Esposa sustituta

ESPOSA LASTIMADA |Oficialmente en estreno|

¡Hola, corazones! Lo prometido es deuda y hoy les traigo el estreno de Esposa Lastimada. 

La historia de nuestro revoltoso Tom y nuestra querida Emma. 

 

PRÓLOGO

«Las águilas son el gran ejemplo de renovación y superación, el elegir morir a ti mismo para renacer y sobrevivir».

 

Frente a ella estaba una de las últimas personas que desearía haber visto en toda su existencia; la fuente de sus miedos y tristezas, quien se suponía debería haberla protegido, fue la primera persona en lanzarla de cabeza al abismo. Quien hizo que su vida se llenara de incertidumbre y pesares. 

—No tienes idea de lo mucho que te buscamos en todos lados —afirmó con una radiante sonrisa.

¿Cómo podría no sonreír, si frente a sus ojos estaba su boleto para una vida cómoda sin tener que mover un solo dedo? 

Emma enmudecía, las palabras la abandonaron por completo, dándole espacio a una sensación de ahogo. Creyó que jamás tendría que enfrentarse a su pasado tormentoso, a esos monstruos que la perseguían aún en sus sueños. 

»¿No piensas abrazar a tus padres? —Extendió una de sus manos. 

Deseaba salir de ahí, quería correr. ¡¿Tanto luchó para tener una vida que todo se esfumó frente a sus ojos?! ¡Se resbaló como el agua entre sus dedos! No quería nada con esos horribles seres, incluso los maltratos que recibió con anterioridad, el cómo su infancia no tuvo buenos recuerdos. 

Emma estaba luchando para olvidar todo eso. Ella se mantuvo en silencio, así que, viendo la primera oportunidad que tuvo, corrió lejos del lugar, no deseaba mirar atrás, no deseaba regresar.

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

Una gran bofetada resonó en el sitio, la mirada de Emma era una mezcla de dolor y resentimiento. 

—¡¿Cómo pudiste?! —gritó con desespero, tomando al chico por los hombros y sacudiéndolo con fuerza. —¡¿Cómo te atreviste a decirles que estoy aquí?! —Exclamaba por segunda vez. 

Él enmudeció, no imaginó que las cosas terminarían de esa manera, creyó que ellos de verdad se arrepentían por lo que le hicieron a su hija, solo deseaba que su familia fuera feliz, pero ¿De verdad hizo tanto mal? 

»¡¿Cómo te atreviste?! —sollozaba. —¡Sabes todo lo que pasé en esa prisión!, y, aun así… no te importó nada… regresaste por ellos, lo sé, te empujaron a buscarme, consideré que habías cambiado, que… estabas de mi lado.

—Emma, por favor, escúchame —pidió su corazón hecho trizas —no lo hice a propósito.

—¿Les diste mi dirección? —él asintió. —¡debería haberte dejado en prisión cuando apenas tuve la oportunidad! —soltó de repente, marchándose de ahí, una vez más.

Tom en ningún momento le dijo que eso sería sencillo, que, todo estaría bien, que él estaría a su lado. ¡¿Por qué tenía que haberse ido a otro país justo ahora?! Emma lo necesitaba, eso estaba claro, necesitaba de esos consejos sabios que acostumbraba a dar.

Lo que ella no sabía, era que, en ese país, él comenzaría a recordar cada uno de sus monstruos y la razón por la que se dijo: Jamás pisaría Italia. 

Claro que se había mentido, siempre lo hacía, pero ¿Por qué ahora se sentía diferente? ¿Por qué estaba pisando ese suelo por segunda vez consecutiva? ¡Lo detestaba, lo hacía profundamente! 

Ese fue el lugar en el que perdió una de las cosas más valiosas que jamás podría hacer llegado a tener: Su familia. 

Y si bien ambos eran polos opuestos en muchas áreas, esas personas que se hacían llamar sus padres, esos que debían velar por el bienestar de sus retoños, los habían dañado por completo, les habían hecho perder esa inocencia que los caracterizaba, los habían marcado para siempre.

Ahora, debían tomar cada uno de los fragmentos que les quedaban, y reconstruirse con ellos. En sus manos estaba si perdonar o castigar, si sanar u olvidar. 

Nada de eso les sería sencillo, pues, las fuentes de sus traumas estaban mucho más cerca de lo que pensaban, unos no serían para nada comprensivo, sino que harían todo lo posible para recuperar aquel tesoro que perdieron por su incompetencia.

A partir de ahora, pondré otros textos para que les notifique de esta entrada ♥

 

Buscando a Papá

PRÓLOGO

Los pequeños pasos de Lilian resonaban con un ritmo bastante agradable. Los ojos de ella se posaron en su abogada, en esa mujer que era su único medio que le permitiría reencontrarse con ese hombre que la trajo al mundo, del que no tenía idea que ella existía.

—Elena, Elenita, dime, ¿Quién es la más bonita? —preguntó ladeando su cabeza. 

—Mira en el espejo, cariño —respondió sin apartar su mirada del ordenador. 

Elena sentía que estaba demasiado cerca de encontrar a ese hombre que dejó a su familia. Bueno, no los había dejado; aun así, estaba molesta de que no supiera que tenía una hija demasiado linda y agradable.

—Está empañado, no veo nada —se quejó la niña frunciendo su nariz.

—Exactamente, esa es tu respuesta. No hay nadie bonito aquí —afirmó de una manera jocosa.

—¡Elena! —se cruzó de brazos y se dejó caer en la silla.

—Mira, cariño. Este es un mundo cruel en el que piensan que pueden opinar de las apariencias de los demás. Lo físico no importa, eres hermosa, pero lo que es invaluable es esto de aquí —señaló al corazón de la pequeña que sonreía a su Elenita.

Un par de minutos transcurrieron, Lilian no dejaba de tararear una alegre canción, sentía que estaba cercana a conocer a su padre. A pesar de que nunca antes llegó a escuchar de él, sabía que pronto obtendría una nueva familia.

—¡Eureka! —gritó Elena saltando de su silla. —¡Sé dónde está tu padre! —exclamó abrazando a la pequeña Lilian, quien no dejaba de saltar de la emoción.

—¿Dónde está mi papi? ¿Podremos visitarlo? 

—¡Sí! Está en la prisión de la capital —expuso saltando con felicidad.




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