic en la mesa.

-No entiendo a qué te refieres, joven Eckard- habló Thomas. Los ojos de Dominic lo observaban con arrogancia.

-¿De verdad no sabes o te haces el estúpido? No importa, igual, si tus hijos intentan hacer algo de nuevo, créeme que no te va a quedar aliados de dónde apoyarte-

-Ellos se comportarán- interrumpió Edmund- Estamos agradecidos por su relación y esperamos su pronta colaboración- parecía genuino, como si no acabara de estar feliz por saber que salgo con el hijo de una de las familias más poderosas del mundo. Dominic arqueó una ceja dándole una sonrisa malévola.

-Claro, también intento colaborar con ustedes lo más que pueda. Después de todo, a mí no me interesa morder a Landon… En verdad no hay mucho que morder-

El ambiente de la cena fue el peor. La tensión se sentía por todas partes pero yo me sentí inmensamente feliz de saber qué ahora ninguno de ellos podía tocarme. Sé que mi madre me hará muchas preguntas después que Dominic se vaya, y no sé cómo responderle, sin embargo ya no me importan las repercusiones que pueda tener porque ninguno de ellos está a su nivel.

Uno a uno se fueron levantando de la mesa. Llevé a Dominic a mi habitación para enseñarle su pintura. Él se detuvo observando cada rincón y decoración de mi habitación.

-Mmm… ¿No podías escoger algún color que no fuese blanco? Parece oficina- señaló el color de mis paredes -¿Por qué no hiciste ningún mural?- él sabe que me gusta pintar, mayormente trabajo con acuarelas y antes, en Manchester mi habitación estaba decorada con un gran mural que pinté yo misma; habían flores, nubes y mariposas por todos lados, y aquí; no hay nada.

-Pues, no he dibujado nada desde que llegué aquí- él tragó fuerte ante mi respuesta.

-Sí, ¿Cómo te ibas a sentir alegre dibujando si te maltrataban todos los días?- él ladeó su cabeza. Se sentó en el borde de mi cama y jugó con las sábanas de satín moradas- Muéstrame la pintura-

Caminé hacia mí armario y saqué la pintura que tenía escondida allí. La razón por la cual no me había esmerado en decorar mi habitación como una adolescente normal es; Melissa, ella varias veces robaba mis cosas y las rompía. Decidí tener lo más básico y nada llamativo para que ella no destruyera lo que tenía. Escondí la pintura en mi espalda. El soltó un bufido.

-Está bien voy a cerrar los ojos- él los cerró y me coloqué en frente de él. Antes solía dibujar a Dominic muy a menudo, y a mis amigas también, y les decía que cerrasen los ojos para enseñarle el dibujo. Le di la vuelta y se lo entregué en sus manos.

-¡Vaya! Estoy muy guapo- él tocó cada línea que tracé en la pintura y tocó su rostro en simultáneo como verificando que realmente lo pinté a él- La mandíbula es la misma, los pómulos y mi nariz- siguió observando mi arte.

-¿Te gusta?- él puso los ojos en blanco ante mi comentario. Me reí de su expresión- Sí, lo siento. Pregunté por si acaso- me encogí de hombros. Él negó con la cabeza.




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