Nunca antes en mí vida había estado ante una situación como aquella y solo podía compararlo con alguna absurda metáfora como que alguien abriese un hueco en mi pecho para agarrar mí corazón en sus manos y estrujarlo hasta destrozarlo por completo.
Era como si la realidad me golpeara allí, ese momento mientras estaba parada en el umbral de la puerta, observando como Luke se aferraba a lo último que quedaba de su madre. Y por más que me gustará decir que no entendía por qué hacía eso, lamentablemente me tocaba ponerme en esa posición en la que tenía que admitir que sabía por qué lo hacía, después de todo fui yo la que pasó un mes durmiendo en el clóset de mamá solamente para estar más cerca de ella y su aroma.
Mi cuerpo se inclinó hacia adelante haciendo que un agudo chirrido interrumpiera el silencio que invadía aquella habitación, generando que él levantará su cabeza adoptando una posición similar a la que adoptan un perro cuando entra en guardia. Sus fríos ojos se posaron sobre mí.
Acto seguido se puso de pie y se dirigió hacia mí dando grandes zancadas para demostrarme cuánto le había molestado mí intromisión.
Ese era el mayor problema de Lucas. Que decía las cosas sin decir y tal vez fue por eso que años atrás yo haya llegado a creer que sentía algo por mí.
— ¿Qué demonios haces aquí?— exclamó parándose frente a mí con el ceño fruncido.
La luz que entraba por la ventana me dejó ver el reflejo de una lágrima que aún no se secaba en su mejilla.
— Ib...Iba de camino al baño y escuché ruidos que provenían de aquí. Pensé que era Hilda pero al escucharla hablar con alguien abajo, me pareció prudente echar un vistazo— respondí deshaciéndome en explicaciones para no darle la impresión equivocada— Quería estar segura de que no había nadie extraño aquí.
La arruga de su frente se profundizo al punto en qué sus dos cejas se convirtieron en una sola.
— Ya que eres tan prudente, ¿sabes que es lo que puedes hacer?— inquirió en un tono más bajo está vez.
— Que... ¿Qué?— balbucee.
No entendía la razón por la cual no podía formular una oración completa sin tartamudear, quedando como una completa boba ante él, permitiéndole que luego usara aquello en mí contra.
— Puedes ser prudente y comenzar a meterte en tus propios asuntos— mascullo cerrándome la puerta en la cara.
Mis ojos se cerraron por inercia y me quedé parada allí, en el corredor por un largo tiempo, pensando en que es lo que había hecho mal esta vez para que me tratara de aquella manera.
— Niños, Ella, Luke. Me iré a casa — gritó desde abajo Hilda, asomándose hacia las escaleras— ¿Podrían bajar a despedirse de mí, por favor?
Menee mí cabeza saliendo de ese trance en el que le había metido. Luego de la muerte de papá no para ellas las despedidas se habían vuelto muy importantes ya que ella no había tenido la oportunidad, al igual que nosotros, de despedirse de él antes del accidente. Es por eso que ahora prefería molestarnos y obligarnos a saludarnos, en caso de que fuese la última vez que nos viéramos el uno al otro, de así serlo, se iría de este mundo con la conciencia tranquila.
Suspiré y camine hacia el comiendo de la escalera para bajar unos cuantos escalones, de esta manera estaba lo suficientemente lejos de Luke para que no me escuchará y lo más cerca posible de Hilda para no tener que gritarle.
— Me parece que solo seré yo, tía— anuncie con una sonrisa en mí rostro que me obligue a colocar allí para hacerle creer que todo estaba bien.
— ¿Y Lucas? — dijo poniéndose de puntitas de pies para poder ver sobre mí hombro, esperando que él apareciera a último momento.
— Él no vendrá— respondí cabizbaja, y me tomé unos segundos para debatir me entre si debía o no contarle lo que acababa de ver— Estoy preocupada por él— murmuré al final, optando por ir siempre por el camino de la verdad.
Es que por qué lo detestara y no quisiera admitirlo, una parte de mí siempre se interesaría por lo que le sucedía.
— ¿Que sucede? — me miró confundida.
— Lo encontré en el dormitorio de nuestros padres, llorando y abrazado a la ropa de Lauren. Lucia tan...
— ¿Frágil?— susurro acercándose a mí— ¿Débil? ¿Desprotegido? ¿Roto?
Me límite a asentir dándole entender que estaba de acuerdo con cada una de esas palabras.
— Vaya, estoy sufriendo un deja vú— comento llevando una mano a su cabeza.
— ¿De qué estás hablando?
— Cariño, ya vivimos esto antes. Puede que tú no lo recuerdes, porque decidiste suprimir ese tormentoso recuerdo o simplemente porque pasaron cosas que te llevaron a olvidar, sin embargo esta no es la primera vez que escucho que pasa algo así. ¿O acaso olvidas cuando dormías envuelta en la ropa de tu madre luego de que ella muriera?
— No— negué y trate de no hacerle caso al temblor de mí voz— Aunque me gustaría poder hacerlo.
— Entonces, entiendes un poco mejor lo que voy a decir. Las dos sabemos que a Luke le gusta mostrarles a los demás, proyectar ante ellos una imagen de sí mismo que no es, que no existe. Una donde él es un chico rudo, sin sentimientos y que nada puede quebrarlo. Lamentablemente, ni él ni tu pudieron prever todo esto y la realidad, el destino, el karma o como quieras llamarle le obligaron a ver su verdadera esencia. Una en la que él era un ser humano común y corriente como el resto de nosotros. Sufrirá. Sufrirá mucho. Y déjame decirte algo más— añadió poniendo un dedo en alto— está no será la primera ni la última vez que la vida me quitará algo que ama— sentencio dando un paso hacia atrás.
Si había algo yo, era sobre eso.
— Tenle paciencia. Será muy duro para él salir de esto pero con el tiempo y tu ayuda, podrá hacerlo. Tan solo, no seas tan duro con él, no todos sufrimos de la misma manera— afirmó y mi mente viajo a lo que Peter me había dicho más temprano.
Quizás tenían razón y yo estaba subestimando los sentimientos de Lucas todo este tiempo.