El taxi se deslizaba suavemente por la calle casi vacía, el tráfico a esa hora de la noche era escaso más la pertinente brisa que caía hacia ver las calles desoladas de esta pequeña ciudad, la que no había cambiado mucho a excepción de unos pocos edificios quizás una nueva carretera parecía ser el mismo lugar que el recordaba tan bien, aquel lugar que el dejo hace diez años.
Diez años que a él le parecía tanto y tan poco tiempo a la vez.
Alexander observaba por la ventana del auto las frías y desoladas calles al pasar por tantos lugares que para el eran harto conocidos a veces tenía la sensación de que nunca se había marchado y otras como si nunca hubiese estado allí estaba ensimismado en sus recuerdos cuando el auto se detuvo al frente de una residencia en una de las zonas más exclusivas de la ciudad.
-Hemos llegado señor!
Alexander salió de sus pensamientos –ya llegamos- dijo el taxista–ah está bien, gracias- bajo del auto y se quedó de pie frente a la residencia una hermosa casa… pensó como siempre se la mereció mi madre, era una lujosa casa con un amplio portal y al frente con un estupendo jardín. La brisa aún continuaba cayendo sobre la ciudad pero era una brisa tan suave que no mojaba más bien parecía que caía por la gravedad como por no tener otra cosa que hacer.
Toco a la puerta aguardo unos minutos cuando la puerta se abrió apareció un ama de llaves -sí, que desea?
La sirvienta medio adormitada todavía por lo tarde de la noche lo observo nuevamente –y exclamo emocionada –pero si es usted joven Alexander pase… pase que sorpresa pero más sorprendido estaba él que una desconocida lo conociese y mas que le hablara con tanta familiaridad la criada al verle la cara que puso Alexander le aclaro todos lo conocemos aunque sea por las fotos y los videos que usted ha mandado-ah -dijo el al comprender el porqué de la actitud de ella- siéntese joven-dijo ella y acto seguido subió corriendo las gradas dando gritos de emoción –señora-, señora el joven Alexander está aquí…está aquí
Él se quedó en una amplia sala se sentó en unos finos muebles y observo las adornadas cortinas que habían en los grandes ventanales, por las gradas bajo su madre casi corriendo todavía traía la bata de dormir se acercó y le dio un efusivo abrazo
-hijo que emoción!¿Cuándo llegaste? ¿Porque no me avisaste? ¿Vienes cansado? ¿Tienes hambre? Alexander sonreía al ver que su madre estaba tan emocionada que no lo dejaba ni hablar -acabo de llegar vengo directamente del aeropuerto, -quería darte una sorpresa -si estoy un poco cansado –y no tengo hambre.... estas satisfecha
-gracias madre te quiero mucho
Freddy se despertó y al voltear al otro lado de la cama estaba chica preciosa con su cuerpo casi desnudo Freddy la contemplo y pensó que ya estaba un poco cansado de esta vida que llevaba, era un hombre de treinta años alto, blanco, fornido de ojos verdes, era bastante atractivo eso le hacía tener casi a cuanta mujer quería además tenía una buena posición económica no era rico en realidad pero vivía holgadamente.
Sonó el teléfono lo tomo con pereza –halo ¿qué tal tía?
-De veras!¡Qué buena noticia!
-¿puedes comunicarme con él?... todavía duerme? -si está bien llegare almorzar.
Se levanto fue a tomar una ducha cuando regreso la chica todavía dormía la miro y pensó “esta buena esta chica pero solo para unos ratos de diversión” y salió de la habitación.
Cuando Alexander se despertó era casi la una de la tarde miro la habitación era bastante amplia nada que ver con la antigua casa que tenía su madre antes del irse.Su madre entro
-¿cómo amaneció hijo?¿Descanso bien?
-la verdad si tenía tanto tiempo de no dormir tan tarde pero creo que lo necesitaba
-hay alguien que está abajo acaba de llegar y quiere verte
-madre no me digas ¿que ya les avisaste a todos?
-no hijo a tu hermano todavía no, quiero que le des una sorpresa como a mí –vamos baja y mira quien es…
Cuando Alexander bajo en la sala estaba su querido primo Freddy
-hola primo tantos años sin verte casi no has cambiado bueno un poco, mas hombre tu y yo tenemos mucho que hablar