Esposa De Un PolicÍa

NARRADO POR LEONARDO: La perdí…

 

Este capítulo va dedicado especialmente para Gabriela Deisel, gracias por el apoyo nena. Saludos.

Estoy sentado en el suelo de la habitación sin saber que hacer, veo mi reloj y marcan las 7 de la mañana. Busque por todas las calles de la ciudad y no los encontré, no soporto la idea que la he perdido, su teléfono está apagado, toda la noche trate de llamarle y decía que no estaba disponible. Tomo mi teléfono y comienzo a marcarle al comandante.

·        Comandante Miller?

·        Dime Leonardo.

·        Señor tengo problemas familiares, no podré ir a trabajar, quería pedirle permiso.

·        Es urgente?

·        Si lo es comando.

·        ¿Cuántos días quieres?

·        Podría darme dos?

·        Está bien, uno de estos días pasas con la secretaria a firmar tu permiso.

·        Gracias comando.

Cuelgo la llamada.

Me levanto del suelo y camino hacia la cocina, es doloroso ver vacía la casa, saber que Valeria no está.

Un pensamiento se cruza por mi mente, y si se fue con sus padres.

Tomo mi teléfono y comienzo a marcarles.

·        Leo buenos días.

·        Señora, está con usted Valeria.

·        No Leo ¿que pasó? ¿Dónde está mi hija?

·        No… no lo sé señora, ayer Valeria y yo tuvimos un malentendido y ella tomó sus cosas y se fue.

·        Ya le marcaste al celular.

·        Toda la noche y está apagado.

·        En este momento nos vamos para allá a buscarla.

·        Tranquila señora, se que está bien.

·        ¿Cómo lo sabes?

·        Ella estaba con un chico, Alan era nuestro vecino, ví cuando se fue con él.

·        No, mi hija no podría irse con otra persona, no te engañaría.

·        La verdad es que yo tuve la culpa señora, pero se lo juro todo fue un mal entendido y gracias a eso, ella resultó lastimada, por eso se que está bien, porque está con él. Trato de contener las lágrimas.

·        Conozco a mi niña y se que aunque ella esté con ese tal Alan, se muy bien que te ama y seamos honestos, ella jamás te engañaría ella te ama Leo, ella es una jovencita que la hemos educado con valores y principios, se que ella jamás te faltaría al respeto, por muy lejos que este uno del otro.

·        Gracias señora.

·        No tienes que agradecer, pero por favor busca a mi hija yo tratare de comunicarme con ella si en tres horas no sabemos nada de ella, vamos para allá a buscarla.

·        Está bien señora, yo le aviso cualquier cosa.

Cuelgo la llamada y me pongo a reflexionar lo que me ha dicho la señora Sara. Valeria jamás me faltaría al respeto, yo confío en ella.

Voy a caminar hacia la habitación cuando escucho la risa de una niña, es Lili. Veo por la ventana y veo a la madre de Alan abrir su puerta con Lili.

Salgo rápidamente de la casa y me dirijo hacia ella.

·        Hola Leo

•Señora por favor tiene que ayudarme. La interrumpo.

·        Que pasa Leo.

·        Ayer Valeria y yo tuvimos un malentendido y vi cuando se fue con su hijo, se que ambos están juntos, pero necesito saber dónde están.

·        Hijo, él se fue a vivir a la ciudad vecina, solo que no se cuál es su dirección.

·        Podría marcarle.

·        Claro. Dice y saca su teléfono, comienza a marcarle y lo pone en altavoz.

Primer tono.

·        Hola, mamá.

·        Hijo cómo estás. Quedó en silencio escuchando que dice.

·        Bien mamá, ya estoy trabajando.

·        Que bueno Alan, oye marcaba para preguntarte algo.

·        Dime.

·        Que sabes de Valeria.

·        Porque lo preguntas.

·        Se que está contigo.

·        Si ella está conmigo ella está bien, dime ¿Leonardo está contigo?

·        Si hijo.

·        Pásamelo quiero hablar con él. La madre de Alan le quita el altavoz y me lo entrega.

·        Alan, dónde está Valeria.

·        Ella está bien Leonardo.

·        Dime dónde están.

·        No puedo decirte, es decisión de Valeria si ella quiere o no decírtelo, no puedo meterme en sus asuntos.

·        Dime dónde están Alan, no puedes alejarla de mi.

·        Leonardo escucha lo que dices, tu la lastimaste, la heriste, tu mismo la alejaste de ti, no me eches la culpa de tus problemas, yo solo la ayude y no me arrepentiré de eso.

·        Alan, por favor.

·        Lo siento Leonardo, tuve que alejarla de la persona que hirió a la chica que amo.

Me quedo helado al escucharlo decir eso y sin más Alan cuelga.

Siento mis lágrimas recorrer mis mejillas, camino hacia la señora y le entrego el teléfono.

·        Leo, hablaré con Alan, escuché lo que le preguntaste y tratare de investigar dónde está.

·        Gracias señora. Digo retirando las lágrimas de mis ojos.

Me doy la vuelta y camino hacia mi casa. Cierro la puerta tras de mí y me resbaló sentándose en el suelo frío sintiendo como mi corazón se destruye cada vez más.

Todo esto es mi puta culpa.

Lloro como un niño por varios minutos y trato de calmarme, tomo mi teléfono y comienzo a marcarle a Valeria y es cuando entra la llamada en su teléfono, pero solo deja que suene la llamada y se corta. Trato de marcar de nuevo y esta vez corta ella la llamada no se que hacer, si sigo llamándola ella apagará su teléfono. Corro por toda la casa para tener señal y al estar en la habitación noto que en el buró hay una cajita blanca con candado. Jamás la había visto, la tomo entre mis manos y veo que hay una llave, la tomo y comienzo a abrirla es cuando mis ojos se agigantan. Saco el ultrasonido de la cajita y veo a un pequeño creciendo en el vientre de mi niña.

Siento mis latidos más fuertes que nunca, siento como la tristeza que tenía se desvanece y poco a poco una inmensa alegría recorre mi cuerpo, quisiera tener a Valeria frente a mi para abrazarla con todas mis fuerzas. Es momento de ir a buscarla. 



#361 en Joven Adulto
#4796 en Novela romántica

En el texto hay: superacion, amor, traición.

Editado: 01.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.