Al Día Siguiente...
Alex entró en la tienda con el rostro serio, pero sus ojos brillaban con un atisbo de alivio. Scarlett y Leslie lo miraron, esperando una noticia que aliviara la tensión en el aire.
—Tengo buenas noticias —dijo Alex, aunque su tono grave no lograba disimular completamente la preocupación que lo había atormentado durante toda la noche—. La princesa Edilin nos va a ayudar.
Scarlett lo miró con ansiedad, su corazón palpitando en su pecho. De inmediato, algo en su expresión cambió, como si sintiera que aún faltaba algo.
—¿Pero qué más, Alex? —su voz, suave pero urgente, reflejaba su naturaleza cautelosa y su necesidad de saber todo, de entender. No podía relajarse sin la verdad completa, sin importar cuán aterradora fuera.
Alex se quedó en silencio un momento, mirando el suelo como si las palabras fueran difíciles de pronunciar. Finalmente, suspiró, y alzó la vista con una seriedad que dejó claro que lo que estaba por decir no era algo que esperara compartir.
—Anoche, tuve una visita inesperada —murmuró, manteniendo la mirada fija en Scarlett—. Zafira. La gorgona que intentó ahogarte.
Scarlett palideció, un escalofrío recorriéndole la espalda. Su instinto le decía que el peligro estaba lejos de haber pasado.
—¿Por qué…? —musitó, su voz casi temblando de preocupación. Aunque confiaba en Alex, la duda la asfixiaba. ¿Por qué atacaría Zafira? ¿Qué la unía a ella?
Alex notó el miedo en los ojos de Scarlett, y su instinto protector se intensificó. Con un suspiro, se pasó una mano por el cabello, como si intentara despejar sus pensamientos. Sabía que ella merecía respuestas, pero algunas aún escapaban de su entendimiento.
—No estoy seguro del porqué —admitió Alex, su tono ligeramente frustrado—. Pero no parece que sea un ataque al azar. Ella vino directamente a mí, como si quisiera advertirme… o amenazarme.
Lesly frunció el ceño, cruzando los brazos. —¿Advertirte? ¿De qué?
Alex la miró un instante antes de volver a fijarse en Scarlett. —No me dio demasiadas explicaciones. Solo dijo que me alejara, que no me involucrara contigo.
Scarlett sintió un nudo en el estómago. Sabía que el libro que había encontrado era extraño, que apenas comenzaba a comprender, pero nunca pensó que eso pudiera llevarla a ser el blanco de una amenaza tan peligrosa. Hizo acopio de valor y preguntó, con un hilo de voz:
—¿Y… qué piensas hacer ahora?
Alex observó su expresión, y sus ojos endurecieron. —Voy a protegerte, pase lo que pase —aseguró, firme y decidido—. Si Zafira está tras de ti, significa que estás más involucrada en este mundo de lo que imaginaba. Y eso me hace pensar que quizá no sea el único peligro.
Scarlett asintió, aunque su mirada reflejaba la incertidumbre que sentía. Su vida, hasta hace poco tan predecible, ahora parecía girar en torno a secretos y seres de pesadilla. Pero Alex, con su presencia fuerte y resuelta, le daba una razón para sentir que no estaba sola, que alguien la cuidaba en medio de la oscuridad.
Después de un momento de silencio, Leslie, quien había estado observando a sus amigos con creciente preocupación, dio un paso hacia ellos y dijo en voz baja:
—Entonces… ¿qué hacemos ahora?
Alex miró hacia fuera, como si buscara algo o alguien en el exterior.
—Esperaremos la ayuda de Edilin —dijo, aunque su voz estaba cargada de cautela—. Pero debemos estar preparados para cualquier cosa.
El silencio se apoderó de la tienda, y la tensión era palpable. Scarlett miró a Alex, queriendo preguntarle más, pero temiendo la respuesta. Finalmente, fue Leslie quien rompió el silencio, con el tono de quien busca una certeza entre tanto misterio.
—Entonces… esa tal Zafira, ¿volverá? —preguntó, intentando sonar fuerte, aunque en su voz se adivinaba una inquietud creciente.
Alex asintió, con una seriedad que hizo que un escalofrío recorriera a ambas chicas. —No sería raro. Ella vino para dejar en claro que está observando, y que no permitirá que nadie interfiera en sus planes. No sé qué quiere realmente, pero parece dispuesta a llegar hasta el final.
Scarlett apretó los labios. Había una mezcla de miedo y de rabia en su pecho; miedo por lo que Zafira podría hacer y rabia por sentirse atrapada en un juego que apenas comenzaba a entender. Con un tono casi inaudible, como si hablara más consigo misma que con los otros, susurró:
—Esto es por el libro, ¿verdad?
Alex la miró, y una chispa de comprensión cruzó sus ojos. —Probablemente. Ese libro tiene información valiosa y lo han buscado por años. Información que podría darle poder a quien la posea.
Leslie, alarmada, miró a Scarlett. —¿Estás diciendo que esa gorgona quiere el libro que tú tienes?
Alex murmuro— Tal vez, su mandíbula tensa. —Exactamente. Y no se detendrá hasta conseguirlo. —Desvió la mirada hacia Scarlett, su expresión decidida pero al mismo tiempo llena de una preocupación palpable—. Pero mientras yo esté aquí, no la dejaré acercarse a ti.
Scarlett lo miró, y por un momento, su corazón se aceleró por algo que no era miedo. La forma en que Alex la miraba, con esa determinación que desbordaba su carácter impulsivo y protector, la hizo sentir segura, a pesar del peligro que la acechaba.
—Gracias, Alex —murmuró, con una sonrisa apenas visible.
Él le devolvió una sonrisa fugaz, una que reflejaba no solo su compromiso de protegerla, sino también algo más que no se atrevía a expresar en palabras.
Leslie, al ver la conexión que se formaba entre ellos, tosió para llamar la atención. —Bueno, entonces… ¿qué vamos a hacer con el libro? Porque si Zafira lo quiere, no podemos dejar que caiga en sus manos.
aunque ¿Cómo zafira se entero que Scarlett tiene el libro?
Alex pensativo, retomando su tono serio. —Lo primero será encontrar un lugar seguro. Edilin nos ayudará a reforzar la protección hablare con ella cuando nos encontramos, pero debemos estar atentos. Scarlett, quiero que tengas el libro siempre contigo. Mientras esté en tus manos, será más fácil protegerlo.
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Editado: 21.11.2024